El dúo con mis fanáticos a la par de la música disocia hasta convertirse en gritos incomprensibles cuando arrojo mi micrófono hacia tu cabeza.
No juzgo a la audiencia, yo tampoco sé lo que pasa cuando te digo todas las barbaridades que conozco mientras estás tirada en el suelo. La música se detiene para dejarme oír todos los abucheos de la multitud mientras seguridad se aproxima a bajarme del escenario. Mi cuerpo arde creando una onda de calor alrededor de él que me hace desear arrancarle la piel a alguien con mis uñas almendradas mientras me arrastran por los pasillos.
Juro haber perdido todo el entendimiento de mi lengua materna cuando escucho voces desconcertadas dirigirse a mí, pienso que si se acercan tan si quiera un centímetro, voy a deformar aún más sus rostros. Sólo quiero gritar y arruinarme el cabello arrancando mis extensiones de un solo tirón. Tampoco siento la paz suficiente cuando me encierran en mi camerino como para no querer arrojar todos los productos de las mesas, estropear todos los instrumentos y romper los espejos, pero lo que más me atrae es la vista abismal que tengo hacia abajo desde el pent house. Nueva York comienza a verse borroso a través de mis lágrimas.
—Escúchame, Alya. La situación actual es de extrema gravedad y no podemos permitirnos más errores. La reputación de la empresa y de la banda está en juego y tu falta de juicio nos ha llevado a esta crisis. Todos están hablando, los seguidores se desvanecen y los comentarios llenos de odio no cesan. El vídeo del crimen se ha viralizado en diversas plataformas y eliminarlo es una lucha sin fin. Hemos perdido patrocinadores, la presión de la familia de la víctima aumenta y si no actuamos con rapidez, enfrentarás graves consecuencias legales. Esto no es un juego. Si sabes lo que te conviene, arregla esto, debemos demostrar que no eres el tipo de persona que causa lesiones en sus fans sin motivos, de lo contrario —comienza con pesadez—, EmTex considerará inaceptable tenerte dentro de sus instalaciones.
»Ten —suelta tras un suspiro, acercándome una carpeta—, asegúrate de leer este contrato para poder tomar toda la acción necesaria. Tendremos una reunión con el director en unos días. Más te vale estar preparada, Alya —concluye mirándome a los ojos.
Salgo de la oficina de Alisha con el sobre en mis manos. Ha estado sirviéndome de escudo después del concierto. Buscando soluciones pacificas cuando yo hubiera preferido morir esa misma noche. Cada vez que me esfuerzo en mantener lo confuso que alcanzo a recordar, tan siquiera unos segundos, siento como todo el aire escapa de mis pulmones. Agradezco que me han permitido estar sola en estos momentos, aunque sea egoísta por estar a oscuras mientras otros tiene que tragarse todas las preguntas de la prensa y el odio en internet.
A penas hoy me digné a respirar aire puro. Estas semanas, una habitación de hotel destruida por la persona que fui cuando intenté matar a alguien, se convirtió en mi mundo entero. No reconocía nada que no fuera la oscuridad de estar bajo las sábanas todo el día. Mis almohadas tuvieron que cargar con cada llanto y cada grito, hasta que, ahora, ya no recuerdo absolutamente nada de lo que pasaba por mi cabeza entonces.
Todas las miradas se detienen en mí cuando camino, queriendo preguntarme las cosas de las que ni siquiera yo tengo comprensión. Otros deben alegrarse de que me hayan obligado a permanecer a las sombras por un tiempo, pero sé de tres personas, aparte de los directivos de EmTex, que no están para nada contentos con esta situación.
Lou, Amber y Miko se quedaron a oír un poco mas de las abucheos esa noche. Trataron de continuar con el concierto sin mí pero la multitud se los impidió y tuvieron que esconderse también. El director les prohibió hacer escandalo en redes sociales en vista de todas las preguntas que recibían sobre el incidente, cuando ellos no tienen nada que ver con lo sucedido. Deben estar tan angustiados e impotentes por mi culpa.
Me dirijo hacia la parte inferior del edificio cuando me percato de que estoy siendo seguida por un par de guardias. Toda esta situación, las miradas y las preguntas quieren hacerme sentir culpable, pero no puedo hacerlo hasta saber a quién le hice daño. Todos me tratan como si estuviera loca, nada de lo que digo tiene coherencia desde nuestro concierto hace una semana. ¿Cómo puedes tratar de asesinar a alguien y luego decir que no lo conoces? Necesité esos días para ser a esa loca que quieren despedir, y mi habitación sufrió todas las consecuencias.
Una vez en el estacionamiento se nos impone entregar identificaciones, nuestro destino y autorización. Actualmente no me encuentro en posición de decir: "¿acaso no sabes quién soy?", pero lo deseo cuando se me trata como cualquier don nadie otra vez. Subo al vehículo y esta vez no me siento como una estrella dentro de una limusina, ya no estoy dirigiéndome a un gran show, sólo estoy alejándome de todos mis sueños y no puedo hacer nada otra vez.
Eminence Texas ya no es un hogar para mí.
Me limito a observar la ciudad por las ventanas, incluso Houston se volvió desconocido. Durante el camino, aprendo a disfrutar un poco de la amarga invisibilidad que siento ahora, por lo menos dentro de este auto. Caigo en cuenta de que un lunes por la mañana yo debería estar tan ajetreada como esas personas en la calle. Con sus cafés derramándose sobre sus nudillos mientras caminan insensibles hacia sus trabajos, sin darse cuenta de cómo han estropeado las ropas de otros tiñéndolas de manchas tras hacerlos tropezar. En su lugar, en días como hoy me dedicaba a bajar y subir las escaleras de EmTex, haciendo maniobras casi artísticas para saltar del estudio de filmación al de grabación con los guiones sobre mi cabeza, memorizando frases mientras arreglaban mi cabello y acabándome todas las botellas al dar fin a un concierto. Me percato de que he comenzado a sonreír cuando la chica del reflejo y yo cruzamos nuestras miradas agotadas. ¿Qué he hecho?
El estrés de la lucha que tengo conmigo misma por evocar lo que realmente pasó esa noche regresa. Mi cabeza debe doler tanto como lo que sintió esa chica cuando estrellé mi micrófono contra ella, mientras no encuentro una razón para haberlo hecho. Otro punto a favor de los vidrios polarizados de esta limusina, que son las barreras entre todo esto y el mundo. Podrán decir todo allá afuera, pero ni siquiera mi memoria conserva la verdad.
¡Ni siquiera recuerdo cuál es su nombre o cómo es su cara!
Evito comenzar a gritar estrechando mis dientes cuando las lágrimas bajan por mi rostro.
Busco algo de distracción en los autos que pasan frente a mí como destellos de colores que apenas distingo. Me siento orgullosa cuando logró percibir con nitidez a uno de ellos. Considerándome, rebaja su ritmo para que pueda apreciar sus luces que desesperan en tonos rojos y azules, dejándome oír una secuencia de pitidos que me erizan la piel. Tal desesperación dilata mis pupilas a la vez que detiene mi corazón mientras busco al vehículo con la mirada, pero me traiciona volviendo a ser un simple destello que desaparece.
Siento lo frías que se han vuelto mis lágrimas mientras suelto un suspiro.
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💗 Lo que existió una vez 💗
Teen Fiction💗Jura haber perdido todos sus recuerdos de cada una de sus noches; sin embargo, ella logra aparecer como luz intermitente en cada concierto, haciendo a su corazón decidir encandilarse la vista, para acompañarla hasta que su luz se apague. 💗