Entonces, la cuestión es la siguiente...
Ponk hizo un delicioso almuerzo para que puedan comer todos juntos, y lo hubieran hecho si es que a Sam no le hubiera salido un montón de trabajo de la nada... asi que ahora no esta con Ponk, bajando hacía un laboratorio que le parecía extrañamente familiar
-Sam me conto que la otra vez le hiciste una visita sorpresa- comenta Ponk mientras ve como el adolescente salta los escalones como si fuera un niño pequeño, sonriendo entiernecido ante ese pensamiento -¿Viste algo interesante? Siempre se le escapan cosas interesantes cuando abre la puerta de imprevisto-
Lo piensa un poco, incluso deja de dar sus pequeños saltitos para solo dedicarse a pensar -Bueno... Creo que si- termina confesando en un susurro -Vi a una persona más joven que yo... Por lo menos me parecía que era más joven- hace una pausa para agarrarse de la barandilla que estaba al lado de la escalera al casi caerse
-Ah, si... Debede ser el hijo de uno de los siete. Sam siempre dice que tiene a un mini admirador que siempre ve lo que hace- comenta antes de frenar su paso para esperar a que el adolescente siguiera caminando
-¿Los siete?-
-A si le deciamos a los jefes antes, cuando todavía eran siete, y no cuatro y un jefe del jefe- comenta con una sonrisa nostalgica -De hecho, dejaron de ser siete por tu culpa... Lo cual te agradezco, porque el hecho de que sean siete era demaciado molesto-
-¿¡MI culpa?!- pregunta entre alterado y confundido, siquiera sabía de la existencia de que había siete jefes, ¿Cómo puede ser posible que sea su culpa?
-Mejor que te lo cuente Sam, el es el que mejor se acuerda de estás cosas- dice y ríe al ver la cara de emoción del niño -Es el dinosaurio de la agencia, está trabajando aqui desde que desde que Crow era un aprendiz-
-¿Cómo?, ¿Cuantos años tiene Sam?-
-Apunto de cumplir cincuenta añitos... No le digas que te lo contó- dice con una sonrisa traviesa, y estallando de la risa cuando el adolescente se sorprende por la edad -¿Parece más joven verdad?, ¿Cuantos crees que tengo yo?-
-... No más de treinta- dice tímido, con un notable miedo a ofenderlo
-ayy, me halagas- dice mientras se sigue recuperando de la repentina risa -Estamos viejos, yo tengo cuarenta y seis- hace una pausa en su andar (cosa que el niño imita de forma casi instantánea) para agarrar aire -No recordaba que esto era tan largo...-
-Ayer fui saltando escalones... La grieta con la que casi te caes arriba la hice yo con el impulso de los botas- confiesa nervioso mientras juega con los cordones de su sudadera -No le digas a Sam por favor...-
-Nah... Pero algo te iba a decir yo sobre las edades- hace una pausa, sin estar realmente escuchando lo que estaba diciendo el mini héroe -Ah, si ¿Sabes cuántos años tenía Crow cuando te encontraron?-
No habla, pero si hace una seña para que Ponk entienda que le interesa -Acababa de cumplir veintidos... Daba la casualidad que cuando llegaste a sus brazos, era su cumpleaños y estaba cumpliendo veintitres...-
El héroe no habla, solo se queda callado esperando a Ponk al ya esperado final de la escalera
Ponk toca la puerta en un orden extraño, y Sam abre casi de inmediato, luciendo ansioso
-Hola bebé... Estaba haciendo algo, ¿Esperaron mucho?... ¿Las escaleras los demoraron mucho?- pregunta sarcástico al lo agitado que está Ponk
-No, cállate y déjanos pasar- dice antes de empujar levemente a Sam para abrirse paso por el lugar
-¿Tu no pasas?- pregunta en sus suspiro al ver al héroe estático como una piedra -Ven, Ponk se va a enojar si sus fideos con salsa se enfrían mucho más-
Se adentra hacia el laboratorio que nunca antes recuerda aa ver visto... Aunque tiene algo dentro de su mente que le martilla la cabeza sin parar, insistiendo constantemente en que ese lugar era peligroso
... Quería irse
⊱⋅ ──────────── ⋅⊰
Su estómago está revuelto, no puede comer ni hacer absolutamente nada más que jugar con los fideos que le había servido Ponk
Y no era porque fueran feos o por algún motivo relacionado a ese, es más. Los fideos eran realmente ricos y la salsa estaba deliciosa...pero hay algo que no le permite comer mas
-Ponk dijo que por mi culpa dejamos de tener siete jefes... ¿Por qué?- pregunta tmidamnete mientras deja su comida en la parte despejada del escritorio de Sam
Sam fulmina a Ponk con la mirada antes de suspirar ante la sonrisa boba que este le dedico -Si, eran siete. Siete jefes iguales que dirigían siete divisiones distintas...- comienza a contar, haciendo pausas para terminar de comer -Pero con la llegada de un niño de seis años a la agencia... Bueno, había dos de ellos que...- está pensativo, sin saber. Realmente que contar y que no. Paranoico mira constantemente a una esquina que parece atormentarlo -Hubo desacuerdos, eso es todo-
-Desacuerdos... ¿Con que?- pregunta, sin realmente saber si debería de preguntar -No importa, lo descubrire otro dia- se apresura a decir apenas nota lo incómodo que estaba Sam -¿Puedo ver tu oficina?- pregunta con una gran emoción al ver algo que le llama la atención
-...- siente que habla, ve que mueve los labios pero no escucha que dice -Seguro... Solo trata de no tocar mucho... Hay muchas cosas que no estás listos para saber-
Por un segundo, siente que todo su cuerpo le falla, siente que escucho eso antes, siente que ya pasó esto antes, siente que esto no quiere que vuelva a pasar. Tiembla con miedo, pequeñas chispas de electricidad brotan de entre sus dedos
-Dream...-
Siente que hay algo que quiere escaparse de su cuerpo, un cosquilleo insoportable atraviesa todo su ser. Esta sintiendo la misma sensación de peligro que sintió cuando se encontró con Angel
Siente una punzada de dolor en el pecho y en sus piernas. Se obliga a doblarse y a agacharse para no terminar cayéndose
Se siente impotente, y lo peor de todo es que no sabe que es lo que desencadenó todo eso, está asustado
Su cuerpo pesa, todo en el pesa, como si la gravedad dentro de su cuerpo hubiera aumentado un mil porciento y...
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Y ante la duda, culpamos al héroe
FanfictionDe un rosal se destaca, una bella rosa blanca, que con su roció llama, lo que nadie ama Lejos de las llamas, el color de un hogar, ahora solo ve grises, sin vida que apreciar El descontrol de las mareas atraerá el caos, a todo aquel que se atreva a...