La soga cuelga de mi cuello, apretando por momentos, dejando una ligera marca en la piel. Me balanceo rítmicamente sin perder el equilibrio, mis pequeños zapatos negros de charol aún se retuercen si me inclino hacia adelante. El amor es un suicidio. Con esperanza de no ser empujada por él y la soga ahogue la tristeza que hay dentro de mi corazón. ¿Cómo pudiste creer que te amaba? Solo los necios se enamoran. Pienso en aquel vagabundo llamado Vsevolod. El inventó lo que es el amor, pues su esquizofrenia pudo con él. Hemos sigo engañados por el pobre vagabundo o quizás pobre de nosotros.
Todo empezó con Vsevolod. Se despertó por los rayos del sol que asomaba el 7 de Junio de 1915. El alcohol lo dejaba dormir en paz, pero no duraba mucho esa paz, dentro de Vsevolod dormían demonios a su lado acariciando su mano esperando a la muerte ser llevados juntos, pero él sabía que la muerte aún no iría a buscarle, no podría encontrarla aunque quisiera, pues intentó suicidarse 13 veces. Todas milagrosamente o diabólicamente fueron salvadas. Pero esta historia la dejaremos más adelante. No recordaba lo que soñó, ya no podía recordar nada más que el pan que se llevaba a la boca y el agua que caía de la vieja fuente en la plaza de Томск, Rusia. Lo primero que observó al despertar era el bullicio de la multitud acumulada en la plaza, los militares habían vuelto, con malas noticias. Los jóvenes, adultos y retirados con experiencia que habían ido a la guerra nunca volvieron. El llanto de una mujer cayendo en sus rodillas y suplicando, quizás a Dios, respuestas de por qué perdió a su hijo. Quizás se culpó así misma de no haber retenido o escondido a su hijo de la guerra. ¿Qué iba a hacer un pobre vagabundo que el alcohol era su medicina para dormir y no los medicamentos que los doctores recetaban a prueba de perder la cabeza a mediados del tiempo y ser un bolsillo para las farmacias y centros de psiquiatría? Vsevolod pensaba de esa manera y prefirió ser percibido como un alcohólico sin casa, sin nada como Diógenes, vivir como un perro. Entonces Vsevolod se acercó a la mujer que lloraba, y le dijo lo que era el amor. La mujer lo miro detenidamente y le empujó suavemente, pero el cuerpo del vagabundo era la mitad puro alcohol de una botella de ginebra, así que cayó de cabeza dándose un leve golpe en la parte izquierda del cerebro, su parte racional había sido golpeada. Entonces suspiró alegremente.
_ Por favor muerte, llévame contigo._ Susurró esperando que la sangre brotara de su cabeza, empezar a perder el conocimiento que poco le quedaba y poder dejar de respirar de una vez por todas. Pero solo fue su realidad. No había sangre, ni se había destruido el cerebro como él deseaba que hubiera pasado. Volvió abrir los ojos y la mujer ya se había ido, como un fantasma que duerme en la ópera. Oh, la ópera eso me hace recordar a estar enamorado. Estábamos hablando del amor. La palabra amor fue ideología del ruso vagabundo que dormía y vivía como el perro de Diogenes. Empezó a hablar de sus delirios a los jovenes enamorados que se veían antes del anochecer, hablaba del amor en las puertas de los bares mientras algunos militares reían y le regalaban un vaso de ginebra. Le preguntaban de dónde sacó esa idea del amor, Vsevolod contestaba que tuvo un sueño. Un gran sueño. Decía a todos que el amor era algo que estaba en el corazón. ¿La humanidad tiene corazón o razón? En casi todas las biblias está escrito que la humanidad mató al hijo de Dios. Y los asesinos fueron los que vieron crecer al hijo de Dios. Vieron la humanidad en el hijo de El, vieron su parte niño y su parte adulta, le pidieron ayuda, y muchos habrían abusado de su bondad. Entonces, la persona que más cerca está a ti, te destruirá. El enemigo comerá en tu mesa, beberá de ti y reirá contigo pero no en los cielos de Dios. Pero Vsevolod continuó difamando lo que era el amor. A tal punto llegó su esquizofrenia que nos ha hecho creer en él. Si el amor existe, porque cuando nos morimos no sentimos nada. No seremos más que dos almas que han compartido una vida. Que romanticismo más cínico. Me habría suicidado por ti mi amor, pero cuando despierte de la muerte, nuestros corazones no estarán sincronizados, ni siquiera nuestras pobres almas. Quizás te dé las gracias por haberme enseñado algo en esta vida tan maravillosa que Vsevolod dice que es, pero yo no la disfruto. No disfruto de este amor tan inexplicable. Su esquizofrenia ha hecho que la humanidad no tenga certeza de nada y de todo. Si te pregunto que es el amor, no podrías definirlo en una sola palabra. Bueno mi amor, te diré que el amor es un suicidio. Mi soga cuelga del cuello esperando a que no me empujes y me resbale de la silla en la que me balanceo mientras mi risa llena la habitación vacía, porque cuando empujes solo la agonía tomará riendas de mi cuerpo y moriré. Pero querido, no moriremos de amor pero si de la tristeza. El corazón dejará de latir. Perderé mi sensibilidad a la vida, de la cual a veces no tengo un ápice de bondad. Ni el apetito de amar. A veces, tu querida ángel, quiere esfumarse como el humo que sueltas en el cigarro de tus labios. Perderé la sonrisa que todos dicen amar. Si tanto la amas, ¿ Por qué destruyes lo que tocas? Mi amor, te dije que te amaría por siempre, que necios creernos uno al otro. Quien es más tonto, el que dice que te amara por siempre o el que escucha y esperará hasta el último suspiro de su vida ser amado. Cuántas veces le has dicho a alguien que lo quieres. Por eso Vsevolod ha ganado, en difamar el amor. Pues repetimos una y otra vez las mismas palabras a diferentes personas. Hemos dicho te amo más de una vez, hemos dicho que eres lo más hermoso que han visto mis ojos, hemos dicho que nunca hemos sentido este sentimiento. Hemos dicho mentiras como Vsevolod. Quizás empezaron a creer en Vsevolod porque temían saber la verdad. No saber nada de nada y seguir viviendo sin saber nada. Un vagabundo no diría mentira, pues el alcohol te hace delirar. Quizás Vsevolod no era un vagabundo y solo pretendía serlo para difamar sobre el amor. Porque si nunca hubiéramos escuchado sobre el amor, no tendríamos crisis existenciales sobre qué es el amor o que no lo es, pues muchos se sienten amados siendo castigados emocionalmente, y otros se sienten amados compartiendo las penas de la vida. No hay una respuesta clara. Creo que el amor es una traducción de lo que queremos. Imagínate pasar el resto de tu vida con alguien a quien tienes que traducirle tu alma y se asusten , o peor, no te entiendan. Que tragedia, pero no la mía.
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Las mujeres que no amaban a los hombres
Mystery / ThrillerEl hombre débil se vuelve fuerte cuando no tiene nada, porque sólo entonces puede sentir la locura de la desesperación. Arthur Conan Doyle