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Séptimo mes.
Mantas, almohadones, sábanas, edredones y cualquier cosa que fuera a necesitar Jimin, él creía que un carrito de compras no sería suficiente.
Hace apenas unos días que su alfa lo sorprendió de la mejor forma.
Había despertado cuando escuchó suaves murmuros que le cosquilleaban la piel. Se encontró a Jungkook muy entretenido hablándole a su vientre mientras trazaba diferentes patrones imaginarios sobre la piel.
Desayunaron juntos y después el pelinegro le pidió que se vistiera porque saldrían a un lugar.
Ojos vendados y manos temblorosas que terminaron convirtiéndose en lágrimas de felicidad y besos desesperados al observar la casa que su alfa había comprado para ellos dos.
La mudanza comenzó de inmediato, principalmente porque Jimin cursaba el séptimo mes y eso quería decir que no faltaba demasiado tiempo para tener a su hija en lo brazos. Ellos querían asegurarse que tuviera un espacio para ella. Una habitación con todo lo que la bebé pudiera necesitar.
Así que comenzaron a empacar y cargaron un camión de mudanzas entero. Los muebles que Jimin tenía en su departamento fueron movidos hasta la nueva casa y la sala de estar estaba repleta de cajas y cajas de cartón que descansaban apiladas.
Justo ahora estaban de compras en una tienda de interiores para comprar lo que hiciera falta.
Jungkook había tenido una idea la noche anterior, así que había convencido a Jimin de salir para buscar cosas para su nuevo hogar. El omega se había perdido en la tienda, mientras que Jungkook se apresuraba para tomar todo lo que necesitaría.
Palmeó las almohadas y acarició las mantas, asegurándose de que fueran lo suficientemente cómodas.
Estaba tan inmerso buscando, que no se percató del omega que se acercaba hasta que reconoció su aroma en medio de toda la tienda.
Él reconocería a su omega donde fuera.
Jimin llegó cargando unas lámparas no muy grandes. El alfa se apresuró a tomarlas, colocó las cajas en el carrito.
—¿Por qué no pediste mi ayuda? Sabes que no me gusta que te esfuerces mucho últimamente.
—Pido tu ayuda cuando la necesito, Jungkook —respondió sencillo—. Ahora no la necesitaba porque podía llevar las dos lámparas, pero gracias por preocuparte, alfa. Te amo.
—Te amo —el mayor besó su pómulo marcado y fue entonces que Jimin miró dentro del carrito.
—¿No crees que son muchas sábanas? Las que tenemos son suficientes.
Jungkook negó con su cabeza.
—Dejarán de ser suficientes con la llegada del invierno y nuestra hija, así que me aseguro de que tengamos todo lo necesario.
En parte, eso no era mentira. Es verdad que mantendría a su familia a una buena temperatura en invierno, pero también tenía algo preparado para su omega en estado, aún no tenía que saberlo.
Ellos terminaron llenando dos carritos. Ambos se apresuraron para ir a pagar cuando el omega se quejó que sus pies comenzaban a dolerle. Jungkook acariciaba su espalda baja.
Jimin se apartó de él para empezar a sacar todas las cosas que llevaban. El omega estaba tan adolorido y concentrado que no se dio cuenta que tenía la mirada puesta de un alfa sobre su cuerpo.
Y no era Jungkook.
El alfa encargado de atenderlos aceptaba las cosas que Jimin le tendía para que las marcara en la cuenta. Y el ojiverde se había dado cuenta de la mirada lasciva que aquel extraño le estaba dedicando a su omega.
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the city lights ᡴꪫ kookmin
RomanceJimin está bastante cansado de su irritante jefe, pero en serio necesita el empleo. Aunque el omega no está dispuesto a seguir soportando abusos en su trabajo. Así que decide plantarle frente a su odioso jefe, que también resulta ser un atractivo al...