Prólogo

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En la penumbra de una noche sin estrellas, Kuroo se encuentra sumido en un vacío que pesa más que la gravedad misma. Sus pasos son apenas un eco de lo que solían ser, arrastrándose en un callejón de sombras donde la luz parece haberse desvanecido para siempre.

Cada rincón de este mundo le recuerda su ausencia, como si su presencia hubiera sido el único hilo que mantenía unida su realidad. Ahora, que esta solo, atrapado en un laberinto de recuerdos y anhelos rotos que se deslizan entre sus dedos como arenas movedizas.

Sentía la agonía de su ausencia como un puñal en lo más profundo de su ser, un dolor que se retuerce en su pecho con cada latido de su corazón. Cierra los ojos y aún puede ver su rostro, su sonrisa que iluminaba su mundo con un resplandor que ahora se ha desvanecido en la oscuridad.

El silencio que lo rodea es ensordecedor, un eco hueco que resuena en su mente y le recuerda que nunca más escuchará su risa, nunca más sentirá su cálido abrazo y sus dulces besos. Está solo en un abismo de desolación, condenado a vagar en la sombra de lo que una vez fue una historia de amor.

Entre sombras y susurros | KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora