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El tintineo del cristal resonaba en el aire cargado de humo, mientras Kuroo vaciaba el contenido de su botella en su vaso una vez más. El alcohol quemaba su garganta, pero para él era un dolor bienvenido, un consuelo efímero en medio de la tormenta que era su vida.

Sus ojos enrojecidos se deslizaban por el contorno de la habitación, pero en su mente, solo veía a Kenma, como un fantasma que se negaba a desaparecer. Cada trago parecía traerlo más cerca de él, envolviéndolo en una neblina de recuerdos y emociones enterradas.

Kenma estaba allí, como siempre, con sus ojos grandes y expresivos fijos en él, como si pudiera leer cada pensamiento oscuro que cruzaba la mente de Kuroo. Su cabello teñido caía en mechones suaves sobre su rostro, mientras su sonrisa melancólica lo envolvía en un abrazo que Kuroo anhelaba desesperadamente.

"¿De verdad estás aquí, Kenma?", preguntó Kuroo, su voz temblorosa con una mezcla de esperanza y temor.

"No seas ridículo, Kuroo", respondió Kenma con su voz suave pero firme. "Kenma, está muerto, recuérdalo."

La mirada de Kuroo se volvió más cansada, más rota, como si el peso del mundo descansara sobre sus hombros. Sus ojos se nublaron con lágrimas no derramadas mientras luchaba por contener el torrente de emociones que amenazaba con ahogarlo.

" entonces... ¿eres un espíritu?", preguntó Kuroo, su voz apenas un susurro en el aire cargado de tristeza.

"Por supuesto que no", dijo Kenma con un suspiro lleno de resignación. "Soy más producto de tu imaginación. Una alucinación." 

Kuroo dejó escapar una risa nerviosa, una mezcla de alivio y desesperación. "Bueno, supongo que estoy perdiendo la cabeza.", admitió, aunque en el fondo de su corazón, deseaba con toda su alma que Kenma fuera algo más que una ilusión creada por su propia mente atormentada.

Kenma observó a Kuroo con una tristeza profunda en sus ojos, una sombra de la misma desesperación que consumía a su amigo. "Lo siento, Kuro", murmuró, su voz apenas un susurro en la penumbra. "Lo siento mucho."

Entre sombras y susurros | KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora