Rupturas (continuación)

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Alcoba de Irasue

El ambiente de aquel lugar sí que decía que quien lo habitaba era una youkai muy exigente en el estilo. Todos los muebles eran de primera calidad y sus colores contrastaban a la perfección, pero todo esto no quitaba que quien lo ocupaba andaba algo mal de la cabeza que justo en ese momento esta al borde de perder el control.

—Es inadmisible que mi hijo se haya vuelto en el siervo de esa humana —dijo con rabia a la vez que aventaba un florero— ¡Maldita, mil veces sea! Sesshomaru debería estar manejando los asuntos importantes y no ser un mero protector. ¡más aun de esa sucia humana! —grito y gruño la Inu—. Ojalá muriese.

Sus siervas se mantenía calladas recogiendo los pedazos del florero. Sabían que si hablaban Irasue las podía matar.

—¡Tu! —señalo Irasue—, desde hoy vas a ir a ser sierva de esa humana y me informaras de todo lo que hace —ordeno mientras se abanicaba—. En especial cuando mi hijo esta con ella.

—Como usted diga, mi señora —respondió temblando mientras estaba arrodillada sin verla al rostro— será informada de todo.

Y esta sierva salió rauda para llevar a cabo las órdenes. Aunque tenía una colera a la humana por el hecho de haberse metido con el Gran Toga, porque ella se hallaba enamorada de su señor.

Yumo, el nombre de dicha sierva, ahora tenía la oportunidad de deshacerse de la humana. Claro que lo haría con bastante cuidado. Es por esto que de cierta manera se hallaba feliz de ir a donde la humana.

Habitación de Kagome:

Nuestra querida humana al fin podía descansar en paz sin la presencia de Toga y ahora se dedicaba atender a Sango que aún estaba callada.

—Cuando salí no pensaba demorar —se justificaba ante lo que habia hecho pasar a su amiga—. Si hubiera vuelto rápido no hubieras pasado esta humillación —claramente Kagome estaba apenada y con colera por lo que Toga hizo.

—Nunca imagine que iba a ser víctima de su enojo —dijo Sango con voz temblorosa— siempre escuche que era alguien comprensivo el Lord.

La miko iba a contestar aquello, pero una sierva entro a su habitación.

—Señora Kagome, aquí esta su te —informo aquella sierva y agrego— y también Yumo ha venido.

Kagome no comprendió a quien se refería y miro a Sango que también se hallaba confundida.

—¿Quién es ella? —cuestiono aun confundida.

—Yumo atendía a la señora Irasue, es una youkai —explico puntualmente la sierva.

—No entiendo porque ha venido, mejor hazla pasar —dijo sin más remedio, debía saber el motivo.

De esta forma la sierva dio pase a Yumo quien tuvo que proyectar una imagen agradable.

—Mi señora, es un honor para mí estar a su servicio —dijo mientras hacia una reverencia a Kagome quien la miro absorta por los modales y palabras—. La señora Irasue pensó que mis conocimientos le serian de ayuda.

—Yumo, no quiero ser maleducada pero ya tengo varias youkais a mi servicio —señalo a dos de ellas—. Creo que debes seguir bajo las órdenes de la Señora Irasue.

En ese momento Yumo quería matarla, se habia rebajado a decirle palabras que solo diría a uno de sus amos. Sin embargo, se tragó su orgullo y cayo de rodillas ante Kagome que en su asombro abrió más los ojos.

—¡Por favor mi señora, acépteme! —dijo con voz de súplica— porque si no la señora Irasue me castigara alegando que soy una inútil de no poder tener la capacidad de cuidarla. Por favor no haga que me castiguen —suplico—. Usted no sabe los castigos que la señora Irasue es capaz de darme, se lo suplico déjeme servirle —en este punto Yumo gateo arrodillada hacia la humana.

Kagome mira a Sango quien se hallaba muy sorprendida de tal escena.

—Deja de hacer eso Yumo, no tengo intensiones que te castiguen —contesto rápido Kagome, perturbada de verla ahí rogándole—. Por favor levántate.

—Solo lo hare si me acepta mi señora —contesto con voz de súplica mientras miraba el suelo.

—Está bien lo hare, pero ya deja de hacerlo —contesto entre avergonzada y con pena que castiguen a Yumo por su culpa.

Acto seguido ella procedió a pararse.

—Muchas gracias Señora Kagome, sabía que tenía un buen corazón —respondió con una sonrisa falsa en el rostro.

Solo que en ese momento el sueño venía a Kagome producto del té que habia tomado haciendo que bostezara sonoramente.

—Por ahora no necesitare de nadie, deseo dormir —informo a los ahí presentes.

No paso mucho tiempo y al fin Kagome descansaba acompañada por Sango.

En Algún Remoto Lugar Del Palacio

Por su parte el Príncipe heredero caminaba lejos de las habitaciones, sentía algo de enojo por las cosas que su padre quería hacer. Sentía rabia que su padre no recapacitara de lo que habia hecho porque eso mostraba las cosas que le decía a la humana.

—¡Vaya, Príncipe Heredero! —dijo con mofa Inuyasha que casualmente también habia salido—. Veo que la humana te dio permiso para que puedas pasear —dijo con ironía esta última palabra—. Pasaste de ser el casi heredero a siervo de una sucia humana.

Los ojos de Sesshomaru destellaban furia, pero no quería caer en el juego de su medio hermano.

—Inuyasha tus planes de provocarme, no tendrán resultados —respondió retomando su camino—. No eres lo suficientemente inteligente para hacerme perder los estribos.

Escuchar eso hizo que el hanyou gruñera, pero a su mente acudió otras ideas que puedan desequilibrar al heredero.

—Como quieras puedes tomar mis palabras Sesshomaru —contesto calmado o eso quería aparentar— pero en uno de estos días voy a ir por ella y ver porque tú la proteges y claro saber porque mi padre se la cogió —agrego en tono triunfante, viendo que su hermano habia detenido su paso—, quizás al probarla pueda entender el gusto de mi padre.

En ese momento Sesshomaru camino hacia Inuyasha quien dejaba de ser hanyou por la luna nueva.

—La humana no es de nadie y menos de nuestro padre —aclaro con una ligera sonrisa al tomarlo por el cuello—. Y si te atreves a tocarla te veras conmigo que a diferencia de nuestro padre soy capaz de matarte —viendo los ojos desconcertados del hanyou y apretó más su agarre—. Agradece que no soy un cobarde que aprovecha tu forma humana para hacerlo.

Para este instante Sesshomaru lo liberaba de su agarre y retoma su camino sin embargo el hanyou en medio de la tos provocada por la falta de aire hizo el esfuerzo de hablar.

—Ni creas que te agradeceré el no hacerlo hoy —dijo muy enojado, sacando su espada.

Aquel ser tan inmaduro y que al parecer no pensaba se dejó guiar por sus emociones porque empezó a atacar a Sesshomaru que esquivaba cada ataque que lanzaba.

—¡Deja de jugar conmigo Sesshomaru! —grito Inuyasha lleno de rabia—. No me crees tu oponente por ser un humano —desafiaba sin temor.

—Nada me costaría acabarte Inuyasha —respondió, sacando su espada— pero ya te dije no soy un cobarde.

—Deja la careta del hermano responsable y tolerante, Sesshomaru, no te queda —provoco más en espera de recibir algún golpe.

—Aunque seas un hanyou o un humano, eres la segunda deshonra de nuestra familia — para este momento el Daiyoukai daba un certero golpe con la parte del mango de su espada en el estómago del hanyou.

Este golpe dejo sin aliento al hanyou que cayó en ese momento en el suelo no profirió ninguna palabra, su dolor no lo permitía. Sesshomaru viendo todo aquello, solo enfundo su espada dejando al hanyou tirado en el suelo.

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próximamente los capítulos finales. espero que haya sido aceptable la historia. decirles que esta historia ha sido un remake de la que hice en fanfiction hace años, cuando apenas empezaba.

Bien por MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora