Quien eres

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Está vez era una pelea de mi padre con un hombre al cual no logré ver bien su rostro porque estaba desfigurado. Mi padre lo golpeaba muy fuerte logrando hacerle moretones hasta sacarle sangre de su rostro. Pero llegó un mujer, alta, de cabello negro y piel muy blanca, con un arma en su mano.
-Fernando, amor, déjalo-dijo esa voz femenina- Sabes porque las abejas mueren después de picar a alguien, es porque dejan siempre su aguijón clavado en el lugar q pican. Este idiota, nos picó, pero cometió el mismo error de la abejita, dejo su aguijón, ahora pues...solo le toca morir.
-No!! señora Sofía, déjeme vivir por favor, prometo serles fiel, no voy a fa..-un disparo hizo q su sangre salpicara la pared dejándolo completamente sin vida. La mujer se volteo, con una cara de maniática.
Desperté a mitad de la noche, solo había sido una pesadilla y no me había gustado para nada, se sentía muy real, mi madre no podía ser ese tipo de personas, ella era calmada, amorosa, tierna, pero no asesina, mi madre no podía ser ese monstruo. De mi padre tampoco me lo esperaba, hasta ayer lo consideraba el mejor hombre de todos. Pero me equivoqué, mi padre no era digno de tener una familia, no siquiera de tener un hogar. Fui hacia la cocina por un baso de agua y volví a mi cama a intentar dormir.
Al día siguiente. Fui a visitar a Helen temprano, cuando me enteré q había despertado me puse muy contenta y quería verla. La verdad estaba muy delicada, no podía casi moverse por sus constantes mareos, pero al menos podía hablar, y yo le hice compañía durante un tiempo.

-Como ha estado señorita-me dijo Helen con calma.

-Pues no tan bien Helen, creo q tú ahora mismo estás en mejores condiciones q yo- reí y ella se quedó perpleja cuando le dije esto.

-Q te ha pasado señorita, q tiene.- La note preocupada, pero me negué a contarle en ese momento.

- No pasa nada Helen, cuando estes mejor te explico. Ahora descansa para q te cures rápido y tengas fuerzas para recoger mi habitación q está hecha un desastre- ella sonrió y eso me agradaba, hacerla sonreír me gustaba, porque sabía q ella no estaba bien, y q estaba pasando por un momento muy fuerte. Se quedó dormida, y después de un tiempo me marché. De camino a casa recordé lo de Aritz, q quería hablar conmigo, saque el teléfono de mi bolso y tenía una llamada perdida de él. Le marque nuevamente y me respondió muy rápido.

-"Saili, que tal"

"Em, hola, todo bien gracias"

-"Ok, ayer te dije q teníamos q hablar. ¿Puede ser ahora?

"Si, claro"

-"Ok, ve al mismo Café de ayer"

Colgó la llamada. Aritz estaba muy extraño al menos conmigo, desde q vio a mi madre no me ha vuelto a tratar como antes, aunque bien, solo había pasado un día, quizás sea estrés por su trabajo, o algo le habrá pasado.
Llegué al Cafe y lo esperé. A los 15 minutos llegó, tan guapo como la última vez, fue hacia mi y me beso en la cara, no fue tierno, me beso rápido y se sentó en el otro lado de la mesa. Yo solo lo observé, pedí un café bien cargado, lo necesitaba, porque no había dormido casi nada la noche anterior.
-Y,  ¿Q tienes q hablar conmigo?

-Pues, yo solo quería, pedirte q........q fueras mi novia, yo quiero estar contigo Sai, ayer me quede toda la noche pensando en ti y....la verdad es q me encantas.-lo mire sorprendida o sea, quien le pide a alguien q sea su novia al segundo día de haberse conocido, ni siquiera sabia mis apellidos, ¿o si?
-Em,Aritz, haber, si mal no recuerdo, ayer te dije q iríamos despacio, no creo q pueda ser tu novia aún, creo q es mejor q nos conozcamos mejor...- Bajo la mirada con decepción- o sea, tu si me gustas mucho-Le dije con un poco de vergüenza y el me miro con sus hermosos ojos azules q realmente me volvían loca.-pero aún así, Aritz, quiero ir un poco más despacio.
"No seas mentirosa, sabes q estás colada por él"
Cállate conciencia...
Aritz tomo mi mano y posó sus labios sobre ella, me ruborice mientras el miraba, al parecer, él sabía q sus ojos eran mi debilidad porque siempre me lanzaba esas miradas seductoras q hacían q me derritiera, y q hacian q vinieran a mi cabeza pensamientos "sucios" no tan "sucios".
-Disculpa, princesa, es q la verdad tu me gustas mucho, y, pues lo dije por impulso, no pensé en lo q querías tu.-le sonreí.
- no te preocupes te entiendo. Pero bueno ya sabes. ¿Eso era lo q me ibas a decir?
-Eee, sip solo eso.- lo note un poco nervioso.
-¿Seguro?
-Sip.
Terminé mi café y el se mantuvo callado esperando a q terminara.
-Sai, te gustaría....ir a una fiesta hoy en  la noche.
-¿dónde?
-Es en casa de un amigo q quiero presentarte.-lo mire pensativa.
- ¿A q hora es?
-Sip!!-dijo cómo un niño cuando gana un juego, lo q me causó risa- a las 8 paso a buscarte.
Me acompaño hasta mi casa, se despidió de mi  y se fue. Entre a mi casa y mi madre estaba con mi padre en el salón y pude escuchar lo q estaban hablando me quedé en el pasillo para escuchar.
-Sai, está en peligro con ese chico.
-¿Pero quien es?-le preguntaba mi padre confuso.
-No lo conoces porque tú siempre estás en tus negocios, pero yo sé quién es.- quise escuchar más pero choque con una mesa q tenía una escultura de mis padres, la cual tumbé, rompí e hizo un ruido q asustó a mis padres.
-Sai, hija,¿Eres tú?- Ya no podía seguir en silencio y tuve q hablar.
-Em, si papá, acabo de entrar.
No lo saludé siquiera, solo levanté la mesa, la escultura hecha trozos y subí las escaleras hacia mi habitación. Tome una ducha y me acosté en mi cama a pensar. El chico del q hablaba mi madre ¿Era Aritz?

Nota:
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