Abro la puerta con atronadora lentitud, tragando con dificultad para encontrar el pasillo de bienvenida completamente vacío.
Mi padre seguramente se encuentre en el salón, o en su cuarto. No tengo ni idea, pero a cada paso que doy, me cuesta más avanzar, tanto, que en algunos momentos es Peeta quien tira de mí para seguir caminando por el pasillo que lleva al salón. Un trayecto que nunca me pareció tan largo y oscuro como ahora.
- Sabes que no tienes por qué hacerlo, ¿no? - pregunta de repente mi rubio, mirándome con preocupación.
- Sí. - le contesto, mirando por escasos segundos al suelo. - Pero no puedo seguir retrasando las cosas. Es inevitable.
- ¿Qué es lo que tanto miedo te da como para que no quieras ir?
¿Que qué es? Nunca me lo había planteado antes, a decir verdad. ¿El hecho del tema? No creo. ¿La posible respuesta que reciba? Sí, eso es lo que me aterra.
- No sé por qué Snow parecía tan interesado en que sepa quién es Lucy Gray Bair, y temo que la respuesta no me guste.
- ¿Desde cuando las respuestas que obtenemos nos gustan? - cuestiona, con razón. - Hablo por ambos cuando digo que sea quien fuese esa chica, no es peor de lo que podamos afrontar.
- Si estuvo involucrada con él, no creo que sea algo bueno.
Soy sincera cuando digo esto. ¿Hay algo que rodee al presidente Snow, que sea digno de admirar y querer? Porque yo, hasta ahora, no lo he encontrado.
- Dijo que fue una "amiga" del pasado. - añado, y cuando mis ojos se fijan en el frente, me doy cuenta de que ya hemos llegado. - Además, seguro que mi padre no sabe nada de esto.
- Si no preguntas, amor, nunca lo sabrás. Yo voy a estar a tu lado, ¿de acuerdo? Diga lo que diga, lo afrontaremos juntos.
Sonrío con tristeza y ternura, dándole un apretón en la mano que sostengo en forma de "gracias" y me acerco a él para darle un suave beso en los labios. Unos corto, pero con mucho sentimiento en él.
Peeta me acaricia la cara para luego ser el primero en pasar el lumbral de la puerta, sin soltar mi mano en todo momento, cosa que agradezco interiormente. Mi padre, cuando escucha la madera crujir a causa de nuestros pasos, mira hacia donde nos encontramos, y la esperanza aparece mostrada en su mirada. Se levanta como el rayo y comienza a caminar hacia mí a grandes pasos, abriendo los brazos y envolviéndome en estos, nervioso.
Yo también lo hago, pero me separo con rapidez y lo dejo levemente confundido en el sitio.
Me encuentro seria. La situación así lo requiere.
- Papá, tengo que hablar contigo de un tema serio. - digo, asustándolo.
-¿Dónde estabas? ¿Alguien te hizo daño o algo?
- No, no. - lo freno antes de que saque falsas conclusiones. - No me sucedió nada, estoy bien. Es por otra cosa.
- ¿Es por algo malo? - me interroga, preocupado.
- No. - cuando digo esto me doy cuenta de que no lo sé, así que rectifico lo antes posible. - Bueno, no lo sé.
Su cara es un poema.
Está confundido, y mucho, juntando las cejas en el medio de su frente, mientras que su oscura mirada se muestra con miedo y preocupación, al igual que desconcierto. No sabe lo que sacar de conclusión con esto, quedándose callado, expectante a mi explicación.
Meto la mano en el bolsillo donde se debe de encontrar el trozo de papel doblado, y pronto siento cómo mis dedos rozan el fino material, agarrándolo y sacándolo de ahí.
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En Llamas {Peeta y tu}
FanfictionSegunda parte de la trilogia de Los Juegos del Hambre ~~~~~•~~~~~~•~~~~~~~•~~~~~•~~~~ EL MUNDO ESTARÁ OBSERVANDO. _______ Smith ha sobrevivido a los juegos del hambre, pero el Capitolio quiere venganza. Contra todo pronóstico, Katniss Everdeen, Pe...