El padre de Gabriel se encontraba ya en la cárcel. Gabriel no pudo contener la ira, el dolor, todo esto fue un golpe duro para él. Todo este tiempo su padre le había mentido desde niño, diciendole que todo lo que había pasado fue un accidente, que siempre intento ayudar a su madre pero nunca lo logró, todo era mentira...
Gabriel salió de la delegación, perdido en su mente sin saber a dónde ir, no tenía un hogar, de hecho nunca lo tuvo.
Camino y camino, hasta llegar a la puerta de Lili, está le abrió la puerta felizmente pero al ver Gabriel con lágrimas en sus ojos, supo que algo no andaba bien.
—¿¡G-ga-Gabriel!?. —Dijo Lili asustada.
— ¿¡Que te pasó!? ¿P-Porque lloras? ¿Paso a-algo?. —Dijo Lili
—Me tengo que ir.
—¿¡Qué!? ¿¡Qué estás diciendo!? ¿A dónde irás?. —Dijo Lili alterada.
—Necesito irme de aquí, se que la noticia es repentina. Pero no quiero pasar más tiempo aquí. —Dijo Gabriel
—¿Enserio te irás..?. —Dijo Lili preocupada.
Gabriel con una mirada de tristeza le dijo que sí. Las lágrimas de Lili empezaban a salir, cada vez que intentaba decir algo, su voz se quebraba.
Gabriel tomó su rostro y la acaricio, con
una mirada de tristeza tuvo que alejarse de ella.
Pero antes de que se aleje más, Una voz rota y con miedo habló.
—¿Por qué te tienes que ir? Me dejas sola, con un dolor en mi corazón.
¿¡Porque no piensas en mí!?...No te alejes más por favor. —Dijo Lili llorando.
Gabriel estaba a unos metros de distancia de la puerta de Lili, este se volteó y miro a Lili, solto unas palabras que Lili nunca iba a olvidar.
—Te Amo..Te amé desde el momento en que te ví, mi corazón te pertenece y nuncá podrá olvidarte, Volveré por ti.
Diciendo esto Gabriel se alejó más y más dejando sola a Lili. Caída en el suelo, llorando, y repitiéndose una y otra vez ¿del porque la dejó?.
Si bien, podría ser palabras vacias. Ella esperaria para encontrarse con aquél hombre que tanto ama.
Gabriel se fue del país en el mes Junio, así pasando dos años fuera del País. Para ese entonces se acercaba el cumpleaños de Lili.
—October 23, in Russia —
En alguna parte de Rusia alejado de cualquier problema, Gabriel se encontraba en un almacén abandonado para entregar la "mercancía".
—¿Tienes la mercancía? Tu jefe y yo hablamos de cuánto debe ser el pago.
—¿Enserio?. —Dijo Gabriel soltando una risa
—¿Acaso dudas? Tu jefe me dió el valor de 400Mil dólares, ahora dame la mercancía.
—¿Crees que mi jefe es tonto? ¡Ja!. ¡Estás muy equivocado!. —Dijo Gabriel con una mirada fría.
Si bien, el almacén era algo viejo este no evitaría una pelea de bandas.
—¡Cállate la puta boca! Y entrégame la mercancía, o llamaré a tu jefe.
—Si eso quieres, hazlo, veamos que dice. —Dijo Gabriel con una mirada burlosa
—¡Maldito, hijo de puta!
¡Ring! ¡Ring!
—¡E-esto no puede ser! —Dijo el traficante co una voz temblorosa.
—Mucho gusto, me presento. Soy Aleksei Sovetski
Si bien Gabriel debía ocultar su identidad por meterse con la mafia rusa, este era bien conocido por los miles de asesinatos crueles que un ser humano puede imaginar.
Su banda era bien conocida por vender la mejor mercancía de Drogas. Precisamente creaba tratos con personas importantes, así logrando tener una gran fortuna.
