Necesitamos ayuda

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Sabes, no se cómo decirte que no eres inocente, sin que sientas que te estoy juzgando. Es que, es imposible que no hayas cometido un error en toda tu vida. Alguna vez lo hiciste, todos lo hicimos.

¿Sabes que les pasa a los que pecan? Tienen pagar por lo que hicieron. Claro, hay unos que pagan más que otros, porque sus delitos son más graves.

Digo, ni que fuéramos asesinos. A menos que... ¿Alguna vez pensaste en matar a alguien? ¿Estabas tan enojado que quisiste que algo malo le ocurriera a otra persona? No somos violadores, o ladrones... ¿Contará la vez que viste a esa chica? ¿Aquel chico al que te imaginaste besando? ¿Aquella pequeña cosa que tomaste porque nadie más la buscaba? 

Al final y al cabo nadie lo ve. Solo tú, ¿verdad?

¿Y si alguien lo viera? 

Cambiaría eso algo para ti.

Todos somos pecadores y fracasamos en nuestro intento de ser perfectos.
Seré franca. La paga del pecado es la muerte.

Lo dice Dios, pues Él estableció las normas.

"por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,"
(Romanos 3:23)

Ahora, quizás me digas que eso no importa, porque eres mejor persona que muchas otras. Lo reconozco, eso puede ser verdad, y aun así, no te da salvación.

Quizás me digas que tú crees en Dios, ¿y eso qué? El diablo y los demonios también creen que Dios existe, pero ellos no irán al cielo cuando al fin sean destruidos. Puedes creer que Dios existe y eso no te hace su hijo.

Alguno puede argumentar que no cree en Dios, que es ateo. Bueno, pero crees en la oscuridad, aunque no existe. La oscuridad es solo la ausencia de luz, que no veas algo no significa que no exista. No importa donde busques el hombre no puede probar dos cosas: 1) Que Dios no exista, porque no pueden probarlo; 2) Que Jesús no haya muerto y resucitado, sí esto no ocurrió entonces es falsa toda la fe cristiana.

Te haré una pregunta:

Sí hoy murieras, ¿a dónde irías? ¿Por qué?

La paga del pecado es la muerte, una muerte espiritual, una que te mantiene eternamente apartado de Dios. Es decir, el que muere sin Dios, no va al cielo, porque está muerto espiritualmente, apartado eternamente de Él.

Como Dios es Santo no puede estar cerca de un hombre o mujer pecadora, los consumiría.  Nosotros, por ningún medio podemos restaurar esa relación rota de pecado, porque todos hemos pecado. No podemos cumplir con sus estándares. Nunca lo lograremos, ni la persona más humilde y buena del mundo. Nadie. Así que, Él determinó pagar esa deuda por ti y por mí.

La cruz que vez en las iglesias es un símbolo de lo que hizo por nosotros. Él planeo que su Hijo Jesús viniera a este mundo, completamente hombre y completamente Dios para morir en nuestro lugar.

¿Entiendes esto?

El Juez entrego a su Hijo para que pagará por tus errores.

Jesús nunca pecó, por lo que fue el sacrificio perfecto para pagar por nuestra maldad, para redimirnos. El inocente murió por los pecadores.

Pero, Él no está muerto. No está en esa cruz, tenía que morir y luego resucitar. Él venció a la Muerte para que tú y yo, no solo fuéramos perdonados, sino para que todo aquel que cree en Él tenga acceso a la vida eterna.


"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."
(Juan 3:16)

Lo único que tienes que hacer es: Creer que Jesús es el Hijo de Dios que murió por tus pecados y resucitó para salvarte; reconoce que haz pecado, pide Su perdón y arrepiéntete; y acéptalo como tú Señor y tú Salvador.

Sí tomas está decisión, Él te dará el regalo de la vida eterna y el Espíritu Santo vendrá a tu vida.

La respuesta a la pregunta anterior será definitiva, irás al cielo, porque Él pago por tus pecados y te ha dado vida en abundancia. Ahora deberás esforzarte por seguirlo y no pecar; con su ayuda y su guía es posible.

Si tú crees eso, te invitó a qué ores a Dios y se lo digas. Siéntete en libertad de complementar o cambiar esta oración.

Señor Jesús, yo creo que tú eres el Hijo de Dios que murió por mis pecados y resucitó al tercer día. Reconozco que he pecado, perdóname por todas las cosas que he hecho.
El día de hoy, quiero que entres en mi corazón. Yo te acepto como mi Señor y mi Salvador.
En el nombre de Cristo Jesús, Amén.


Ya sea que hayas creído o no, te digo: Él reino de Dios se ha acercado a ti.

Sí murieras hoy, ¿a dónde irías?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora