Viaje a mi Estocolmo

Te amo

Cómo siempre me levanto al sentir como mis pies son jalados bajo la delgada sábana que cubre mi cuerpo.

Él es así, no es malo.

Un par de manos suben a mis pechos desnudos y los rasgan con un deseo descomunal. Duele, pero no me quejo.
No me quejo porque la corbata en mi boca me lo impide. Pero aún si ésta no me estuviese callando, no lo haría.

Él no es malo.

El amor de mi vida pasa sus manos sobre mi cintura, mis caderas, mis muslos, mis pechos y mi cuello. Y se queda allí, aprieta un poco pero no demasiado. No aún.

Quiero tocarlo. Pasar mis manos por sus anchos hombros, su suave y musculosa espalda, pero no puedo. Mis manos no se mueven por alguna razón.
Pero a él no le importa, él solo se concentra en qué yo disfrute de su toque.

Él es así.

La primera vez me costó entenderle, estaba acostumbrada a que el sexo fuera suave y lento, pero él me demostró que puede ser apasionante, exitante y delirante a la vez.
Ahora solo puedo pensarlo así.

Imaginar los hielos recorrer mis muslos hasta llegar a mi intimidad, dejar de queme un instante  y dejar que sea placentero.

Inhalar el humo del cigarrillo que mi amado disfruta junto a mí, para luego sentir el calor en mi piel cuando apoya las colillas en mi abdomen.

Sentir la cera de las velas aromáticas caer sobre mis pechos y mi espalda. Él siempre escoge las que huelen a flores, porque sabe que son mis favoritas.

Retener el quejido en mi garganta cuando pasa las navajas cerca de mi intimidad, solo para verme temblar bajo su toque.

Él es así, no es malo.

El tacto es su mayor elemento. Él jamás me deja ver, la oscuridad es todo lo que mis ojos logran capturar.

Siempre es así... Al principio me costó, luché mucho. No entendía sus gustos, no entendía nada.

Con el tiempo me acostumbré, y pude ver qué todo lo hacía por mí, para mí, el solo quería que yo disfrutará. Jamás nadie se había preocupado así por mí.

Él era el único. Mi todo.

Pero a veces, no lo entiendo. Lo amo, pero no comprendo.

A veces se olvida de venir a verme, me deja sola en la habitación por días. Con los ojos vendados y la boca tapada. Desnuda.
Pero cuando llega, lo hace para acariciarme, para hacerme sentir suya.

Él me amaba lo suficiente... A mí. Las demás eran solo pasajeras. Llegaban y se iban rápidamente, no lograban soportar el placer que mi amado les concedía.

Yo era diferente, yo aguantaba todo lo que él quería porque sé que lo hacía por mí bien.

Yo era diferente...

Sus manos suben rasguñando mi cintura, le gusta mucho llegar a mis pechos y quedarse allí por un momento. Pero hoy no lo hace, va directo a mi cuello.

Hay dos manos más en mis muslos, parece que hay otra persona con él.
Yo no quiero a otra persona, yo solo lo quiero a él.

No sé cómo expresarlo, jamás me negué a nada. Pero solo quiero sus manos, solo a él.

Mi boca no puede soltar sonidos, mis manos están inmóviles. Solo puedo removerme inquieta esperando que comprenda que no quiero que otra persona me toque.

Creí que lo comprendería, pero sus manos aprietan más mi cuello, como nunca lo hace.

¿Te está obligando ésta otra persona?

Un poco más suave. Quiero decir, pero lo puedo.

Dos manos más se suman a tocar mis pechos. Hay tantas manos sobre mi que me molestan. Pero aún así reconozco las tuyas.

Las tuyas aprietan aún más mi cuello, tanto que dejo de respirar.

Que raro es el amor. Te amo porque sé que querías protegerme de aquellas manos desconocidas que recorrían mi cuerpo. Sé que querías demostrar que solamente era tuya.

Te amo.

Aunque no conozco tu rostro.
Aunque me hayas encerrado por varias noches sola.
Aunque me hayas lastimado para satisfacerte.
Aunque me hayas secuestrado.
Aunque sea una opción como las demás mujeres en las otras habitaciones.

Te amo.

Aunque me hayas asesinado porque tenías a otras nuevas.
Aunque me hayas entregado a otros.
Aunque nunca haya visto tu rostro.
Aunque nunca haya oído tu voz.
Aunque me hayas quitado la vida.

Yo te amo.

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El síndrome de Estocolmo es un fenómeno paradójico en el cual la víctima desarrolla un vínculo positivo hacia su captor como respuesta al trauma del cautiverio, lo cual ha sido observado en diferentes casos, tales como secuestro, esclavitud, abuso sexual, violencia de pareja, miembros de cultos, actos terroristas, prisioneros de guerra, etc...

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📌Espero que hayas entendido la lectura, gracias por leer ^^

Yosi_18💜