Continuacion Parte 2.

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a tu hermano, te llevamos. – en ese momento, Christian me miró perplejo.
- ¿Quieres ir con ella? – preguntó, yo asentí.
- Claro, sería lindo llevarla al cine – ahora me dirigí a la pequeña – Pero debes portarte bien.
- Aja – rió ella.
- Bien, tal vez una película no sea tan mala idea. – yo sonreí, realmente era buena en esto.
- Vamos entonces – Busqué mi billetera en mi bolso y la guardé en mi bolsillo, luego tomé a su hermanita en brazos y la sostuve con una mano, y con la otra, tomé la mano de Christian.
- Espera un poco – se soltó y se fue corriendo a su habitación, volvió a los cinco minutos con unos lentes de sol y un gorro
- Bien, vámonos – rió.
- ¿Y eso para qué?
- Para las Fans, se supone que no pueden verme o no podremos ir al cine.
- A Claro, olvidé que tiendes a ser actor – lo molesté y ahora fue el quien me tomo la mano y me dedicó una deslumbrante sonrisa.
Salimos discretamente de la casa y caminamos por más o menos dos cuadras hasta llegar a un cine.
- Bien pequeña, vamos a escoger la película – le dije a Zo llevándola a las taquillas – dime cual quieres.
- Esa – apuntó a un cartel donde estaba dibujada una princesa y en su mano, un sapo
- Vaya, tendremos que ver esa – reí, y fui a comprar tres boletos.
Cuando volvimos con Christian, él tenía en la mano palomitas de maíz y dos sodas.
- ¿Vamos a ver esa? – se quejó.
- Claro, a no ser que quieras llevar a tu hermanita a ver una película de terror, y luego no te deje dormir por las pesadillas.
- Creo que esa es perfecta – le sonrió a Zoey – muy buena elección.
Entramos a ver la película, a Zoey le gusto mucho, se quedaba muy atenta y a veces se reía, esa niña es muy lista. Pero Christian... creo que se quedó dormido en los primeros 20 minutos, no quise despertarlo, ya que no hacía ruido, y se veía tan lindo... ¡Digo!, porque tal vez necesitaba descansar.
Dios (tn), concéntrate, no necesitas distracciones.
Cuando terminó por fin la peli, me acerqué despacio a Christian y le susurré.
- Ya terminó, podemos irnos. – Pero no despertaba – Christian, vámonos - Comencé a inquietarme, debí preocuparme un poco mas por él, después de todo, era EL mi protegido – Esto no es gracioso – mi voz sonaba asustada, demostraba mas de lo que estaba.
Me acerque un poco mas, para percatarme de si respiraba bien.
De pronto abrió los ojos y se lanzó sobre mí, cayendo los dos en otro asiento contiguo al suyo.
- Caíste – rió. – Mira tu cara de asustada.
Mi corazón latía a mil, más que del susto de que algo le pasara a Christian, de la impresión, y la repentina forma en que saltó, ya que al acercarme, había oído su respiración.
- Ha-ha-ha, que gracioso – dije con sarcasmo, cosa que no me resultó mucho, ya que estaba algo nerviosa al tener a Christian sobre mi, y teniendo nuestros rostros tan cerca.
- ¿Qué, estas nerviosa? – rió, yo solo intentaba no mirar sus labios.
- No – cerré los ojos – ya sale, me estas aplastando – me quejé.
- Yo estoy cómodo – dijo él, y acercó un poco mas su rostro al mío - ¿tu no?
Me quedé muda, viendo sus ojos, sus facciones, su expresión, su boca.
Con la poca luz que había podía distinguir todo perfectamente, no faltaba nada. Miré de reojo a Zoey, pero ella estaba entretenida viendo letritas pasar rápido en la pantalla de la sala del cine, no nos estaba prestando atención, Christian cerró sus ojos, y yo lo seguí, esperando con ansias el momento en que nuestros labios se rozaran

Mi trabajo es ser tu novia.- Christian Beadles y tu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora