XXVII

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Mira que las coincidencias existen.

-Eras tú -dice en voz alta incrédulo-. Nunca había pensado en eso. Yo sabía que te habían abandonado, pero nunca creí que fueras tú la del parque -dice emocionado y sorprendido.

Yo parezco un poste, aunque por dentro también me sorprende y me causa un calor interno en el pecho saberlo.

-Todo el tiempo te conocí y no lo sabía, ni tú sabías sobre eso -murmuro analizando.

-No esperaba esto -levanta las cejas emocionado por la sorpresa-. ¿Sábes? Ni Marvel, ni Malak, ni Caroline me han hecho nada -murmura pensativo, luego de un minuto procesando lo de antes-. Ella jamás me han tocado un pelo, y no porque haya hecho todo lo que me piden, sino por esa obsesión que creó Marvel hacia mi luego de encontrarme.

Trago grueso incómoda.

¿Qué tiene él que no tenga yo?

Es algo que definitivamente debo cuestionarme, porque no comprendo. Siempre fui buena y nunca mala hija, no entiendo por qué yo tuve que pagar por lo que sea que haya hecho mi padre.

-Ni yo lo comprendo, porque solo soy una persona común y corriente que no tiene tiempo para hacer lo que le gusta porque constantemente necesitan de mi esas perras, o tengo que salvarte el culo.

-No lo digas de esa forma, porque me vas a hacer sentir como una mierda. Sé cuidarme sola y...

-Yo lo sé, pero tampoco puedo arriesgarme a perderte. Porque al menos tú si conociste a papá, pero yo no. Yo no sé lo que es el cariño de un padre, porque el adoptivo, aunque era bueno, no tenía tiempo para mí y no creo que sea lo mismo con Carel, hasta donde sé era buena persona y padre también -masculla ensimismado-. Malak me contó que ustedes se ponían a jugar a lo de Rapunzel y Eugene. Recuerdo que tuve que contenerme para no mostrar que en realidad eso me dolía. Tampoco pienses que es que te envidio, ya que no es eso, si no que quisiera haber estado allí con ustedes también.

-Si no lo estuviste era porque convenía. Quizás ahora estuvieras muerto, o fueras peor que yo -inquiero como si yo creyera en eso del destino.

Lo escucho resoplar con fastidio.

-Lo que me da rabia es que te hayan hecho esto -Me señala cabreado-, sin motivo. Ella realmente no tienen motivos para hacerte daño y te lo hicieron cuando niña, lo peor es que continúan.

-Yo también me hago la misma pregunta.

-Lo que me dijeron cuando me hablaron de tí fue que cuando era una bebé, tenías la misma mirada de nuestro padre -dice logrando que apriete mis puños-, buena, ingenua, afable... y eso a ellas no les gustó. Cuando escuché tales cosas sentí mucha rabia, pero me aguanté porque podían matarme ahí mismo como si fuera basura -declara.

Lo veo a los ojos con fijeza notando su irá al recordarlo.

-Es por eso que las odio tanto -afirma con la mandíbula tensa.

-¿Solo imagina cuánto yo lo hago? -puntualizo inclinándome un poco hacia él.

-Por eso estoy aquí para ayudarte -informa seguro-. Yo tengo un plan.

-Y yo también -aviso con una sonrisa que no demuestra nada.

Suspira y se pasa las manos por el cabello.

-Luego hablamos sobre eso -le resta importancia-. Sé que te interesa saber la razón por la que mataron a nuestro padre...

-Pues claro... Es que yo necesito conocer la razón y definir si es justo lo que le hicieron -lo interrumpo con voz irónica.

Christine #1: Somos Sociópatas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora