Parte 2.

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Me siento en la mesa de un color rojizo, que me recordaba al cuarto de mi hermana, ella adora este color. Puse mis maletas sobre el asiento a mi lado, el café y el cuaderno al frente, me dispuse a pensar sobre la importancia que tomará sobre mí aquel pequeño cuaderno cuando pose el bolígrafo sobre él, planteando mis ideas, mi vida y lo que será de ella. Saqué mis audífonos de su escondite y los desenredé, los conecte y empecé a "escuchar" música, ignorándola por completo ya que mi concentración estaba completamente enfocada en idear formas de ganar dinero para poder conseguir un lugar donde dormir, pues, aunque había escapado de casa, no quería abandonar la escuela, y menos siendo este el último año. Tenía pensado prostituirme para cubrir mis gastos, pues mi belleza me había conseguido personas muy hermosas al igual que poderosas. He logrado acostarme con famosos, políticos, entre muchas otras categorías que caben en "personas importantes en nuestra disfuncional sociedad"

No lo negaré, me habré comprado algún que otro capricho con el dinero que le sacaba a mis amoríos de una noche, porque al final sigo siendo menor de edad y el haber podido darme esa satisfacción de conseguir lo que quería con el dinero que producía era lo que me alentaba a seguir ese camino, pero lo hice por muy poco ya que me seguían los miedos como sombras, miedo a alguna enfermedad –el VIH principalmente-, miedo a que se enteraran en la escuela, en la casa, esos miedos me frenaban, me ponían a pensar que yo podía ser algo mejor... No puedo olvidar aquella vez que uno de mis "clientes" me lo dijo;

-Tienes una cara muy hermosa y una personalidad que brilla como para estar en este mundo de auto destrucción continua, tienes las capacidades para construir un futuro mejor, un futuro digno de una persona como tú.

Le expliqué que con esto pagaba mi escuela, cuando la verdad era que yo poseía una beca completa pues mi cerebro había logrado sacar de muchos apuros a mi familia al no tener que preocuparse cada año por una matrícula súper descabellada y unos libros que costaban mucho más de lo que uso les daba.

Aquella frase me había provocado más de una noche de lágrimas, me destruía ya que la analizaba línea por línea, -Tienes una cara muy hermosa y una personalidad que brilla- esto empezaba a destruirme poco a poco, ya que ella no me representaba, no decía mi verdad, no revelaba mi profundo odio hacía mí, -como para estar en este mundo de auto destrucción continua-, ahí estaba equivocado, pues me auto destruía en cualquier momento, siempre con insultos que me hundían al círculo más profundo del infierno, y ese "mundo" era muy bueno, ahí conocí a una de las personas más nobles y perseverantes que había conocido nunca, mi gran amiga Rosario, con una historia muy dolorosa que lograba ocultar detrás de una sonrisa pura, una sonrisa que reflejaba su esfuerzo por intentar llevar a sus hijos al triunfo. –Tienes las capacidades para construir un futuro mejor- esta era la única oración que intentaba subirme los ánimos al ser verdadera, pero estaba rodeada de oraciones más fuertes, oraciones que me bajaban diez pisos bajo el suelo, mientras que ella solo intentaba subirme al menos un piso, sin mucho éxito, luego venía la peor de todas, un arma de doble filo que trataba de subirme los ánimos a la par que me destruía - Un futuro digno de una persona como tú.- la verdad es que mi futuro era borroso, pues no sabía que quería, y los pocos bosquejos que tenia de ella quedaban en eso, sólo bosquejos, y la palabra digno, ¿yo? Esa era la palabra que más me destruía, nunca me sentí digno de nada, digno de amor, digno de respeto, pues lograba desnudarme ante cualquier señal de dinero, sin importar lo que hubiera al frente, un costal de huesos o un adonis exquisito.

Lastimosamente en estos momentos lo único que podía agradecer de ese mundo, era la desastrosa seguridad que tenemos en esta ciudad, lograba caminarme toda la ciudad y no ver a ningún policía, logre presenciar muchos robos, violaciones –una de las cuales fue contra mí, pero no pude hacer nada, denunciar no servía de mucho tampoco, ¡Hurra a la seguridad!-, presencie un asesinato una vez, puedo decir que me marco haber visto cómo sus ojos se perdían en la profundidad de la noche, pude haberme acercado a cerrarle los ojos, pero en cambio me hice un manojo de emociones y nervios que me dejo llorando unas cuantas calles más abajo.

Empecé a escribir poco a poco;

REGLAS IMPORTANTES

1. Conseguir un lugar, un techo, LO QUE SEA.

2. Dinero, algo que me brinde alguna entrada sin incluir la prostitución.

3. El punto 2 puede ser sobrepasado siempre y cuando sea una total emergencia.

4. La escuela, terminarla, me quedaban unos pocos meses.

5. Ocultarme de mi familia, siempre y cuando esto no interfiera con el punto 4.

RUMBOS A SEGUIR

Fue aquí cuando empecé a dudar el qué hacer, pues el punto 1 por muy fácil que pareciera, se me haría imposible, pues no me sentía cómodo en otras casa y mucho menos cuando toca usar el baño. Por ahora algún hotel de mala muerte que me permita dormir para poder mañana seguir pensando con más claridad y sin tanta cafeína en mis venas.

1. Casa de Rubén, porque sé que me permitiría quedarme al menos una temporada, aunque me sienta incomodo, ya que su propio hermano ha sido uno de mis más frecuentes clientes, que ahora que lo pienso lo puedo usar a mi favor, pues mi falta de dinero puede ser arreglada gracias a las ganas que me tiene Leonardo.

2. Casa de alguno de los hijos de Rosario, si es que logro contactarme con alguno.

3. Algún lugar que no cobre mucho y que me permita seguir con vida.

Decidí seguir escribiendo algunas opciones sin mucha importancia ya que las más importantes ya estaban planteadas en el cuaderno...

Salí de la cafetería y me despedí de la cajera, y me di el lujo de darle un susto al guardia. Camine hasta llegar a una de las vías más conocidas por mi cerebro, "La vía láctea", famosa por su nombre, constaba de una vía llena de moteles baratos, usados en su mayoría por personas que querían hacer sus "cosas" sin el conocimiento de otros.

Entré en uno de mis favoritos, le pagué a la recepcionista que me miró extrañada, ya que venía sin un acompañante el día de hoy.

-¿Me puedes dejar la habitación por toda la noche?- le pregunté con pena.

-Claro, te costará lo siguiente.- dijo volteando el monitor de su computadora y mostrándome una cantidad de dinero razonable. –Pero si me explicas el porqué de tu soledad la noche de hoy y esas maletas, tal vez salga de mi parte.- me dijo con picardía, pues la curiosidad en María era algo muy seguido, la mayoría de las veces nos poníamos a cuchichear sobre cómo lo hacían mis clientes famosos.

-Vale María, te lo diré pero en la habitación, no tengo energías para seguir caminando vagamente.- le dije, teniendo en cuenta de que lo que le contaría no iba a ser 100% real, pero el hecho de que se haya ofrecido a pagarme la cuenta por una simple historia hacía que mi billetera me gritara desde allá abajo ¡DILE, POR FAVOR, ESTAMOS MUY NECESITADOS AQUÍ ABAJO!

Al terminar de contarle la historia ya tenía puesto el pijama y estaba bostezando del cansancio, le dije que iría a dormir, le di las gracias y le comente que tal vez no dormiría aquí mañana así que me acerqué a ella, la abrace y le di un beso en el cachete representando las gracias que no lograba sacar de mi boca.

Cuando desperté por el sonido de mi alarma seguía con cansancio, pero no me detuve, tenía un día muy largo ante mí, que llamaba a todas las fuerzas de vivir a mi cuerpo, así que me bañé, con mi típica rutina de cantar, bailar, y repasar cada una de mis cicatrices provocadas por unas etapas muy oscuras en mi pasado. Me puse el uniforme y me dispuse a salir del motel lo más rápido posible, pues el uniforme revelaba lo que yo más ocultaba, mi poca edad. Logré salir de ahí sin ser visto y me dirigí con mis maletas en busca de un taxi.

Al llegar a la escuela lo primero que hice fue buscar la oficina de Kevin, un profesor que también había sido cliente mío, saqué las llaves de mi maleta y guardé mis cosas, ese mundo al final si tenía sus ventajas, pues la "oficina" de Kevin era más mía que de él. Llegado el momento tuve que ir a mi salón y enfrentar un día más de tortura frente a los "mejores" profesores del país.

Notas del Autor.

Trataré de subir lo más seguido posible, la inspiración se está volviendo amiga mía de nuevo. También quería mencionar que el personaje es andrógeno, lo que quiere decir que le podéis dar el género que queráis, hombre o mujer.

-Juan José.

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