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Las manos de Odette trabajaron diligentemente doblando algunas mantas y guardándolas en los fardos que la rodeaban

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Las manos de Odette trabajaron diligentemente doblando algunas mantas y guardándolas en los fardos que la rodeaban. Todos alrededor del campamento se movían a un ritmo acelerado, todos ansiosos por recoger sus pertenencias y abandonar el área antes de que más hombres de la reina vinieran a buscarlos.

Sus ojos a menudo miraban hacia donde Robin estaba ayudando a Roland a empacar sus cosas, luego hacia donde el pequeño John estaba desmontando algunas de las tiendas que habían levantado hace tantos días. Ninguno de los hombres había mencionado todavía lo que habían oído en el bosque, ni al resto del grupo, ni habían hablado con la propia Odette.

Mientras doblaba una de las mantas, se preguntó qué pasaría después. Robin ahora sabía que les había mentido. Y, aunque no conocía toda la historia, la información fue suficiente para hacerle saber que era una mentira bastante grande. No se sorprendería si él decidiera despedirla. Quizás no por la mentira, sino por la persecución que los Merry Men podrían enfrentar si se descubre que ella está con ellos. George vendría tras ellos más que nunca. Odette se preguntó adónde iría después.

–Saldremos en breve. Es más peligroso viajar de noche, pero no tenemos otra opción–. De repente, una voz que habló a su lado hizo que Odette saltara de sorpresa. Su mente estaba tan atascada en recordar los mapas que había estudiado en su infancia, tratando de planificar adónde iría después, que ni siquiera había notado que el líder de los Hombres Alegres se acercaba a su posición, alejándose del resto de sus compañeros de la multitud.

Sin embargo, una vez que superó su sorpresa, Odette simplemente asintió con la cabeza en señal de comprensión. No estaba segura de por qué le estaba diciendo eso. ¿Fue porque él continuaría diciéndole que no podía ir con ellos? ¿O porque quería que ella mantuviera los ojos bien abiertos sobre su entorno? Ella se debatió, por un momento, preguntándose si debería asegurarle que sólo tendrían que ir un par de horas antes de que saliera el sol y ella pudiera explorar el camino que tenían por delante. Pero ella se contuvo.

El silencio se apoderó de los dos, ambos obviamente esperando, queriendo que el otro fuera el que hablara primero. Pero como ninguno de los dos cedió, pronto todo se volvió insoportable. Y así Odette finalmente dejó sonar su voz. –Lamento haber mentido–. Dijo, sonando genuina en su disculpa. –Entiendo si deseas despedirme. Sería más seguro para ti y tus hombres.

–Quizás, antes de tomar esa decisión, podrías explicarme exactamente por qué te sentiste obligado a hacerlo. ¿Y quién eres realmente?– Sugirió Robin, su rostro imparcial y no revelaba nada de lo que pensaba o sentía mientras hablaba. Pero él se movió de nuevo y se sentó en uno de los troncos frente a ella.

Odette asintió con la cabeza aceptando sus preguntas, sabiendo que era lo menos que podía hacer. Y tenía razón, si había que tomar una decisión, si estaba dispuesto a considerarla, necesitaba tener toda la información. –Mi nombre no es Iris, es Odette–. Ella reveló honestamente.

Swan Song - Killian Jones - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora