Capítulo 5

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Lentamente, Lirio abrió sus ojos cristalinos. Tardó unos segundos en enfocar su mirada y al ver a su amigo solo sonrió, sin importar lo fría que se sentía el agua del arroyo, tenía una sensación cálida en su pecho, se sentía a salvo.

Annabeth cerca de la orilla, se lamentaba en silencio al comprender quién podría ser el padre divino de Percy, pero él no le prestó atención. Reparó en el sonido de una rama crujir, eso lo hizo notar la presencia de Mark uno de sus hijos de Ares que los atacaron, intentaba pasar desapercibido para unirse al resto de su cabaña, mientras los observaba molesto.

Percy lo miró fijamente con una mirada gélida. —Ni se te ocurra tocarlo. —le advirtió Percy con voz dura, el chico asintió y rápidamente salió corriendo. En su huida soltó su arco y dejó caer algunas flechas del carcaj, cuando tropezó con una raíz, en su repentina huida.

Luego sintió a su amigo removerse intentando incorporarse, por lo que su mirada se suavizó casi al instante.

—¿Cómo estuvo tu siesta, dormilón? —bromeó Percy mientras ayudaba a Lirio a sentarse.

—No estuvo mal pero me duele un poco la cabeza. Respondió Lirio frotando su nuca, algo sonrojado por la cercanía de Percy. —Gracias por... bueno, por todo.

—No hay de qué. Eso es lo que hacen los amigos, ¿No? —respondió Percy, poniéndose de pie y extendiendo una mano para ayudar a Lirio a levantarse.

Lirio aceptó la ayuda y se puso de pie con un poco de dificultad, apoyándose en Percy.

—Sí, supongo que sí. Pero ¿Qué sucedió? ¿Perdimos? Lo lamento mucho, quizás si no me hubiera interpuesto en tu camino hubieras podido pelear mejor...

Pero Percy lo interrumpió —No te preocupes por eso, Lirio. Lo importante es que ambos estamos bien, salimos de esto juntos —y lo abrazó fuertemente. Su amigo correspondió su abrazo y se sentía inusualmente cómodo.

—Además, parece que ganamos. Creo que fue Luke quien logró traer la bandera del equipo Rojo hasta nuestra frontera. —exclamó Percy con alegría.

—Eso es genial. —dijo algo desanimado apartándose del abrazo cabizbajo.

Pero antes de que alguno pudiera decir algo, los tres escucharon nuevamente el mismo gruñido gutural de antes, solo que ahora se encontraba más cerca.

De pronto el ambiente festivo a su alrededor se detuvo por un momento y Quirón gritó algo en griego antiguo —¿Listos? ¡Mi arco!

Annabeth sacó rápidamente su espada y Percy tomo su espada, instintivamente se colocó delante de Lirio quien tambaleando tomo el arco de Mark que reposaba en el suelo junto a un par de flechas que cayeron de su carcaj.

Sobre las rocas, a unos metros de ellos se elevaba la figura de un perro negro, del tamaño de un rinoceronte, con ojos rojos y grandes colmillos afilados.

Fueron solo unos instantes, pero Lirio analizó rápidamente la situación, dio unos pasos hacia atrás intentando tomar distancia y vio la luna resplandecer detrás de la criatura, elevó una plegaria a Artemisa y rogó que lo que tenía en mente funcionara.

En ese momento solo se oyó el grito de Annabeth. —¡Percy, corre!

Ella trató de interponerse, pero la criatura fue más rápida y salto sobre ella impulsándose con sus patas traseras y golpeando directamente a Percy, haciendo que este cayera a unos metros.

Sin poder hacer nada, Percy cayó al suelo con el perro rasgando su armadura con sus garras afiladas.

Sin pensarlo Lirio tensó en arco apuntando su única flecha, usando sus poderes para impregnarla de un resplandor dorado, luego gritó y soltó la flecha con dirección al lomo de la criatura —¡Por la luna y por mi amigo!

Percy sentía como las garras afiladas rasgaban a través de su armadura, y luego oyó un pitido ligeramente agudo, seguido de una catarata de sonidos, como si arrancaran cuarenta piezas de papel una después de la otra.

Al levantar la vista pudo ver al monstruo caer sin vida a sus pies, Desde el cuello del perro surgió un grupo de flechas. Y antes de que el monstruo se desvaneciera en una nube oscura, pudo divisar un fugaz resplandor dorado cerca de su costado.

Por algún milagro que no comprendía, Percy seguía con vida, aunque no quería mirar debajo de las ruinas de su armadura. Otro segundo, y el monstruo hubiera acabado con él.

Quirón se acercó rápidamente a Percy con su arco en mano y una expresión sombría mientras tanto, Lirio usaba su arco como apoyo para mantenerse en pie.

—Ese es un perro del infierno de los Campos de Castigo. No... No debería poder... —dijo Quirón, siendo interrumpido por Annabeth.

—Alguien lo convocó, —hizo una pausa— alguien dentro del campamento.

Luke se acercó, la bandera en la mano olvidada, su momento de gloria se había ido.

—La culpa es de Percy! Él lo convocó! —gritó Clarisse con rabia.

—¡Cállate, niña! —le espetó Quirón.

—Estás herido, —le dijo Annabeth— rápido, Percy, métete en el agua.

—Estoy bien. —intentó responder Percy antes de ser abrazado por Lirio quien comenzó a acercarse a él con pasos lentos luego de que el monstruo cayó.

—Por favor, Percy. —murmuró Lirio, intentando esconder unas lágrimas y su propio agotamiento.

A regañadientes, dio unos pasos hacia el arroyo, mientras su amigo lo ayudaba a mantenerse en pie y este utilizaba el arco para hacer lo propio, se sentían demasiado cansados para discutir y el campamento entero los observaba.

Al instante, Percy sintió mejor. Podía sentir los cortes en el pecho cerrando y las fuerzas retornando a su cuerpo.

De pronto Lirio se separó de él mirándolo asombrado, y notó que lo observaba sorprendido, aunque su expresión rápidamente se convirtió en una sonrisa.

—Te dije que eras especial...

Tardó unos segundos en comprender sus palabras y en notar que Lirio no lo observaba a él sino por encima de su cabeza

En el momento en que levantó la vista, el signo ya estaba desapareciendo, pero aún podía ver la figura de luz verde, hilada y reluciente. Un tridente

—Tu padre...—murmuró Annabeth murmuró— Esto no es realmente bueno.

—Está decidido, —anunció Quirón solemnemente.

Lirio comenzó a inclinarse hasta arrodillarse a sus pies. Percy creyó que se había caído por el cansancio, y aunque en parte podía ser cierto, rápidamente notó que todos a su alrededor comenzaron a arrodillarse, incluida la cabaña de Ares, aunque no parecían muy contentos.

—¿Mi padre? —preguntó perplejo.

—Poseidón. —dijo Quirón— Agitador de la tierra, traedor de tormentas, el Padre de los Caballos...

—Salve, Perseus Jackson, Hijo del Dios del Mar. —gritó Lirio interrumpiéndolo e inclinándose ante Percy, para luego caer desmayado a su lado.

∘◦✧◦∘

¡Hola Solecitos!

Quien diría que nuestra luciérnaga favorita tuviera un corazón noble, quería un antagonista increíble, y todo venía bien... Pero el mocoso está eligiendo su propio camino a pesar de mis opiniones.

Alguien muy sabia dijo una vez que el mundo es oscuro y egoísta, si encuentran incluso el más mínimo rayo de sol, lo destruye. Espero que Lirio no aprenda eso por las malas.

O que no se descubra la triste realidad de que los dioses e incluso esas tres brujas tienen favoritismos.

Creo que ya entiendo porque Hades detesta a los héroes... Cada día me cae mejor ese tipo.

Con destellos infernales,

Orfeo ✨

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⏰ Última actualización: Apr 12 ⏰

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Lirios y Sombras | Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora