I

115 7 12
                                    

Dieciséis de mayo de 2010. Veintitrés días antes.

Mi móvil sonó, rompiendo el silencio acogedor de mi hogar. Era Vicente Del Bosque comentándome que había quedado convocado para el mundial de este año.

Un torrente de emociones me invadió. Alegría, orgullo, responsabilidad, todo se mezcló en un cóctel que casi me hace perder la compostura.

—Gracias, míster.— alcancé a decir con la voz entrecortada. -Es un sueño hecho realidad.

Veinticinco de mayo, catorce días.

Todos los convocados llegamos a Las Rozas. Me ganaban las ganas de ir a Sudáfrica en ese preciso momento.

Algo que no sabía es que en ese preciso momento empezaría una bomba de tiempo que iba directo a estallar; iría a enamorarme y no estaba ni enterado.

Pasaba la mayoría del tiempo hablando con Ramos o con Arbeloa, porque era los que veía más seguido y tenía más confianza. Aunque me gusta sociabilizar, prefiería por mucho quedarme en mi zona de comfort.

En algunos momentos tenía que hablar con el actual capitán del barça, Carles Puyol, el cual me agradaba, pero no teníamos una relación que no sea profesional.

La tarde del veintisiete tuve que pasarla junto a él, por una pelea entre Piqué y Ramos que nos hizo cambiarnos de habitación.

Era silencioso, y eso me agradaba. Varias veces lo vi intentando hablarme, pero se detenía a sí mismo, así que supuse que debería romper el hielo yo.

—¿Crees que seguirán peleando?— Indagué, tratando de parecer tranquilo y con una sonrisa amistosa.

—Pues por como son, de seguro.

—Actúan como infantes, ¡Y todavía ni estamos en Sudáfrica!

—¿Has visto? Deberían de estar en la guardería nuevamente.— Me siguió la conversación mofando.

—Y la única solución que tiene Del Bosque es juntarlos en la misma habitación. Después no debería extrañarnos que estén todos golpeados.

Compartimos una risa.

—¿Cómo soportas a Sergio en Madrid? Debe ser complejo, con lo peleón que es...

—No, ni tan peleón. Es majo, sólo aquí y con equipos contrarios es así. ¿Y Gerard también es así en Barcelona?

—A veces. Hay momentos en los que hace bromas molestas, pero nadie puede hacer nada contra eso.— Me contestó con una expresión neutral.— Igualmente nuestra relación es más profesional, dentro de todo.

Puyol era alguien normal dentro de todo. Tenía buena energía y era directo con su opinión.

Siete de junio, tres días.

La concentración pasó a ser en Johannesburgo, donde ya empezábamos a entrenar para el mundial.

Habían habitaciones para compartir. Yo quería compartir con Sergio, aunque él ya había decidido estar junto a Fernando. Así que elegí una habitación individual.

Tomé un descanso por el cansador viaje. Abracé una de las almohadas de la cama y caí dormido.

Mi sueño no duró mucho porque gritos en la habitación de al lado me despertaron.

—Gerard, ¡Vete a tomar por culo!

—¡Pero estuvo graciosísimo!

Decidí salir a ver de qué se trataba.

—¿A que no estuvo gracioso?

—Claro que no.

—Por favor, Gerard. Deja las bromas por un segundo.

No era algo extraño, solamente Piqué haciéndole una broma a Villa y a Mata y discutiendo en los pasillos del hotel.

En eso escuché la voz de Puyol acercarse.

—¿Pueden dejar de faltarse el respeto por lo menos cinco minutos?

—¡Aquí nadie le está faltando el respeto a nadie!— Replicó Piqué, subiendo su tono de voz.

—Claro que sí, Gerard le ha quemado con el agua de la ducha a David.— Interrumpió Mata.

—¿Para qué comparten habitación los tres si no se soportan?— Prosiguió Carles.

—A ver, que nos regañe el capitán, ¿Eres tú el capitán? No, Iker lo es.— Aclamó Villa mientras me señalaba. —Y míralo, está ahí.

—Oh, entonces que venga Iker a hablar con ustedes, yo me largo.

—¡No, espera!— Le exclamé mientras me le acercaba.

Ese rato solo fue otra discusión irrelevante a mi parecer con esos tres idiotas. Cuando tengo sueño, cualquiera puede ser un idiota.

Iba a cerrar mis ojos para volver a mi sueño cuando mi teléfono vibró. Un mensaje de Carles.

¿Has hablado con Del Bosque? Piqué ya me saca de mis casillas.

Aún no lo había hecho, pero coincidía con su opinión. Por eso mismo, nos quedamos un largo rato charlando hasta que me dormí escribiendo el mensaje que estaba por enviarle.

«Deberíamos hablar maszz827s@^.»

Hola, nueva historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola, nueva historia.

Primer capítulo corto porque me daba pereza hacerlo más largo.

Si no me gana la pereza y la falta de creatividad no lo pongo en borradores nuevamente.

El color del enamoramiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora