Capítulo 21: Reflexión

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El silencio la estaba ensordeciendo lentamente, la pregunta que Gabriel, su terapeuta, le había hecho la había dejando sumergida en el mar de sus pensamientos, no entendía muy bien si lo que hacia dos minutos le había contado respecto al conflicto con Christopher y la noticia de su embarazo, la había dejado en una buena o en una mala posición, dado que aquella noche había terminado muy rara entre ellos, si bien dulce no se arrepentía de todo lo que había dicho el cuestionamiento de Gabriel la hacía pensar que quizás por propia elección estaba volviendo a vivir la misma historia una y otra vez.

- Dulce ¿Por qué no puedes responderme la pregunta? – dijo Gabriel, animándola a salir de sus pensamientos y expresarse.

- ¿intentas decirme que yo me estoy poniendo nuevamente en la posición de su amante?

- No, esas no fueron mis palabras, pero es distinto si tu lo piensas así. Yo te pregunte ¿Por qué consideras que solo tienes piel con Christopher? Entiendo que el terreno sexual es lo que los atrajo, pero ¿eso no creo entre ustedes un sentimiento de amor?

- Si, nos enamoramos. Pero creo que nos mentimos mucho cuando creímos que nuestros problemas provenían a causa de los demás y en realidad, solo somos nosotros que no logramos entendernos.

- Esa reflexión me impresiona mucho, es la primera vez que te escucho tan firme en un pensamiento y una postura. Bien, ¿Qué pasó después de que le dijiste que tal vez deben aceptar que lo que tienen es solo deseo?

- Me dijo que el confía en que yo no puedo... pero cuando iba a continuar pensó un poco y se arrepintió de lo que iba a decirme, solo me dijo que nada, lo llame cuando necesite algo y se fue, pero no estaba enojado, su actitud fue bastante arrogante. En lo personal, creo que el quiso decirme que no puedo estar íntimamente con nadie más, entonces sabe que cuando quiera pasar un buen momento, seré yo quien lo busque.

- ¿Y lo harás?

- No lo sé, en realidad pienso que, si lo hago, que es lo más probable, la consecuencia que tendré es que él reafirme su pensamiento y, por otro lado, no sé si estoy dispuesta a seguir doblegándome ante sus caprichos, yo siento que aquí ya no estamos hablando de amor, sino de la lujuria que me hace rendir ante sus besos y caricias cuando hacemos el amor. No puedo seguir permitiendo que nuestros encuentros sean sexuales exclusivamente, si de verdad existe el amor entre nosotros, creo que deberíamos poder afrontar cualquier adversidad fuera de la cama y eso es lo que precisamente no está sucediendo.

- ¡Que bien Dulce! Me alegra que hayas llegado a este punto – dijo bastante impresionado por aquella reflexión. - ¿Y ahora como te sentís?

- Pienso que va a ser muy difícil para mi no pensar en nosotros, evitar verlo, el embarazo cambia mucho las cosas, pero no estoy dispuesta a seguir huyendo de él, creo que lo conveniente será que siga mi vida con normalidad y vea cuales son sus reacciones, pero eso me hace pensar por un lado que él insistirá, su insistencia en recuperarme en anteriores ocasiones me llevan a esa conclusión, pero por otro lado eso sería minimizar su ego y conociéndolo de la forma en la que lo conozco, tal vez quiera demostrarme con más silencio que soy yo quien necesita de él. – Gabriel, acomodó sus anteojos, suspiró levemente luego de escuchar aquella reflexión, procedió a cruzarse de piernas y le dedicó una mirada interesante, asumiendo la confianza que a ella le faltaba para luego decirle.

- Si el silencio fue lo que hizo que él busque respuestas ¿Qué hay de malo en que esta vez seas tu quien se las dé antes de lo que espera?

- ¿A que te refieres? – dijo un poco confundida, se incorporó de inmediato pues aquello que Gabriel le estaba diciendo la había llenado de incertidumbre, acomodó su pelo hacia un costado y lo miró prestándole atención, mientras con sus dedos jugaba con la punta de su cabello rojizo.

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