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Mi cabello está completamente mojado para cuando llego a casa. Ni siquiera me tomé la molestia de apresurar mi paso, estaba demasiado ocupado pensando en como hablaría con Zhang Hao para pedirle que vuelva a hablar con Matthew.

Olvido todo sobre Zhang Hao excepto el hecho de que le agrada a Matthew y lo hace feliz a veces.

Me quedo dormido en el sillón después de no hacer nada por casi una hora, solo estaba pensando mientras me sentía peor conmigo mismo.

Me he quedado dormido abrazándome a mi mismo, con las pequeñas lagrimas secas a la orilla de mis ojos y mejillas, así que cuando me despierto por el celular sonando con insistencia siento la resequedad en mis ojos y mi cara un poco hinchada.

—¿Qué? —contesto sin ver quién llama.

—¿Para que demonios tienes un celular si no lo vas a contestar, Hanbin? —la voz de Jiwoong suena molesta e irritante.

—Woong, creí que tenían un viaje.

—Ven a mi casa ya mismo —ordena—. Trae tu auto.

—Claro, patrón —digo sarcástico—. Oye, no pienso llevarlos al aerop... —me cuelga—. Cabrón.

Quito el celular de mi oreja y veo los veinte mensajes de Jiwoong y Matthew, más doce llamadas pérdidas.

Guardo el celular en mi bolsillo mientras camino a pasos rápidos por las llaves de mi auto. Saliendo de casa algo acelerado, con las palmas de mis manos sudando y mi cabello comenzando a humedecerse por las pocas gotas de agua que aún caen.

Enciendo el auto, salgo sin cuidado y comienzo a manejar al límite de velocidad por las calles, llegando a la casa de Jiwoong en menos de quince minutos.

Todo sigue como me fui hace unas horas, aunque ahora hay un auto negro en el patio de la casa de Zhang Hao, pero hago caso omiso y me estaciono en la entrada de la casa de Jiwoong.

Cuando bajo y corro a la puerta veo un taxi del aeropuerto llegar y tocar el claxon.

—¿Qué? —susurro y antes de que abra la puerta, Matthew ya lo ha hecho.

Sale sin siquiera detenerse a mirarme y corre al taxi, hablando con el conductor unos segundos y después volviendo para meterme a la casa con un leve empujón.

—Carajo, Hanbin —Jiwoong sale de la cocina y se para a un lado de Matthew.

—Iré llevando las maletas —habla Matt, dándose la vuelta, pero Jiwoong lo detiene.

—Será mejor si tú hablas con él. Yo llevaré el equipaje —se excusa y sin esperar respuesta va por las maletas para dejarme a solas con el más bajo.

—Me están asustando... Solo un poco —comento.

Matthew pone su mano en mi hombro y me guía hasta la cocina.

—Matthew basta, ¿qué les..?

—¡Te dije que no, Matt! —se queja Zhang Hao, apretando la orilla de la barra con sus manitas y viéndome con un rostro de preocupación.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto.

Quiero sentirme molesto porque no ha cumplido su palabra, pero Matthew está aquí, y sólo me recuerda que Zhang Hao es su amigo. Así que, por unos instantes pienso tomarlo del brazo y sacarlo de aquí para hablar con él. Pero vuelvo al momento y solo miro a ambos confundidos.

—Dile tú, Hao —le sonríe para darle ánimos y yo sólo miro a Zhang Hao.

Hasta ahora noto que trae unos shorts cafés claro hasta arriba de las rodillas, una camisa rosa pastel y una chaqueta de mezclilla clara.

No se ve mal. Porque es ropa que hasta un chico usaría, solo... No tan ajustada y con las piernas sin rasurar... Y la camisa de otro color.

—Mi papá me saco de la casa —susurra, mordiéndose el labio y mirando nervioso a Matthew.

—¿Qué? ¿Porqué? —pregunto alarmado, ¿Hikaru habrá convencido al director?

—Llego borracho y con una puta —me dice.

—No lo deja entrar a su casa y estamos demasiado apresurados para poder pensar en otra opción —habla Matthew.

—¿Cuál es su única opción, entonces? —pregunto, mirando a Matthew.

—Hoy se quedará en tu casa —afirma.

—¡No! —gritamos Zhang Hao y yo al mismo tiempo.

—Hao dijo que el familiar más cercano está a cuatro horas de aquí —interviene Jiwoong mientras entra a la cocina—. Matt, ve al taxi todo está listo.

Matthew sólo sale de la cocina, pero puedo ver su silueta parada en la entrada mientras espera.

—Será una noche, ¿sí? Mañana lo traes a su casa. Hao dice que podrá entrar sin peligro alguno mientras esté dormido.

—¿Peligr..? —recuerdo el maltrato familiar y guardo silencio—. No, Jiwoong. Ni de broma, que se quedé aquí, con tu esposa.

—Regresará hasta mañana en la tarde de un viaje, ¿en serio te cuesta mucho poder cuidar a nuestro amigo?

—¿Nuestro? —rió.

—De Matthew y mío, tonto —pone su mano en mi nuca—. Hazlo por Matthew, para que se vaya feliz y demos un buen show.

Me tallo la cara con frustración y miro a Zhang Hao con disgusto, pero al final quito la mano de Jiwoong de mi nuca y asiento.

—¡Aleluya, Hanbin! —grita y se pone de puntas para besarme en la frente, a lo que reacciono alejándolo bruscamente.

—Ya. Qué solo lo hago por Matthew y que para cuando se hagan famosos me lleven de gira con ustedes -aseguro mientras me limpio la frente.

—Jiwoong, el taxista ya quiere irse —dice Matthew, entrando a la cocina.

—Ya podemos irnos —le sonríe casi dándole a entender con una mirada que acepte.

Matthew salta como niño pequeño y corre a abrazarme a lo que correspondo un segundo para luego esperar a que me suelte. Pero no lo hace.

—Si le das de comer comida de perro juro que...

El claxon del taxi suena y no escucho lo que dice, pero todos corremos afuera casi al terminar el sonido del claxon.

—Nos vemos el miércoles, Hanbin —sonríe Jiwoong después de cerrar la puerta y correr al taxi.

Pasan varios segundos en los que el auto enciende y se aleja por la calle, haciéndose cada vez más pequeño a lo lejos.

Miro a mi derecha y veo a Zhang Hao con sus pequeñas manos apretadas con fuerza, viendo en la dirección en la que ha desaparecido el auto. Pero sólo me limito a verlo de pies a cabeza y detenerme un momento en sus piernas.

—¿Qué demonios te pasa? —pregunto—. ¿No te da frío? Quiero decir... Está lloviendo —digo obvio y siento mi piel achinarse al poner atención al frío.

—Como sea —dice, encogiéndose de hombros y abrazándose a sí mismo por dentro de la chaqueta.

gym ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora