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Al mediodía, se dirigieron a la finca Mariposa. Como Hanae temía, amaneció con leve tos, la joven que los atendió el día anterior le dio un té para calmar su tos hasta que pudiera regresar a casa y tomar algún medicamento que su hermana tuviera por ahí.

Durante el trayecto, debían pasar por un pequeño pueblo. Tanjiro insistió en buscar algo para tratar a Hanae, pero ella se negó. Finalmente, el pelirrojo compró pañuelos para ella.

—¿Te das cuenta de que se llevaron bien? —comentó Tanjiro, observando a los cuervos que jugaban entre ellos. Hanae sorbió la nariz.

—Ah, mira, qué lindos— dijo sonándose la nariz con un pañuelo.

—¿De verdad te sientes bien?— la preocupación de Tanjiro era evidente.

—Solo me duele la cabeza, nada de que preocuparse.

Continuaron el camino en silencio. Hanae estornudaba de vez en cuando y sorbía su nariz, cada vez caminando con menos energía y soltando suspiros de agotamiento.

—Veo la finca desde aquí, no falta mucho para llegar— trató de animarla Tanjiro—. Cuando lleguemos, si quieres te ayudo a buscar algún medicamento.

Hanae asintió con una pequeña sonrisa.

Al acercarse a la finca, escucharon gritos de auxilio provenientes de allí. Hanae, olvidando su malestar, corrió hacia el lugar junto a Tanjiro.

Hanae, sintiéndose debilitada por el dolor de cabeza, insistió en que Tanjiro se adelantara. Al llegar, vio a un hombre de cabello albino con uniforme de cazador, mostrando sus músculos y joyas, sujetando a Naho y a Aoi.

—¡¿Cómo te atreves a tratarlas así?! ¡Suéltalas ahora mismo!— exclamó Tanjiro, furioso.

—¡Es un secuestro! ¡Sálvanos, por favor!— rogó Kiyo entre lágrimas.

—¡Cállate, no digas eso!

Tanjiro intentó darle un cabezazo, pero el hombre lo esquivó con rapidez.

—Tontos, soy el ex-shinobi Uzui Tengen-sama, conocido por mi renombrada extravagancia. ¿Pensaste que recibiría un cabezazo de un mocoso como tú?

—¡Te ordeno que la sueltes de una vez! —exclamó furioso.

—¡Sí, sí! ¡Pervertido!

—¿Cómo me llamaste? —gritó el pilar—. ¿Sabes con quién estás hablando? ¡Soy superior, soy uno de los pilares!

—¡Pues yo no te aceptaré como uno!

—¡Mocoso insolente, a mí qué me importa si no me reconoces! ¿Te explotó el cerebro? —su enojo era evidente—. ¡Solo busco a Hanae Kocho para una misión! ¡Pero al no encontrarla, me las llevo a ellas!

—¡Pero Naho no es cazadora! —reclamó Kiyo. El pilar, notando que la niña no llevaba uniforme, la lanzó al suelo.

—Entonces no sirve.

En ese momento, Hanae entró al patio y vio la caótica escena. Tanjiro corrió hacia Naho para atraparla.

—¿Qué crees que haces? —gritó Hanae irritada, estornudando luego.

—¿Cómo puede hacer algo así? Está loco —Tanjiro seguía irritado, pero el pilar dirigió su atención a la recién llegada.

—¡Vaya, hasta que te dignas a aparecer!

—Déjala en paz —ordenó Hanae, señalando el suelo—. Tiene el uniforme, pero no ejerce como cazadora.

Uzui analizó a Aoi e hizo una mueca.

aishiteru | tanjiro kamadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora