DÍA 1 (1/2)

21 1 17
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El lugar tenia un olor horrible, los baños públicos deberían tener mas higiene, aunque bien podría tratarse de sus síntomas imaginarios haciéndole oler algo que realmente no estaba ahí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El lugar tenia un olor horrible, los baños públicos deberían tener mas higiene, aunque bien podría tratarse de sus síntomas imaginarios haciéndole oler algo que realmente no estaba ahí. Los pisos están limpios y relucientes.

-¿Estás bien?

Se sujetó del inodoro, cerrar los ojos solo era algo que le daba más náuseas. Odiar las alturas, o temer a las alturas, nunca encontró la diferencia.

-Largo de aquí Bee...

La puerta de su cubículo se abrió con facilidad, su urgencia fue tal por vomitar nada, que se olvidó de cualquier ceremonia humana.

-Nunca me dices Bee... No desde los seis, así qué, me quedaré aquí contigo.

Sonrió un poco. Unas veces podían no tratar de matarse. Beelz sujetó su cabello. Respiro un poco, el olor seguía persistente y fatal.

-¿No quieres cortarlo? Aunque estoy seguro de que Gabe estará encantado de trenzarlo.

-No te esfuerces en ocultar el lado femenino de tu novio... -renegó, tenía que apartarse del inodoro, apenas entendía que cualquier trasero pudo sentarse ahí antes de que él llegara a recargarse con total confianza. Asco. Quizá de ahí provenía la pestilencia.

-¿Por qué lo haría? Él es el femenino de la relación.

-¡Alto ahí! Hasta hace cinco minutos no necesitaba saber quién era el de arriba -alego entre risas pobres, Beelz rio con él.

-Nadie es el de arriba...

-Cállate Beelz, está vez si vomitare de verdad si sigues hablando.

-Aunque me gusta ser algunas veces pasivo, no voy a negar que ambos preferimos que sea el dominante. Pero el uso de juguetes es una buena opción secundaria, el...

Como un buen Nostradamus, el pobre sándwich que tomo esa mañana antes de viajar al aeropuerto, termino en el inodoro.

-¿Mejor? -cuestiono Beelz sobando su espalda entre risitas.

-Para mí infortunio, estoy mejor... Ahora se quien gritaba la semana pasada.

Era su turno de burlarse de su hermano. Bajo la palanca del inodoro. El agua fría lo iba a relajar lo suficiente.

Siete días: BluebonnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora