FRI(END)S [EMISIÓN]

CAPÍTULO 2: NO ES MÁS IMPORTANTE QUE TÚ.

Al salir de clases los chicos se dirigieron a la casa de los Jeon.

—¿Quieres que pida algo para comer en específico? —le preguntó Jongseong mientras observaba a Jungwon empacar un poco de ropa, algo innecesario teniendo en cuenta que el chico ya tenía ropa en casa de los Park, además de que a él siempre le gustaba usar la ropa de Jay, pero no comentó nada al respecto.

—Lo que sea está bien —dijo relamiendo sus labios. Aquél gesto denotaba nerviosismo y eso Jay lo sabía perfectamente por lo qué, sin dudarlo se acercó al menor.

—¿Qué ocurre?

—No es nada —carraspeó mientras se debatía entre decirle o no, por lo que terminó en escoger la primera opción luego de pensarlo—. Oye ¿estás seguro de querer pasar la noche conmigo?

Aquella pregunta le resultó un tanto ofensiva.

«¿Qué otra cosa podía ser mejor que pasar la noche con su Wonie?»

—Por supuesto que si. ¿Por qué lo preguntas?

—Escuché que los chicos asistirán a una fiesta y dijeron que iban a decirte —aspiró una bocanada de aire—, no quiero interrumpir tú noche y tus planes sólo porque quiero que te quedes conmigo. Además, escuché que Ni-ki estaría también.

El chico asintió.

—Sé perfectamente que estará allí pero, mi prioridad ahorita eres tú. Eres mi mejor amigo ¿no?, y una fiesta cualquiera no es más importante que tú. Además, sabes muy bien que prefiero quedarme contigo a convivir con un montón de personas —le sonrió de lado— No te preocupes por eso ¿si?

—Pero Jayjay —puchereo.

—Sin peros mi Wonie ¿bien?, luego lo solucionaré con Ni-ki —le dio un casto beso en la frente—. Ahora vayamos a mi casa y hacemos una maratón de los Avengers ¿qué me dices?

Aquello pareció animarlo.

—De acuerdo.

Al llegar a la casa de los Park, Jungwon fue recibido por Jimin y su efusiva manera de ser.

—Mi pequeño me tenías abandonado.

La sonrisa de hoyuelos característica de Jungwon no tardó en aparecer.

—Sabes que no es cierto.

—Lo sé —sonrió—. Eso es culpa de Jongseong —negó—, mi hijo es un egoísta que no te comparte conmigo.

—No exageres papá —dijo mientras volteaba los ojos.

—Park Min Jongseong —lo señaló—. Si no quieres que te castigue haz silencio.

Park Jimin podía ser pequeño, verse delicado y ser un amor de persona, pero cuándo se enojaba daba miedo.
El mayor sabía que sus hijos crecerían y por consecuente ellos serían más altos que él, es por eso que no dudó en imponer su carácter e inculcarles algo de miedo hacia su persona, de resto, era el amor personificado.

—Tú ya tienes a tu Jeon Kim, papá. Déjame al mío tranquilo.

—Que malo eres, de verdad —bufó.

—Pero... ¡Si soy igual a ti! —exclamó.

—Son detalles cariño —les dedico una sonrisa que hizo que sus ojos desaparecieran—. En fin, me tengo que ir —observó a Jay—, procura que Yeonjun no queme la casa ¿sí? Ese niño me tiene con los nervios de punta.

—Si papá.

—Sunghoon se quedó en casa de los Kim, cosa que no me sorprende la verdad —murmuró más para él mismo que para los demás—. Es más, debería decirle a Seokjin hyung que lo deje vivir con ellos de una vez.