Eres mi juego final

Ya no es secreto PARTE 2

—Charlie, calma, estoy aquí, no vayas a... Llorar...— lo sacó de la carriola y le dio su biberón, esperando que eso lo calmara.

El niño no se iba a negar a su primer alimento matutino, era muy temprano, miraba por todos lados mientras tomaba su leche en los brazos de su papá, ¿Dónde estaba?, ¿Dónde estaba su mamá?, ¿Qué hacen ahí?

—Ya sé, debes estarte preguntando qué haces aquí, es simple, tenemos una misión muy importante y eso se llama darles un hermano o hermana pronto, así que, espero nos disculpes las molestias, prometemos que será rápido—

Por supuesto que el bebé no entendía nada, pero igual no se iba a sentir tranquilo hasta que viera a su mamá.

Evie abrió los ojos tan pronto oyó el primer llanto de su hermano, estaba de mal humor. —Papi— lloró.

—Nena— la sacó del cochecito con su brazo libre. —Aguarden un rato, prometo no estaremos aquí tanto tiempo—

Poco después, era el turno de Travis, el modo para recoger la muestra de esperma que necesitaban era algo vergonzoso, así que no le contaría detalles a su esposa, ya ansiaba que evaluaran su calidad fértil, necesitaba descartar todo y atacar el problema ya, porque si él era el problema querría que ya se solucionara de un modo u otro, porque claro que iban a lograr tener otro bebé, no iba a desaparecer de su mente, un Kelce nunca se rinde y esta no iba a ser la primera vez, él lo sabía, por lo que cuando terminó de hacerse los exámenes previstos, volvió al pasillo de la sala de espera con Taylor y sus hijos.

—¿Estuvo todo bien? — ella le preguntó.

—Sí, todo en orden, ahora falta que esperemos los tres días indicados para que analicen todo eso y ya sabremos qué es lo que nos pasa— se acercó para besarla, él sabía que Tay es quien peor la ha estado pasando con el tema, no iba a atosigarla más de lo necesario, de por sí, todas esas pruebas eran muy invasivas para ella, del lado masculino, todo era más fácil, tenía que admitirlo, no le introducían nada en el cuerpo más que un par de agujas y ya.

Ella suspiró. —Sí, van a ser tres días algo desesperantes para mí, lo siento por eso—

—No debes disculparte, lo sé perfecto, lo manejaremos bien—

—Oh, Trav— lo besó.

Evie se enojó cuando vio que besaba a su papá. —No—

—Evie, debes dejar que bese a papi, es mi esposo— rio.

—No puedes evitar que pase esto— él besó a su esposa.

—¡Ahhh!, no— se puso a llorar, ella quería a su papá, era suyo, no quería compartirlo con nadie, ni siquiera con su propia madre. —Papi— agitaba las manos desde la carriola. —Papi—

—No llores Evie—

Charles miraba a su hermana frunciendo el ceño.

—A veces creo que Charlie nos juzga— Travis dijo.

—Estás loco— respondió Taylor riendo. —No le gusta su llanto, desde bebés es algo que le pone de malas, ya la tolera más que antes, pero de igual modo, no le agrada nada—

—Es cosa de hermanos, ¿Verdad Charlie?, tan solo espero que no vayas a pelear con tu hermana, debes de cuidarla, eres el hombrecito de la familia— le sacudió el cabello.

Charlie sonrió ante el gesto.

—Los quiero a los dos, ¿Está bien? — besó a sus hijos. —Pero es hora de irnos, tenemos mucho que hacer hoy— empujó el cochecito y se fueron directo al estacionamiento.