Feminidad en duelo

8 0 0
                                    

Hembra mística la que me confiere su privilegio de Diosa fértil en tiempos tempestuosos, elocuentes inviernos atestan apartadas manos con fríos señalamientos en busca de culpas, culminante es el aplazamiento sin reacción que deja en desaliento posibilidad alguna. Arraigados instintos acompañan la supervivencia, como libros releídos antropófagos seremos descritos si en su bondadoso vientre de astro madre fuimos marchitos.

Hembra mística, que encarnada al planteamiento mas sublime, me depara sutilmente de un orgasmo a la creación, fragancias, miles en un solo respiro que culminan un carnaval de percusiones en mi corazón.

Sirena emperatriz de inhóspitos océanos, navegante sin vela, marinera sin cautela. Sumergida en abismos entre tierras, peñascos de vertiginosos paradigmas que se afrentan como ajenos, desafiantes escalones cuánticos que se yerguen mirando a contra cara de la cara del velo que nos mira. Interestelares siempre han sido sus redes de comunicación, raíces milenarias en resistencia, imperecederas aguardando su contribución.

Su privilegio plétora, llueve incesante su tránsito entre nebulosas, destellos tornasoles sus plumajes, grácil pluma de quetzal, a penas se perturba. La conciencia de la mente maestra nos conserva el asombro impresa de manera sabia en la naturaleza, si la fe respalda a su emisor, se tornan respuestas las peticiones cuando el universo ejerce su reacción, la incertidumbre por completo en otra dirección.

Galaxias ocultas en otras dimensiones, Universos inundados con plegarias, la solicitud sin tiempo de respuesta que a su aguardo desbordará en sus confines fémina guerrera, dones únicos la refieren hasta aquí, de tal pureza, casi impalpable su sutil tacto me permea el pensamiento, temeraria su dulce presencia descombra cualquier indicio milicience, que me permito ser víctima de su voluntad, sorteando como en la feria de la vida el viento adverso, ratoneando el tránsito fúrico de ego que compite a la perdición, ha desarrollado técnicas donde su fuerte es evitar el confrontamieto, algo así como si el miedo viniese a adiestramiento, tan osada es su elegancia que en fachas queda cualquier duda, colosal gladiadora sin aclamos ni protestas, su verdad juega sus mejores cartas, nutrir sus tierras con amor y esperanza.

Estas son tus tierras campesina cósmica, el viento que se estrecha con las costas a besar tus huellas, para humedecer tus tierras, para sembrar el cielo y cosechar estrellas. Celestial tu tarea al arado me atempera cuando te nublas, llueves serena y descuidada dadivosa insaciable, un templo por completo iluminado al resguardo de tu alma nos deslumbra a quienes campamos a tu luz. Se extinguirían antes que develar sus enigmáticos misterios agujeros negros ante osada guerrera, ante mi diosa eterna.

Eres tu la flor que florece en suelo infecundo, eres rio vivo que circula el Universo, un itinerario guiado al consejo de viejos astros donde el amor es el astro mas viejo en su consejo, si nado en tus aguas se esfuma en el tiempo mi presente, se desfragmenta el espacio, las dimensiones se contrapapelan, corrientes de otras vidas me revuelcan hasta donde nos prometamos recrear constelaciones en comunión y correspondencia con todo lo que es.

Materia común me admito, ella es alimento para las estrellas y el amor que irradia el infinito.

Envueltos en un mismo lienzo, el lienzo de su desvelo, me invita a calmar mi desorientada sed en las cristalinas y apacibles aguas que emanan provenientes de sus subatómicos universos, osadas en letargo al resguardo de su biología esperando a ser fraguadas, predispuestas a la vida y la creación, sabiamente en su anatomía emergiendo van las semillas.

De tu ancestral y sabio conocimiento eres el portal que conecta los mensajes más puros, eres luz y luz emanas, como el bosque saludable a las luciérnagas. Si me abrazo a tu corteza tal vez es que espero escuchar el corazón de la tierra, el proceso de expansión en una nueva constelación, una supernova en plena transformación, algún mensaje dirigido a mí.

Solo de tus manos me es posible hallar los caminos que me lleven hasta las vórtices del cosmos. La corrosión en los paisajes, irremediable indicio como oleos percudidos, el testimonio que augura solo ruinas sobre una raza que se disemina, nos encuentra a la deriva. Solo tú mujer, mujer cósmica, mujer elemental, ardiente en tu fuego, firme sobre tu suelo, flexible cuando te despeina el viento, que confluyes con el agua en tus profundidades, en tus adentros, serás capaz de ver la verdad entre verdades forjadas con mentiras, serás capaz de ver la desnudez desde dentro de su vendido y enorgullecido erotismo, que como camisa de fuerza aprehende al alma, comerciantes obscenos de la perfección somos ante el ojo pervertido de la televisión, tristemente una raza que camina sin brujula en el corazón. Tengo una ilusión y mi ilusión es verte libre mujer, libre de estigmas, libre de pretensiones, que tu humana aprehensividad se traduzca en libertad, libre y solo de ti, para ti. El tiempo nos ha pausado en este planeta desde que decidimos dejar nuestro andar para andar caminos pisoteados de tanto andar, pues el tiempo no es tiempo sin creatividad, quizá solo seamos un destello fugaz, si seguiremos siendo súbditos del tiempo que de menos sea honrando la humanidad, honrando la feminidad como el regalo inesperado que nunca se reconoció, abrazándote con mi sagrada masculinidad y amor. Que en sincronía con la luna las aguas de tus cuencos manifiesten sus influencias, que se expresen al fin las lágrimas resecas en tus labios y saliva. Porque tal vez incluso nosotros decidimos este planteamiento tan seductor a nuestros diferentes placeres, que jinetea nuestros sentidos y desde fuera nos envanece.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Feminidad en dueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora