Denúncialo

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Alexandra Danvers

Profesora ¿Puede explicarme esto que no entiendo nada?.- dijo señalando a la fórmula.

Profesora de química: Déjame revisar en que te equivocaste.

Ok.- dije pasándole mi cuaderno.

Portero: Buenos días, profesora disculpe que le interrumpa vienen a buscar a la alumna Alexandra Danvers.

¿Quién es señor?.- dije extraña porque se de ese hombre.

Portero: Es un hombre, pero no me dijo su nombre.
¿Puedo ir profesora?.- hablé.

Profesora: Si, pero ve rápido para ver lo de tu ejercicio.

Está bien, profesora que no demoró.- dije yendo a la salida del colegio.

Llegué a la entrada del colegio y encontré a mi padre.- Y ¿Ahora qué?.- dije con pesadez y suspirando.- ¿Qué quieres?

Agustín: Quiero un poco de dinero.

Sabes muy que no traigo dinero al colegio.

Agustín: Quiero el maldito dinero.- dijo nervioso.

Aunque lo tuviera no te lo daría porque solo lo gastas en estupideces.

Agustín: Me darás el dinero que yo quiera y ahora.- dijo agarrándome bruscamente de mi chamarra.

Entiende, que no tengo dinero por un demonio.- dije molesta.

Agustín: Dame o no querrás recibir una paliza.- dijo tomando mi brazo lastimado.

Traté de quitar mi brazo de su mano, pero el hijo de su madre me movió bruscamente el brazo.- Idiota me vas a romper el brazo más de lo que está.- dije tratando de soltar su feo agarré, pero no me puedo concentrar por el dolor.

Agustín: ¡QUIEROOO DINEROOO!.- gritó furioso.-
¿Acaso no entiendes?.- murmuró con la mandíbula tensa.

¡Ahh!.- grité de dolor, voté el aire que no tenía.- Te dije que no tengo dinero y suéltame, por favor, que me estás lastimando.- dije adolorida. Creo que terminó de romperme el brazo por completo porque mi hombro crujió muy fuerte.

Sam: ¿No entiendes la palabra no?.- dijo haciéndolo que me suelte fácilmente.

Procedió a golpearlo fuertemente como si de una saco de boxeo o de papas se tratará hasta le hizo botar dos de sus dientes y sangre de su boca, mi dolor no me calma ni porque ingiera muchos analgésicos y lo único seria dormirme.

Esto duele.- gimotee de dolor y tomando mi brazo
en contra de mi pecho. Ni siquiera le di atención a lo que pasa a mi alrededor por agarrar mi brazo dándole caricias muy suaves para asimilar que el dolor se me va ir muy pronto.

Sam: ¿Estás bien?.- dijo acercándose a mí.

No, me duele mucho.- dije con ganas de llorar.

Alex: Déjame revisarte.

¡NOOO!.- grité atemorizada y protegiendo mi brazo.- No quiero que lo toques me duele mucho.

Alex: No lo tocaré, pero déjame revisarlo para llevarte al doctor.

No quiero, solo me tomaré mis pastillas y el dolor se me pasará porque ahora iré a denunciarlo.

Sam: Entonces llamaremos a tu mamá para que nos alcance en la comisaría.

Mamá no lo hará y vayamos para que le cuente todo lo que vio o no me creerá la policía.

Sam: Por eso no lo dudes y vamos de una vez.

Lo Prohibido Sale CaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora