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El sol apenas asomaba por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rosados y dorados. Hyunjin se despertó sobresaltado por los golpes persistentes en la puerta. Christopher, aún adormilado, también se incorporó.

Hyunjin río al ver a Christopher levantarse, se vio muy gracioso.

—¡Espera!

Dijo Hyunjin mientras reía y iba a ver quién era junto a Christopher.

La madera crujía bajo sus pies mientras avanzaban hacia la entrada.

Él pirata abrió la puerta y se encontró con un joven de cabello oscuro y ojos inquietos. Era Han Jisung, el mismo chico que había estado poseído aquella noche en la playa. El aire estaba cargado de misterio y tensión. Los ojos de Christopher se abrieron con sorpresa al verlo allí parado, como si el destino hubiera tejido un hilo invisible entre ellos.

—¿Han Jisung?—preguntó Christopher, su voz apenas un susurro—¿Qué haces aquí?

Hyunjin al oír su nombre se poso al lado de Christopher, sonriente.

Jisung lo miró directamente a los ojos, y en su mirada había algo más que miedo. Había una mezcla de asombro y desesperación.

—Necesito hablar contigo—afirmo, su voz temblorosa—Sé lo que pasó después de que ustedes se fueron. Pero no puedo explicarlo con palabras. Es algo... más profundo.

La habitación parecía encogerse a su alrededor. El aroma a sal y madera se mezclaba con la tensión en el aire. Christopher invitó a Han Jisung a pasar, y el chico entró, sus pasos vacilantes.

El corazón de Hyunjin latía con fuerza.

¿Qué secretos ocultaba aquel muchacho?

¿Qué oscuro pacto había sellado en la oscuridad de la noche?

—Cuéntanos—instó a la vez que bostezaba y tapaba su boca, aún con su voz ronca de recién amanecido—¿Qué fue lo que te paso?

Han se pasó una mano por el cabello, nervioso.

—No lo sé con certeza—admitió—. Pero sentí una conexión con el mar y de repente toda mi mente se puso en blanco. Como si las olas hablaran a través de mí. Luego de que desperté del trance.. Recordé lo que había pasado, y una vez eso... Me volví inconsciente de nuevo, y cuando desperté por completo me encontré en una cueva con símbolos extraños y sentía una vibra muy incómoda...

Christopher  frunció el ceño.

—¿Eso fue lo que viste y paso?

—Si—Han se giró a Hyunjin—. Hyunjin, realmente lo siento, esa noche no fui yo, y puedo jurar que jamás te haría daño.

El ojiazul intento tranquilizarlo. Sonriéndole.

—Lo sé.

El amor y la intriga se entrelazaban en el ambiente. El principe observaba a los dos jóvenes, sus corazones latiendo al unísono. Jisung parecía estar más cerca de Hyunjin, sus ojos buscando los del otro chico con anhelo, se iba a sentar a su lado cuando entro pero Christopher no permitía que se acercara demasiado.

Recordaba la noche anterior, cuando el chico de mejillas regordetas, poseído, casi lo atacó. La cautela estaba muy presente.

—Jisung, recuerdas algo de la cueva?

Pregunto el ojiazul, interesado en obtener respuesta.

Han miro sus manos y luego sonrió levemente con desánimo.

—No, todo estaba oscuro. Nisiquiera recuerdo como salí de allí, aunque ví algo extraño brillar..

El principe asintió y el pirata solo miraba a el de ojos marrones.

𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐿𝑎𝑠 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora