Despierto aterrada y caigo en cuenta de que mis manos están esposadas detrás de una silla. Con dificultad, intento ver el lugar donde estoy, pero todo se ve borroso y confuso.
"Qué bueno que está despertando, señorita Morgan", dice una voz profunda de un hombre, sacándome de mis pensamientos.
"Al parecer, el cloroformo que aplicamos en el pañuelo la dejó un poco inconsciente", añade una mujer cuya cara tampoco puedo visualizar con claridad. "¿Quiénes... quiénes son ustedes?", murmuro débilmente.
"Esto será rápido, señorita", agrega el hombre al que escuché hace unos segundos.
En cuestión de segundos, siento electricidad recorriendo mi cuerpo, lo que me despierta de golpe.
Abro los ojos y veo cómo el señor retira un taser de mi brazo. Observo mi entorno: una habitación blanca con ventanas cerradas y una única puerta marrón.
"Infórmale al señor Connor que despertó", dice la mujer que escuché mientras recobraba la conciencia.
El hombre se retira rápidamente, dejándome sola con ella. La mujer me observa con curiosidad, sus enormes ojos azules fijos en mí.
"¿Por qué me observas?", decido preguntar.
La mujer, asombrada, me mira y dice: "¿Cómo es posible...?"
"¿Qué cosa?", pregunto.
"Porque no te muestras asustada... o por qué no haces preguntas", responde.
Decido no contestar. Claro que estoy asustada y llena de dudas, pero como mi madre me enseñó una vez: nunca muestres debilidad ante tu enemigo, o las cosas pueden empeorar.
"Bienvenida, señorita Morgan", interrumpe un hombre alto, de cabello rubio y ojos azules, vestido con un traje negro y sosteniendo una carpeta en sus manos.
"¿Qué quieren de mí?", pregunto decidida.
-Puede retirarse, excelente trabajo.- le dice a la mujer que estaba conmigo hace unos segundos.
La mujer cierra la puerta detrás de ella y se retira.
-Yo se que tienes muchas preguntas.
Claro, porque todos los días me secuestran, y me electrocutan hasta hacerme despertar- digo de manera sarcástica.
-No me equivoque contigo.. eres lo que necesitamos.-dice el señor formando una sonrisa.
-De que.. esta hablando..?-digo en apenas un susurro.
-Somos ODA, y te trajimos aquí para un propósito importante.
-¿¿quieren mis órganos verdad?? Digo de manera curiosa.
-Inmediatamente el señor emite una risa que hace eco en el lugar donde estamos y dice.
"-Mejor te quitaremos las esposas, ¿sí? Pero promete que no escaparás."
Asentí con la cabeza y, obviamente, iba a escapar. El señor se colocó lentamente detrás de mi silla y me quitó las esposas en cuestión de segundos. Me levanté de la silla y empecé a correr en dirección a la puerta.
"¡ESPERA! ¡ESPERA!" decía el hombre de fondo mientras corría.
Cuando ya me encontraba cerca de la puerta, escuché al hombre gritar:
"¡TIENES QUE AYUDAR A TU PADRE!"
En ese momento, quedé petrificada delante de la puerta, giré sobre mis talones y le dije:
"¿Cómo sabes lo que ocurrió con mi padre?"
"Como te dije, niña, somos **ODA**, la **Organización de Defensa Americana**, y estás aquí para un propósito", dijo el hombre mientras me miraba fijamente.
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You Arrived
RomanceEl amor, esa fuerza que se manifiesta en las películas, libros y poemas, era para Morgan un fantasma, una sombra que nunca se materializaba. Pero cuando el amor finalmente llamó a su puerta, no vino solo; traía consigo un misterio oscuro y temible.