Capítulo 18

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Espera lo inesperado”

Continuación del prólogo

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Continuación del prólogo.

El diablo salvará a Hyunjin y castigará al mundo entero, nadie se mete con lo que es del Diablo y si lo hace tendrá que atenerse a las consecuencias.

Felix voló a Roma, ni siquiatra sabe por qué voló cuando puede teletransportarse, quizá sea por qué la furia lo tiene cegado, el solo imaginarse a Hyunjin siendo torturado por esos monjes idiotas le enfurece al grado de querer acabar con la humanidad, ya destruyó Jinlix y ahora destruirá Roma.

—Lucifer— escucha la imponente voz de dios.

—Dime padre— Responde entre dientes, sabe que su padre querrá detenerlo, sabe que probablemente después de ésto lo castigará pero no le importa ser castigado, él solo quiere a su Hyunjin a salvó.

—¿Que crees que haces?— Le pregunta Dios.

—Salvar lo que es mío, padre— acelera su vuelo, la conexión que tiene con Hyunjin le hace sentir el dolor que su humano esta sufriendo.

—Esta no es la forma de hacerlo ¿Te das cuenta que acabas de incendiar a toda una ciudad?— Felix sonrió con orgullo, esa ciudad le pertenecía después de todo y ya era momento de purgarla.

—Y haré lo mismo con Roma si no me entregan a mi ángel— fué lo último que dijo y después dejo de prestarle atención a la voz de su padre.

Felix aterrizó en el techo del vaticano, escondiendo sus enormes alas y se adentro al lugar, su aura oscura hacia temblar a cualquier persona que se acercara a él.

—¿Dónde está?— Pregunto arañando la pared con sus enormes uñas, nadie le respondió.

—¿No me escucharon?— Gritó, Su voz resonó en todo el vaticano —Les he hecho una pregunta y cuando yo habló me gusta que me respondan— Al parecer todos habían enmudecido al momento de ver al diablo parado frente a ellos, quizá fue su belleza la cual los hipnotizó o quiza fue el miedo que les empezaba a carcomer el alma.

Su cabello se incendio y sus alas se abrieron causando más temor en aquellos que lo habían desafiado.

—El padre Salomón lo tiene en sótano, por favor no me maté yo no he hecho nada— Felix sonrió

—Tendre piedad de ti, humano inútil— lo lanzo a la pared como trapo viejo.

—Salomón era un hombre sabío, más el que está usando su nombre es un completo idiota por pensar que puede matar al diablo— Felix soltó una carjada después de decir esas palabras.

Caminó hasta el sonato, sus uñas eran afiladas en la pared.

—Estan jodidos, él ya viene— Murmuró Hyunjin con una sonrisa malvada en su rostro.

—Callate— un puño se estrelló en su boca haciéndolo escupir sangre —La carnada no habla— El padre Salomón dijo y por el amor de Dios este hombre es un tonto, Hyunjin no es la debilidad del diablo pero él simple hecho de que le hayan puesto una mano encima ha hecho enfurecer a Lucifer.

—¿Se está divirtiendo con mi ángel, padre?— La gruesa voz de Felix los hizo dar un salto del susto.

—Hola Jinnie— Saludo con una tierna voz a Hyunjin, hasta parecía otra persona al hablar de esa manera, Hyunjin le sonrió y Felix enfureció aún más al ver el rostro morado y la boca ensangrentada de Hyunjin.

El padre se posicionó detrás de Hyunjin poniéndole una daga en el cuello.

—Déjalo, no te conviene matarlo— Habló Felix con demasiada tranquilidad, algo que enfurecía al monje.

—Esta daga está bañada con las lágrimas que derramó  La virgen María en el calvario al momento que crucificaron a su hijo— ¿Que tenían que ver las lágrimas de Con Hyunjin?

—¿Y entonces por qué la daga está en el cuello de Hyunjin y no en el mío?— Preguntó —se supone que esa cosa debería matarme pero... por las lágrimas de María, ustedes los humanos son tan imbéciles, ¿Cómo unas simples lágrimas van a matar al diablo? María era humana, no hay poder en sus lágrimas, si fueran las de Jesús ahí si estuviera temblando.

—Demonio insolente ¿Cómo te atreves a blasfemar de nuestra madre?.

—No es blasfemia y tampoco soy un demonio— Felix se defendió —Pero ya dejémonos de Juegos, no me gustan los rodeos— se acercó a dónde estaba Hyunjin —Si vas a matarlo hazlo de una maldita vez porque me estás colmando la paciencia— Hyunjin levantó la mirada al escuchar aquellas palabras, Felix le guiño un ojo.

El padre Salomón hizo más presión en el cuello de Hyunjin haciendo que gotas de sangre resbalaran por la filosa daga.

—¿Piensas que no lo haré?— pregunto el pedre y entonces Felix se dió cuenta que habían arqueros apuntando sus flechas hacia él.

—Les haré más divertido este
encuentro— Dijo y con un movimiento de dedos encendió la punta de las flechas.

—¿Qqq-que haces?— Le preguntó Hyunjin.

—¿Recuerdas que querías alas como las mías?— pregunto Felix.

—Sssi— Respondió apenas.

—¿Confías en mí, cariño?— El diablo golpeó al padre Salomón alejándolo de Hyunjin y entonces las flechas dirigidas a él fueron disparadas, sus alas las impidieron que lastimaran su piel, sus plumas se tiñeron de sangre.

Los arcos fueron cargados nuevamente y estaban listos para lanzar sus flechas pero debes saber esperar lo inesperado ya que al momento de abrir el escudo que el diablo había hecho con sus alas, los monjes se dieron cuenta que una de las plumas del diablo traspasaba el pecho de Hyunjin, el humano no era su debilidad después de todo.

Jinlix: Cuando El Diablo Se EnamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora