Capitulo 1. Flor de Capomo¿Cómo sucedió? ¿Cómo fue que las dos ahora candidatas presidenciales iniciaron aquel amor prohibido? Aquel tórrido romance. Para saberlo tendríamos que remontarnos, a aquella tarde invernal de 2018, en que Claudia había citado a Xóchitl, para proponerle ser su city manager.
Pasaron horas hablando de proyectos, propuestas, todo pintaba muy bien, el reloj avanzaba y ellas apenas se daban cuenta, hasta sin quererlo la mirada de Claudia se posó sobre el reloj de la pared, ese que se ubicaba junto al cuadro del presidente López Obrador.
— No puede ser, se ha hecho tan tarde. — El reloj marcaba las 9:50 P.M. La sorpresa no pudo esconderse de la voz de la entonces jefa de gobierno. Quien después miró apenada a la Senadora. — Lo siento, te he hecho quedar mucho tiempo, debes tener hambre.
— No te preocupes Claudia Senpai, el tiempo se me ha pasado volando a tu lado. — Dijo Xóchitl, encogiéndose de hombros y juntando las manos sobre su regazo, mostrando un ligero rubor sobre sus mejillas.
— "Que linda es". — Pensó Claudia para sus adentros, sin poder evitarlo quedándose unos segundos contemplado a la Senadora.
— ¿Qué tal si pedimos algo para cenar? —propuso Claudia tras salir del trance.
— ¡Si! Suena bien. — Respondió Xochitil entusiasmada, pero su emoción bajó casi instantáneamente. — Aunque, ya es muy tarde... No creo que hayan restaurantes abiertos. — Bajó un poco la cabeza y dejó salir un puchero.
— Es verdad... ¿Qué tal si entonces...?
El corazón de la jefa de gobierno dio un palpito repentino "Esta es mi oportunidad" pensó, tragó saliva y disimuladamente soltó la bomba que había estado guardando el su corazón.
— ¿Cenamos en mi departamento?
Los ojos de Xochitil recuperaron su brillo, y casi inmediatamente devolvió la vista hacía arriba, mirando directo al rostro de su senpai.
— ¡Eso es todavía mucho mejor! — Respondió afirmativamente, con mucha emoción. — ¡Yo podría preparar pastes para Claudia Senpai! ¡Conozco la receta secreta de Tepatepec!
Las dos mujeres viajaron entonces en el auto de la Jefa de Gobierno, rumbo al departamento de esta. No sin antes hacer una pequeña parada en Aurrera Express, donde Xochitil aprovecho para comprar los ingredientes para la cena, y además redondear los centavos de su compra.
Aunque Claudia se esforzaba por mantener la calma, no podía evitar que su mirada, se deslizase del parabrisas, hacía su costado. Mirando con el rabillo del ojo, furtivamente aquel floreado huipil, prestando especial atención a las orquídeas bordadas sobre el pecho de la senadora. Subiendo un poco más la vista después hacía su cuello, y los tiernos pliegues que se dibujaban en él.
Claudia sacudió la cabeza y regreso su vista al frente, no quería que Xóchitl se diera cuenta de cuan nerviosa se encontraba al saber que cenarían juntas, y más aún que la senadora prepararía alimentos para ella con sus propias manos, y todo eso, a solas, las dos, en su departamento. Aunque Claudia quisiera evitarlo, los malos pensamientos no se escapaban de su mente.
Ya con los mandiles puestos, Xóchitl trabajaba en la mezcla para los pastes, moviendo su mano derecha en ondas contra la masa, que se contenía en un gran tazón. Mientras que Claudia precalentaba el horno, según le había dado indicaciones la senadora.
— Oye Claudia Senpai ¿No crees que estaría bien algo de música? — Habló Xochitil, con la misma sonrisa emocionada que había permanecido desde la invitación de Claudia.
Claudia se sorprendió ligeramente por la propuesta de Xochitil, pero tras pensarlo apenas un poco asintió, creyendo que podría ser una buena manera de "ambientar" la situación. Si elegía la canción correcta, podría ser más fácil descubrir si la senadora tenía los mismos sentimientos ardientes hacía ella.
Claudia abrió su Spotify, y tras mirar en sus playlist a paquita la del barrio, lupita d'lesio y Ana Gabriel, encontró por fin la canción indicada. Clico sobre esta y la música adornada de alegres acordeones inundo el departamento.
Las manos de Xóchitl se detuvieron por un instante, cuando reconoció aquella magistral pieza musical, conocía más que bien esa canción, no sólo la conocía, sino que era su canción favorita, lo había sido desde aquel evento de campaña, en que vio a su senpai por primera vez. Los recuerdos llegaron a su mente como la suave brisa primaveral.
Recordó la camisa guinda de Claudia, sus brazos fuertes rodeándola, sujetándola y aprisionándola contra su cuerpo. Entre empujones, gente, música y trompetas, uno de los seguidores de Claudia había empujado sin quererlo a Xochitil, quien de no haber sido rescatada por Claudia, habría caído en medio de aquella muchedumbre.
"¿Estas bien?" pudo revivir el dulce susurro de su senpai, su aliento contra el oído, tras haberle evitado una fatal caída. El rubor que sintió en aquel entonces, durante ese momento, recobró vida ahí mismo, en la cocina del departamento de la jefa de gobierno. Entonces Xochitil se miró así misma, usando el mandil de su senpai, color guinda también y con las letras "morena" en el centro, se vio a ella misma en aquella cocina, se vió a ella misma preparando la cena para su senpai, y entonces una inmensa alegría la envolvió, soltó los instrumentos de cocina, y se giró animadamente buscando a la jefa de gobierno.
— Senpai, esa canción... — Dijo Xochitil mientras buscaba tomar las manos de Claudia, y sin si quiera pedirle permiso, empezar a bailar junto con ella al ritmo de la música. Dando pequeños saltos de un lado a otro, provocando que sus castaños y cortos cabellos, se balanceasen grácilmente de izquierda a derecha.
Claudia quedó pasmada por un momento, no podía creer lo hermosa que lucía la senadora, sonriendo así, bailando con tanta dulzura. Lo que le provoco un calor en el pecho, que la consumió, y terminó haciendo que bailase al mismo ritmo que la senadora, creando un ambiente de completa felicidad.
Sin embargo, al no ser una habida bailarina, y probablemente por no llevar el calzado adecuado para ese tipo de baile, el pie derecho de la jefa de gobierno, se deslizó más de lo debido durante uno de aquellos pequeños brincos, provocando que perdiera el equilibrio. La senadora detecto enseguida como su senpai perdía estabilidad, y recordando aquella ocasión en la que Claudia la rescató de caer, pagar su deuda, se giró de tal modo, que si alguien tuviera que caer, fuese ella, pero no contaba con que su senpai no la dejaría, ni la soltaría.
La espalda de la senadora golpeó el piso, quedando con los brazos ligeramente flexionados contra el suelo, las palmas a medio abrir boca arriba, sus castaños y cortos cabellos, suavemente desordenados, y por encima de ella, Claudia, quien había terminado con las palmas extendidas contra el suelo, a los costados de la cabeza de Xochitl, las rodillas aprisionando las caderas de la senadora, provocando algunas arrugas a los costados de su huipil floreado.
Aunque la música continuaba, por un instante, parecía que el tiempo se había detenido para las dos."Tú, mi chiquitita
Te ando vacilando
Te ando enamorando
Y en ti, me pongo a pensar"El corazón de la entonces senadora, comenzó a latir con fuerza, su respiración se había pausado momentáneamente.
— "Nunca había visto a senpai tan de cerca... Se ve tan hermosa... — Pensó Xochitil, sin ser capaz de pronunciar palabra alguna, tratando de entender, por que de pronto, sentía tanto calor en el cuerpo.
— Xochitil san... — Murmuró Claudia, levantando su mano derecha, y guiándola hasta la mejilla de la senadora, usando su dorso para acariciarle gentilmente.
Aquella caricia estremeció a la hidalguense, y sin poder evitarlo, un pequeño quejido salió de sus labios, acompañado de un rubor mucho más intenso que no tardo en apoderarse de sus mejillas.
Aquel sonido, no hizo otra cosa en Claudia más que hacerla arder en deseos por tomar a la senadora, estaba dispuesta a hacerlo, la canción había funcionado.
— Senpai, me estoy sintiendo un poco extraña... —Dijo Xochitil, en un hilo de voz.
Claudia tragó saliva, y se inclinó un poco más, hacía la senadora, provicando que sus narices se rosaran apenas un poco.
— Dejame ayudarte a sentirte mejor... — Claudia cerró los ojos y ladeó lentamente su cabeza, acercando sus rosados labios hacía los de la senadora.
Pero cuando ambas bocas estaban a punto de encontrarse, alguien llamó a la puerta del departamento...Continuara...
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Tu mi chiquitita (Clauchitl)
RomanceUn ardiente romance que comenzó antes de que las dos amantes se convirtieran en rivales cuando Claudia era jefa de gobierno y Xóchitl Gálvez senadora de la república