CAPÍTULO 24: UN NUEVO ARREGLO

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~Hwasa~


En cuanto llegamos a la habitación, Namjoon cerró la puerta de una patada y lentamente, casi como si temiera lastimarme, me dejó en el suelo y quedé parada frente a él. No tuve que mirar toda la habitación para saber que era de él (el varonil aroma de su colonia me bastó para saberlo), y con calma tomé aire y me dejé llevar por la familiaridad de estar en esa habitación de nuevo.

Los grandes y masculinos muebles, el ventanal detrás de mí y los rayos de sol iluminando toda la habitación, la cama con sábanas de seda a un lado de nosotros, los dos de pie justo frente a ella, a escasos centímetros uno del otro. A punto de hacer el amor.

Todo lo que había extrañado y añorado estas últimas semanas, materializado a mí alrededor.

No dejamos de besarnos en ningún momento, lenta y suavemente, tal como Namjoon había dicho que sería. Mi brazo alrededor de su cuello, mí mano acariciando el cabello en su nuca, sus brazos rodeándome, sus manos acariciando mi cintura, mis caderas, mi espalda y mi trasero como si me estuviera conociendo.

Como si me estuviera reconociendo. Me pegó a él tanto que solo las telas de nuestra ropa estaban entre nosotros y cuando sentí su excitación golpear mi cadera solté un gemido contra sus labios y me pegué aún más a él para sentirlo mejor. Maldición, lo necesitaba dentro de mí cuanto antes.

-Namjoon - Llevé mis dedos temblorosos a los botones de su camisa blanca, los cuales comencé a deshacer lentamente y con gracia que no sabía de donde estaba sacando, cuando lo único que quería era arrancarle la ropa y dejarlo hundirse dentro de mí. Pero también entendía a Namjoon y porque quería tomarse su tiempo, y dispuesta a disfrutar de él deshice los botones de la camisa hasta que su pecho desnudo quedó frente a mí.

Le quité la camisa hasta tirarla a nuestro lado, y con mi mano ansiosa por tocarlo acaricié sus hombros, sus brazos, su espalda y su pecho mientras nos seguíamos besando. Sonreí mentalmente al reconocerlo, igual de grande, fuerte, firme y caliente. Conocía el temblor de sus brazos cuando acariciaba su abdomen, la tensión en sus hombros cuando mis uñas se hundían en su espalda, el calor de su pecho contra mis palmas. Fue algo lento y cuidadoso pero sensual y placentero.

-Preciosa - Susurró contra mis labios mientras lo acariciaba, y sus manos dejaron mi cuerpo para tomar mi rostro mientras nos hundíamos más en el beso y acariciaba mis mejillas. Sus labios pasearon por mi cara, dejando un reguero de suaves besos por mi nariz, mis ojos, mi frente, mis mejillas y mi mandíbula mientras me susurraba palabras de amor al oído. Ese era el Namjoon tierno que pocas veces había visto, el Namjoon que me demostraba algo más que simple deseo y que me había sinceramente hecho el amor en algunas ocasiones, ocultos bajo las sábanas y en la oscuridad de su habitación. Entonces lo entendí todo.

Aquél Namjoon, ese Namjoon tierno y suave que tan pocas veces había visto, tenía miedo. Miedo de entregarse, miedo de verse vulnerable, miedo de ser mío al igual que yo era suya. Sin embargo, este que tenía ahora frente a mí, que me había salvado de todas las formas posibles y que ahora me permitía acariciarlo y hacerlo mío, ya no.

Entonces me sentí feliz, y abrumada por las sensaciones de sentirlo tan mío y entregado a mí, lo besé con fuerza y llevé sus manos al cierre de mi vestido Chanel que tenía en la espalda. Él lo entendió de inmediato, y sonriendo juguetonamente contra mis labios, bajó lentamente el zipper de mi vestido acariciando mi espalda desnuda en el proceso. Sus dedos calientes contra mi espalda fueron un alivio para mí, y soltando un gemido contra su boca dejé que metiera las manos por debajo del vestido hasta acariciar mi espalda baja.

~Negocio arriesgado - NamSa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora