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Louis Tomlinson, un omega que a demas de haber sido un nerd durante su paso por el colegio y universidad, se habia convertido en el flamante secretetario de una importante compaña de publicidad tiempo después de haberse graduado.

Su fama dentro de dicha empresa no se debia a su gran habilidad dentro de sus funciones y capacidades, sino a su manera de vestir unica y sus enormes lentes que opacaban su belleza, escondida debido a su baja autoestima y a las inseguridades que fue acumulando durante muchos años.

Cada vez que acudían a el o lo veian por los pasillos del lugar, no pronunciaban su nombre sino su apodo. "El feo".

Era doloroso reconocer que ser llamado de esa manera ya no provocaba nada en él. Dañado era poco, pero aún así mantenía siempre su postura firme y que no se inmutaba ni se dejaba intimidar por nadie.

Estaba mucho mas que enamorado de su radiante e inalcansable jefe, Harry Styles, alguien que no voltearia a verlo aún si fuera el último Omega en la faz de la tierra, sin dejar de lado el hecho de que cada día se lo veía con distintos omegas, hombres y mujeres elegantes, sofisticados y con una clase social demasiado alta como para estar a su altura.

Eso significaba que solo en su mente podia recrear la idea de estar en sus brazos, siendo tratado como la belleza mas impresionante de la tierra. Era jodidamente patético, lo sabía, pero soñar es gratis y él valoraba eso más que a nada.

Louis no despegaba la vista de la pantalla del monitor delante suyo, tan concentrado que no escucho a la persona que lo observaba con el seño fruncido desde hacia diez minutos.

"¿Me vas a decir si está Harry o no?" Chilló el Omega que permanecía delante de su escritorio.

"Disculpe, no lo había visto ¿Quién es para poder anunciarlo?" El castaño se sobresaltó dejando su tarea de lado.

"¿Me estás jodiendo? Soy el Omega de tu jefe, estúpido adefecio" vociferó comenzando a hacer un berrinche.

"Oh, lo siento, perdóneme. Ya lo anuncio" respondió temblando. Después de haber llamado a su jefe y haberle dicho que 'su omega' esperaba por verlo, pudo volver a su trabajo, siendo torturado con la imagen de dicho omega lanzandose a los brazos de su jefe, mientras tomaba su boca con desesperación.

Obvio no iba a dejar que eso le afectara, ya estaba acostumbrado a esas escenas que dolían aunque lo negara.

Al llegar su horario de almuerzo, la voz conocida de su amigo logro sacarlo de su enfoque laboral.

"Hola, Boo. ¿Ya estás listo?"

"Si" respondió guardando las carpetas que descansaban en su escritorio.

"Bien, vamos antes que se haga tarde" el rubio le tendió su mano para que la tomara. Su amistad estaba basada en las demostraciones de afecto que hacían sentir seguro a el Omega, algo que su amigo sabía por demás.

"Louis" la voz de su jefe se oyó a sus espaldas, deteniéndolos a mitad de camino.

"S-Señor" volteó a verlo, parecía enojado, con su manos hecha puños y su mandíbula apretada, con su mirada fija en sus manos unidas.

"¿A dónde vas?"

"Es mi horario de almuerzo..."

"No sé preocupe, traeré a mi florcita a tiempo para continuar con su trabajo" Niall no dudo en tomarlo por la cintura para lograr calmar los nervios de su amigo.
Pudieron escuchar el gruñido del alfa, pero Niall decidió no darle importancia.

"Te necesito urgente, no tardes. Tenemos una reunión importante"

"Si Señor" balbuseó.

Harry no se movió de su lugar, viendo como aquel rubio se llevaba a su secretario sin esfuerzo. La desagradable sensación que lo llenó al darse cuenta de que el castaño tenía pareja no le agradó para nada. Él no debía molestarse por eso, ni si quiera tendría que haberlos interrumpido, pero cómo le hacía entender eso a su alfa.

Mi Secretario PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora