Obsesión

Capítulo 3 Desapariciones, muertes y despedidas

Desde que llegué a París, la ciudad se ha convertido en mi lienzo, pintando cada día con nuevos colores de emoción y descubrimiento. Marc, mi inesperado pero encantador guía, ha sido el pincel con el que he explorado cada matiz de esta ciudad vibrante. Su presencia ha transformado París de un simple destino a una experiencia envolvente, una en la que me he sumergido por completo, ignorando el mundo exterior y sus sombras.

Una tarde, mientras deambulábamos por las calles adoquinadas de Montmartre, absorbiendo la atmósfera artística y bohemia, un incidente menor puso a prueba esta burbuja en la que nos habíamos envuelto. Un hombre, claramente cautivado por lo que llamó mi "aura parisina", se acercó con una confianza que rozaba lo invasivo.

"Bonita dama, ¿podría tener el honor de mostrarte la verdadera París?" dijo, con una sonrisa que pretendía ser encantadora.

Antes de que pudiera reaccionar, Marc intervino, su voz calmada, pero con un filo que no había notado antes. "Ella ya está descubriendo la verdadera París, gracias," dijo, su mano apretando la mía un poco más fuerte de lo necesario.

El hombre nos lanzó una mirada de desafío antes de alejarse, y Marc se giró hacia mí, su sonrisa de regreso como si nada hubiera pasado. "No te preocupes por él. No vale la pena," me aseguró.

"Supongo que es solo parte de la experiencia de París," respondí, intentando quitarle importancia al encuentro. En mi interior, sin embargo, no pude evitar sentir una extraña mezcla de incomodidad y, extrañamente, orgullo. Marc había estado protector, incluso posesivo, pero ¿no era eso, de alguna manera, lo que hacía que las escenas de amor en las películas fueran tan intensas? En ese momento, decidí ver su comportamiento como un signo de su interés en mí, incluso sexy.

A medida que los días pasaban, comenzamos a notar más miradas de hombres en cafés, en las calles, siempre con esa misma mezcla de curiosidad y deseo. Y cada vez, Marc estaba allí, su presencia un escudo, su actitud un claro mensaje para los demás. Al principio, me halagaba su actitud protectora, interpretándola como parte de la pasión que parecía envolvernos.

Sin embargo, una noche, mientras nos relajábamos en su apartamento, un segmento en las noticias captó mi atención. Varios hombres habían desaparecido en París en las últimas semanas, y entre ellos estaba el hombre de Montmartre. La noticia me dejó helada, pero Marc simplemente encogió de hombros.

"París es grande, Emma. La gente viene y va. No es algo por lo que debamos preocuparnos," dijo, apagando la televisión.

En ese momento, decidí creerle. Estaba en París, viviendo un sueño. ¿Por qué dejar que unas cuantas noticias sombrías mancharan mi experiencia? Estaba con Marc, y mientras estuviera con él, me sentía segura, deseada y, sobre todo, viva.

"Supongo que tienes razón," dije, acurrucándome más cerca de él en el sofá. "Estoy contigo, y eso es todo lo que importa."

Aunque una parte de mí no podía evitar sentir que algo andaba mal, elegí ignorarla. Estar con Marc me hacía sentir especial, querida y, sí, sexy. Y en ese momento, nada más importaba. Estaba en mi burbuja parisina, con el hombre que había capturado mi corazón y mi imaginación, y nada podría perturbar la paz y el placer que había encontrado en sus brazos. La París fuera de nuestro pequeño mundo podía esperar, porque dentro de esta burbuja, todo era simplemente perfecto.

La noche antes de que Marc partiera hacia Italia, nos sumergimos en la familiar calidez de nuestro bistró favorito cerca del Sena. Era nuestro pequeño refugio, un lugar donde nuestras risas y sueños compartidos resonaban contra las paredes. Sin embargo, esa noche, la atmósfera cambió cuando Marc me reveló sus planes inminentes.

"Emma, tengo que irme a Italia unos días... para terminar un trabajo," dijo, evitando encontrarse con mi mirada.

Sorprendida y sintiendo un leve atisbo de decepción por su partida, le pregunté, movida por la curiosidad, sobre la naturaleza de su trabajo. "¿A qué te dedicas exactamente? Nunca me has hablado de tu trabajo."