#3: Temor

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El amigo del chico sin abrigo se arrodilló, e intentó levantar a su amigo. El medico que custodiaba la cerca corrió hacia el chico.

Tenía la oportunidad de entrar al bosque. Tras una mirada tentativa, decidí no hacerlo. Fuí a socorrer al chico que yacia en la nieve.

Estaba parado en el pasillo del hospital. Mi intención era ver si aquel chico se encontraba vivo, o había muerto. Su amigo estaba preocupado, sentado en la silla. Su piernas temblaban, y su mirada, nerviosa, se concentraba en la puerta de la sala donde trataban a aquel chico.

El médico salió de la sala, y se acercó al chico. Con una sonrisa, exclamó:

-Tranquilo, estará bien-Ante esas palabras de alivio, el chico dió un gran suspiro.

-No sé como hará para explicarle eso a su madre...

-Por cierto, que hacía él sin ningun abrigo? Estamos en uno de los pueblos más fríos del país-Preguntó.

-Un reto -Respondió decepcionado-. Tiene el pensamiento de que un reto es sagrado.

-Espero que aprenda la lección -Dijó más seriamente -. Si hubiéramos llegado más tarde, tu amigo hubiera muerto.

Ese médico, me recordaba a mi. Lo ví trabajando en la pradera nevada. Era muy determinado, no se rindió nunca. También, siempre mantuvo las esperanzas en alto. Creo que somos más parecidos de lo que parece.

-Gracias por ayudar allí afuera -Se acercó a mi -. Sin tu ayuda, no lo hubiera podido cargar.

-No es nada.

-Por cierto, tu nombre es Kurapika Kurta, no?-Preguntó retóricamente-. Yo soy Leorio Paladiknight.

Me dió la mano amistosamente, lo cuál acepté con una sonrisa.

-Creo que empezamos con el pie izquierdo -Rió.

El bosque del Oso me tentaba a entrar. Me tentaba a encontrar a la Brigada Fantasma, y si podía, asesinarlos. Tal cómo lo hicieron a mi familia.


No lo hice. Por alguna razón, recordé las palabras del médico, Paladiknight.

Pero, si el testigo tenía razón, ellos se encontraban ahí dentro. Más específicamente, en una choza. Tras pensar unos segundos, una mejor idea que entrar a un bosque lleno de osos salvajes me llegó a mi cabeza: un dron.


Si usaba un dron, tenía la posibilidad de encontrar aquella choza, sin correr ningún peligro por la naturaleza hostil.

Busqué por el pueblo alguna tienda en la que venda drones. Me costó bastante dinero, pero suponía que podría sobrevivir hasta mi próxima paga.

Leí el pequeño manual que especificaba la capacidad de la máquina, el cómo usarla, características, y más cosas que no me interesaban para nada.

Elevé el dron por los azules cielos, recibiendo una gran ráfaga de aire que pudo aguantar sin problemas. Podía ver por la camara de los drones, así que sin más dilación, maneje el dron por encima de los arboles.

En la búsqueda de la dichosa choza, ví varios osos. Con tan solo ver sus caras ya sabía que era lo que buscaban, carne. Vi escenas horribles de animales siendo cazados por estos.

-El chico no mentía... Son muy peligrosos.

Internamente, agradecía al médico Paladiknight por no dejarme entrar al bosque. Era una muerte asegurada. Sin embargo, aún seguía pensando en la Brigada Fantasma. ¿Cómo era posible que sobrevivieran allí?

En mis varias horas de búsqueda aérea por la choza, lo único que pude encontrar fue mas y mas árboles. El bosque no era del todo grande, en 3 horas había ya revisado toda la zona.

La mencionada choza no existía en ninguna parte del bosque. Además, no podría estar muy escondida. Si el bosque tiene entrada prohibida, significa que lo vió a simple vista.

Estaba frente a la casa del segundo testigo. Mirando detenidamente a la puerta, antes de finalmente tocarla. Escuché unos pasos menos emocionados que antes. Eran cautelosos.

Parecía que había observado por la ventana que era yo. La puerta se abrió, dejando ver al chico algo nervioso. Era obvio. Ocultaba algo.

-¿Que ocultas?

-¿Porque le ocultaria algo, señor Kurta? -Titilaba mientras hablaba.

-No hay ninguna choza -Respondí cortantemente-. Dime qué ocultas -Me acerqué a él, lentamente -. Yo... Yo necesito encontrarlos... ¡Dímelo!

Estaba frustrado. Frustrado de no recibir respuestas, de vivir en la impotencia. Quería encontrar a la Brigada Fantasma. Era mi única razón. Sin importar mi salud, o la gente del alrededor, quería hacerlo.

-Dimelo... Quiero... Encontrarlos.

Me acercaba cada vez más. El chico se comenzaba a asustar, y largó todo.

-Yo...-Murmurró- M-me amenazaron... Si no los cubría de ti, me iban a matar... Y a todos mis seres queridos...-Puso sus manos en la cabeza, cayendo lentamente en el piso.

Al ver la reacción del chico, me sentí culpable. Pero lo ignoré. Ya estaba cada vez más cerca, y podría encontrarlos.

—¿Dónde están?

—No sé... Solo escuché algo para el 21 de febrero... Pero no escuché nada más.

Ese día era el 10 de febrero. Parece que planeaban algo para el 21, algo grande. Tenía tiempo muy limitado para encontrarlos.

Sin nada más que hacer, salí de su casa. Pensando en lo que sucedia. Mis pensamientos de odio, los cuales se habían calmado momentáneamente, volvieron a mi cada vez más fuertes.

//𝔇𝔬𝔠𝔱𝔬𝔯 𝔭𝔢𝔯𝔰𝔬𝔫𝔞𝔩//(LeoPika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora