prólogo

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Los rayos del sol comenzaban a asomarse, en la cara de aquel rubio comenzaban a calar.

Comienza a abrir sus ojos lentamente, se levanté con un quejido de su cama mirándose directamente al espejo que tenía de frente.

"Parezco un zombie..." Pensó el rubio soltando un suspiro pesado.

Se levantó de aquella cama y fue directo al baño para poder hacer sus necesidades y poder lavarse la cara e intentar quitar esa cara de zombie.

- Oye, loco - un azabache hablo del otro lado de la puerta. - Apúrate, no eres el único que vive aquí. - hablo con voz somnolienta.

- Cállate Yasaki, déjame un rato solo... - hablo molesto el rubio abriendo la llave del agua del lavamanos.

- Hermano, por favor... - rogó Yasaki apoyándose en la puerta, pasaron unos minutos y el rubio abrió la puerta repentinamente haciendo que aquel azabache callera al suelo. - Gh... Gracias hermano... -

El rubio rodo los ojos con una sonrisa burlona y ayudo a levantarse al azabache.

- ¿Estás bien Yasaki? - hablo con una rosa el rubio.

- Si Bufloski, simplemente me quebraste la nariz. - hablo el azabache tocando su nariz con una mueca de dolor.

El rubio soltó una risa y fue a su habitación, se dejó caer en su cama y miró hacia el único objeto que adornaba su mesita de noche, un marco con una foto de una familia.
Se podía ver a una joven señora de aproximadamente unos 27 años, alta, rubia, piel palida y unos ojos verdes claros, a su lado se veía un hombre japonés de 29 años, con ojos rasgados, su pelo negro y sus ojos color negro, debajo de aquellos dos adultos habia dos niños, un niño de mas o menos 7 años, rubio, ojos verde claro y su piel palida como aquella mujer, mientras que el otro niño se veía de 5 años, el cual compartia rasgos con aquel hombre.

- ¡Oye, Bufloski! - la voz de aquel chico con rasgos japoneses lo hizo salir de sus pensamientos, seco las pocas lágrimas que salieron de sus ojos y abrió la puerta. - Te quería dec-... ¿De nuevo estuviste llorando, verdad? - hablo el azabache preocupado.

- No es nada Yasaki... - sonrió el rubio hacia el azabache.

- Escuche por ahí que los rusos se hacen los fuertes y los que no tienen sentimientos, pero... Soy tu hermano, cuenta conmigo para lo que sea ¿Okey? - hablo el azabache con una sonrisa cálida hacia el rubio, el cual solo solto una risa y asintió abrazando al azabache. - Sonará cursi, pero... Te quiero Kota Bufloski. - hablo el azabache correspondiendo el abrazo del mayor.

- ¡Oye! Sabes que no me gusta que me digan Kota, Yasaki Bufloski. - hablo ahora el burlón haciendo que el azabache frunciera el ceño.

¿Raro, no? A uno no le gusta su nombre y a otro no le gusta su apellido.

- Me hubiera gustado tener algún recuerdo de mamá y papá... - hablo con nostalgia el azabache.

- Mamá te hacia bromas a ti y a papá por sus ojos rasgados... - hablo con burla hacia su hermano, una imagen vino a la mente del rubio haciendo que retrocediera y perdiera el equilibrio por unos segundos.

- ¡Mierda! - maldijo el azabache tomando a su hermano - ¿Estás bien? - hablo el azabache sentando a su hermano en la cama.

- Si... No... No te preocupes, baja a la cocina... Yo iré más tarde, tengo unas cosas que hacer - hablo el rubio colocando una mano en su cabeza, el azabache asintió y se retiró de la habitación cerrando la puerta a su paso. - ... Me prometí a mi mismo cobrar venganza de esos hijos de puta... Y la obtendre aunque me cueste la vida... - hablo el rubio entre dientes, apretando los puños hasta que la palma de su mano se tiñera de un rojo carmesí.

•••

¡¿Que tal lectores?! Espero que estén bien en sus casas.

Está es una historia que surgió directamente de mi cabecita, así que tardaré más de lo normal en subir algún capitulo (tengo bloqueos creativos constantemente), al momento de escribir esto no tengo la idea exacta de si está historia tendrá algun interes amoroso, asi que si algo no cuadra en un futuro en esta historia, fue por eso.

Por cierto quiero decir que todos los personajes seran mayores de edad. 

Bufloski con:24 años.

Yasaki con:22 años.

Ivan con:22 años.

Escrito: 11 de Abril del 2024...

𝗧𝗨𝗟𝗜𝗣𝗔𝗡𝗘𝗦 𝗕𝗟𝗔𝗡𝗖𝗢𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora