Perdón.

52 12 2
                                    

Mi Jooyeon;

Hace ya meses que no sé donde estarás. Siempre me hago esa pregunta antes de dormir, desde que te fuiste a quién sabe donde.

En casa falta tu risa, tu voz, tu felicidad, falta tu presencia. La casa dejó de oler a tu pelo, dejando esa fragancia abrumadora y triste junto con frío, eso siento cada que entro. En mi corazón me hace falta sentir el calor de tus brazos, me hace falta que vuelvas a tocar mi alma con tus suaves yemas, que al mas mínimo tacto sanabas mis quebraduras y cuando me besabas sentía como todo se esfumaba por unos momentos en los que cerraba mis ojos y me concentraba en solamente amarte, sentirte. Ya no es igual.

Jia también te extraña, veo como cada que abro la puerta ella ya está ahí moviendo la colita, con los ojitos llenos de luz y esperanza de que entres conmigo y la hagas upa como antes, hasta a mi me subías el animo. Cuando se da cuenta de que no estás llora un poquito, pero no tanto, está feliz de verme. ¿Sabes algo? Desde que ya no estás ella duerme conmigo, justo donde dormías vos, aunque a veces me despierto con ella encima, se parece a vos en ese aspecto.

Cada que me levanto voy y abro la heladera, es raro, yo sé que la botella de Powerade que nunca llegaste a terminar va a seguir ahí, casi llena, casi vacía, no sé. Pero tengo la esperanza de que te la hayas terminado silenciosamente mientras Jia y yo dormíamos, como cuando antes te escapabas de mis brazos y las sábanas en medio de la madrugada porque tenías hambre. Ahora no me levanto, porque ya no te vas, ni tampoco vas a volver a acostarte.

No quiero extrañarte, intento dejarte ir pero tallaste con fuego tus iniciales en mi corazón, y tal parece que te mudaste a mi cabeza, no salís de ahí. Pero en serio, quiero no extrañarte y olvidar que alguna vez estuviste, ahí conmigo ya sea en nuestra casa, con los chicos o solos, por cierto, aunque no me lo dijiste yo sé que preferías estar solo, te gustaba estar acostados y abrazados bajo no solo la sabana sino también por el helado manto de la noche. El cielo de noche me hace acordar a tus ojos, en el como brillaban independientemente de lo que estuvieses viendo o haciendo, eran como una chispa que me animaba. Todo de vos me animaba. Todo hace que me acuerde de vos.

El helado de vainilla me hace acordar a tu único mechón rubio, es el único gusto de helado que me pido. Al final sí era rico, perdón por decir que era de básico.

No me gusta mucho comer helado, porque está frío y me congela los dientes, pero es una de las pocas cosas de vos que puedo seguir viendo, tocando y comiendo. No, comiendo no.

Me duelen las manos de tanto escribir, pero tengo tanto para decir y decirte Joo. No me van a alcanzar los renglones si me sigo acordando de vos, el cuaderno ya se me terminó. Igual, no me importa cuanto duela, me duele mas saber que no estás, me duele en el alma eso. Me gusta escribirte, dibujarte sobre todo, soy un experto dibujando tu cara, era tan perfecta. Tu mandíbula marcada y el puente de tu nariz me salen igualitos, era lo mas lindo que tenías, y eso que de por sí ya eras perfecto. Todo de vos me encantaba, por mas que estuvieras desalineado, con la baba seca en el cachete, una de las piernas de tu pijama toda enroscada hasta tu muslo y los brazos marcados por las colchas, vos te veías hermoso, como un modelo. Cada que le muestro tus fotos a alguien me preguntan si eras modelo, me rio y les digo que no, sos así de hermoso porque Dios lo quiso. Eras*, perdón.

Sé que, capaz, no llegues a leer esto, quería pedirte perdón porque nunca vas a saber lo mucho que te amé, te sigo amando, en realidad.
Como te dije antes, vivís siempre en mi, en mis pinturas y en mis escritos. ¿Sabías? volví a escribir después de unos meses de que te fuiste, no le digo a nadie que son para vos, no me das vergüenza, me pongo tímido cuando me dicen que escribo lindo.
Siempre vas a vivir en mi arte, Joo.

Perdón si alguna vez te dañé emocionalmente, me aterra saber que te fuiste con un cuchillo clavado en el pecho por mi culpa, que hayas derramado tantas lagrimas, no de risa, después de alguna discusión pelotuda que tuvimos, te pedí perdón por eso en su momento. Igualmente me duele la cabeza, sigo escuchando tu voz y sintiendo tus manos, tus brazos también. Es raro. ¿Por qué gritas?

Siempre que Jia llora recuerdo cuando la bañé el día después de tu huida, fue horrible, ya sabes que no le gusta bañarse.

¿Te acordás los dibujos que hacíamos juntos? Siguen estando, te mentí y nunca los limpié. Yo sé que te gusta que la casa esté limpia, pero no puedo borrar esos dibujos. Perdóname.

Mi corazón vuelve a latir cuando paso por el pasillo, a la noche cuando me levanto para ir al baño me quedo parado enfrente de tus cuadros, los que están al lado de la foto de Jia que le sacamos cuando era bebé. Ahí nos vemos felices, debe ser porque estábamos juntos.

Perdón por no haberte acompañado la ultima vez que saliste, es que no entrabamos los dos en la bolsa.

Ah, y no creo que sepas, pero en las paredes había quedado el corazón que dibujé con el tuyo. No se dónde quedó.
Tu corazón, digo. El dibujo esta en la pared del living.

Atte.: Jungsu.

𝗣𝖾𝗋𝖽𝗈́𝗇. ꞉ joosuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora