~Una tarde entre tus brazos~

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Era una tarde fría y de mal clima, pues había estado nevando toda la mañana. En Rusia el clima siempre es frío y poco acogedor, y más aún en invierno como es el caso. Aunque hiciera frío o no, eso daba igual para la pareja del joven azabache y su pareja albino.

La pareja se encontraba en su casa que compartían ya hace unos tres años y hoy era un día especial, ya que estos cumplían dos años de casados, es decir, era su aniversario, pero al hacer tan mal clima nos les quedó otra que quedarse en su acogedora casa, pues en ella estaban cómodamente sentados mientras veían la televisión y se resguardaban del gélido clima del exterior bajo mantas y el propio calor corporal que se brindaban el uno al otro.

El matrimonio estaba tranquilamente pasando el tiempo viendo la serie favorita del peliblanco mientras charlaban de vez en cuando, aunque en todas las ocasiones era Nikolai quien hablaba primero y sacaba un tema de conversación con Fyodor, el cual se limitaba a escucharle y de vez en cuando le contestaba.

Al cabo de un rato, la serie se puso un poco aburrida, pero lo suficiente como para hacer que Gogol perdiera el interés en ella y se centrara en otra cosa; molestar a su marido y como no, lo haría de la manera más divertida; haciéndole preguntas.

La cosa es que nunca eran preguntas normales, siempre eran subidas de tono o simplemente estúpidas y el pobre de Fyodor siempre tenía que ser preso de esas absurdas o calenturientas preguntas y hoy no iba a ser la excepción ni mucho menos.

Para empezar el juego, primero Nikolai tenía que provocar a Fyodor y así hizo; primero le acarició la pierna un poco y al cabo de los segundos subía algo más pasando a acariciar y apretar el muslo del pelinegro, acción a la que el reaccionó echándole una mirada de confusión y cansancio a su albino.

Cuando Nikolai ve la mirada de Fyo, este le guiña el ojo y le sonríe juguetón. El pelinegro al ver esto ya sabe lo que quiere el peliblanco y solo se limita a suspirar, pero no le impide que le siga tocando.

El ucraniano al ver que su marido no le regaña ni le dice nada por estar tocándole de esta forma, sonríe más alegremente y pasa a meter ambas manos bajo la manta y a tocar con más intensidad las piernas y muslos del contrario, haciendo que el chico de pelo oscuro deje salir unos cuantos suspiros más obscenos y separe un poco las piernas para dejarle palpar todo mejor.

Estos toques no duran demasiado puesto que el chico de hebras blancas sienta encima suya al azabache y le abraza por la cintura con intenciones más allá de un simple abrazo.

-Hora de las preguntas!- dice el albino emocionado con una amplia sonrisa traviesa en la cara.

-Veamos que se te ha ocurrido ahora-. Dice el ruso.

-Las reglas son simples; por cada respuesta correcta te recompensaré con una embestida~ pero si fallas, tendrás que quitarte una prenda de ropa! ^^-. Explica con entusiasmo el payaso.

-Está bien, cuando quieras -. Dice el pelinegro confiando en que no fallará demasiadas preguntas y que solo tendrá que esperar hasta que el ucraniano se canse de preguntar cosas.

El albino sonríe con picardía de forma juguetona y procede a hablar.

-¿De que color es mi ropa interior?- pregunta el peliblanco.

-"Mierda"-. Eso fué lo que pensó el azabache al no saber la respuesta correcta a esa pregunta, ya que hoy no le había visto cambiarse de ropa, así que no tenía ni idea que llevaría Nikolai debajo.

Se queda pensativo y tras unos segundos responde.

-Azul grisáceo.-

-Incorrecto~ ^^-. El albino sonríe burlonamente mientras espera a que su amado se quite la primera prenda de ropa de la tarde.

~El juego de Nikolai~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora