Capítulo 18

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CAPÍTULO 18

Me apresuré hacia mi oficina y casi doy la vuelta una vez que vi quiénes estaban sentados frente a mi escritorio. Eran el Señor y la Señora Von Strum, quienes, a decir verdad, en lugar de quedarse en Londres para verme, decidieron jugar y reunirse conmigo aquí primero.

Sabía que esta mierda no era una emergencia.

Contemplé llamar a JungKook para esto. Él era mucho mejor para lidiar con los juegos mentales de las personas y además mantener el rostro serio. Pero, por otra parte, cuanto más rápido terminara con esto, más rápido podría volver con él a la sala de juntas.

—Buenas tardes. —Contuve un gemido cuando tomé asiento detrás de mi escritorio— ¿Cuál es la emergencia?

—Queríamos hacerle saber que, independientemente de la reunión de Londres que hemos agendado para este fin de semana, aún no estamos seguros con este trato —dijo Von Strum.

—¿No tienen teléfonos en Londres? —pregunté—. Podrían haber llamado.

—Preferimos un enfoque personal —dijo—. No estamos seguros de que usted sea el hombre adecuado a quien entregar nuestra marca.

—¿Y por qué es eso?

—Porque usted es un idiota desalmado —siseó su esposa—. Si rompemos su pecho y lo abrimos en este momento, estoy segura de que encontraríamos una billetera en lugar de un corazón.

—¿Cree usted que la billetera sería una Armani o una Gucci?

Ella entrecerró los ojos hacia mí y su esposo le apretó la mano.

—Solo queremos asegurarnos de que no convierta nuestra marca en una cadena extendida de sus llamativos y caros complejos turísticos de lujo.

—Convertiré su marca familiar y económica en un complejo de lujo de cinco estrellas con servicios económicos. No hay nada llamativo ni demasiado caro en ninguno de mis hoteles.

—Se cobra doce dólares por una botella de agua en las habitaciones.

—Porque la traemos desde Fuji. —Apreté mi mandíbula—. Esa mierda no es gratis.

—Sí, bueno… —El Señor Von Strum se quitó las gafas para leer—. Nunca he notado una verdadera diferencia en el sabor. Todas las aguas embotelladas siempre han tenido el mismo sabor para mí. No obstante, si alguna vez llegamos a la mesa final de negociaciones con usted, queremos que mantenga a todos nuestros empleados y queremos que mantengan sus paquetes de beneficios. También queremos…

Dejé de escucharlo. Dos años persiguiendo a este hombre y todavía estaba en el mismo lugar en el que estaba el primer día. Y ahora, su intrusión me había forzado a la misma posición en la que estaba el primer día con JungKook también.

Para cuando volví a escuchar la conversación y entablar una guerra silenciosa con él por interrumpir mi sesión con JungKook, él estaba citando alguna filosofía personal.

—¿Qué está tratando de decir, Señor Von Strum? —Quería volver a bajar lo más pronto posible—. Llegue al punto.

—Me gustaría tener más tiempo para considerar su oferta y considerar a otros compradores. Veremos si alguno de los miembros de nuestra familia quiere arriesgarse a manejar las cosas.

—Muy bien —dije poniéndome de pie y extendiendo mi mano—. Esta llamada reunión de emergencia ha terminado.

—Gracias a Dios por eso —se burló su esposa y rechazó mi mano—. Para que conste, preferiría hablar con el Señor Jeon de aquí en adelante.

AVISO DE DOS SEMANAS - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora