—¿Ese es el nuevo? —Le preguntó Chuuya en un susurro a Kunikida—, se ve muy viejo —Frunció el ceño con una mueca.
En este instante tanto Kunikida como Chuuya acababan de entrar al comedor; sentado en una mesa no demasiado lejos estaba el albino junto con una cara desconocida.
Atsushi hoy se encargó de dar una introducción de las obligaciones que Dazai iba a tener dentro de la institución, debido a que ya era un chico mayor, las cosas con las que debía colaborar eran diferentes a las que se dedicaban los de menor edad.
—Cállate, ahora es un miembro más del orfanato —contestó el rubio apretando la taza de sopa—, no me da muy buena espina, pero está a nuestro cuidado.
Chuuya miraba con cierto recelo al recién llegado, también tenía un mal presentimiento sobre él.
—¿No crees que pueda ser un aprovechado? —murmuró sin disimular que lo veía—, ese t...
—¡Hey! ¡Enano, puedo escucharte desde aquí! —gritó Dazai sonriendo—, debes tener cuidado, Kunikida parece que se va a romper la cintura de tanto agacharse.
El asombro de Chuuya duró menos de dos segundos. Pronto su cara se volvió del mismo color que su cabello, hirviendo en furia gritó:
—¿¡Quién te crees que eres, pedazo de mierda flácida!? —Caminó a grandes zancadas hacia él—, ¡¡Espera a que te ponga las manos encima, maldita aberración del infierno!!
Atsushi se levantó alarmado, en el orfanato había una regla no dicha: no te metas con la altura de Chuuya.
La última vez que alguien se atrevió a insultarlo tuvo que dormir durante una semana en el corredor. La única persona que pudo impedir ese castigo fue Mori, quien estaba a cargo mientras el director estaba en un viaje de negocios, sin embargo, Mori ni siquiera se molestó en intervenir: "Él sabe lo que hace" había dicho. Y para la desgracia de Dazai, Fukuzawa tampoco se encontraba en esta ocasión.
—¡Chuuya, no! —gritó Atsushi parándose delante de Dazai—, no lo hagas, es nuevo.
—¡Quítate de ahí! —gruñó a punto de tirársele encima.
Kunikida sintió que la migraña regresaba una vez más. Iba a hacer el intento de que su compañero entrara en razón cuando algo inusual sucedió.
Chuuya sacó una piedra que siempre cargaba en su bolsillo y la pateó en dirección a Dazai, 9 de cada 10 veces que el pelirrojo pateaba esa piedra daba en el blanco, y cuando no lo hacía, era porque él no tenía la intención de golpear a su objetivo.
Sin embargo, ese chico nuevo fue capaz de agarrarla en el aire. Tres personas en la habitación quedaron estupefactas ante lo que presenciaban sus ojos.
—¿Por qué tiras piedras? Puedes lastimar a alguien, eso es demasiado irresponsable de tu parte —dijo lanzando con fuerza la piedra de regreso a su dueño, Chuuya también la atrapó en el aire, le dirigió una mirada recelosa—, ten cuidado con los jóvenes, anciano.
—¡Tú! —El rubio agarró el hombro del Chuuya, negó con la cabeza. Tuvieron una batalla silenciosa sobre lo que debían o no hacer, al final el pelirrojo solo gruñó con enojo, esperando que la ira disminuyera.
Kunikida se arregló los lentes: —Ten cuidado a la próxima, Chuuya, ya te lo he dicho antes, puedes lastimar a alguien —Colocó el tazón de sopa en la mesa—, come, es importante alimentarse bien.
El castaño miró su plato con desgana, hizo un puchero hacia Kunikida: —Esta sopa está muy calienteeee —Se recostó en la silla—, ¿de verdad debo de comerla?
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El monstruo que se esconde bajo la cama -Shin Soukoku
FanficAkutagawa es un demonio que se alimenta del miedo y terror de los humanos. Atsushi es un niño que vive en una casa donde la violencia intrafamiliar es el pan de cada día. El monstruo un día se topó con un niño que se esconde debajo de su cama para e...