Pequeñas Dosis/ Jinx

Capítulo 2: Hyung

— ¡Pero mira lo que tenemos aquí! — dijo un estudiante de preparatoria corpulento con una cicatriz en el rostro. — El omega que se cree especial solo porque entró a una escuela de gente rica.

El chico estaba rodeado de cuatro muchachos más, todos mirando burlonamente a un omega de cabello castaño que estaba sentado afuera de la biblioteca en el césped.

— N-no quiero problemas — dijo el omega poniéndose de pie.

— Ey, ey, ¿a dónde crees que vas, omega? — mencionó el mismo sujeto empujando al castaño. — ¿Quién te dijo que podías irte?

— ¿Qué quieren? — dijo con voz temblorosa.

— Bueno, digamos que tenemos una pequeña duda — miró a los demás mientras se burlaba. — Nos preguntamos qué tuvo que hacer un omega pobre como tú para lograr entrar a un colegio tan prestigioso como este.

— Quizás es una puta — dijo otro provocando risas.

— Ya déjenme en paz por favor — decía el castaño intentando liberarse.

— Ja vean esto, ¿que no te queda claro algo flacucho? aquí nosotros mandamos — el corpulento alfa lanzó un puñetazo al castaño logrando romperle la nariz.

— ¡Ay, eso debió doler! — dijo otro riéndose.

— Da igual, eso le pasa por ser una puta y andar presumiendo en el colegio. Pequeño invesil.

— Déjenme en paz — gritó el castaño entre lágrimas. — No les he hecho nada.

— ¡Qué patético, vas a llorar, lárgate y ten un poco de dignidad, hombre!

Todos comenzaron a reír.

— Ahora ponte de pie y piérdete de nuestra vista — lo tomaron por el cabello y lo aventaron un poco más lejos — Ésta será la última vez que te veamos pasar de listo en una clase, imbécil, la próxima vez te mataremos a golpes.

— ¡Oye! — oyeron una voz que se acercaba — ¿Les parece divertido abusar de alguien más débil?

— Jo-jo, Jaekyung sunbae, ¿qué haces aquí? — dijo temeroso el alfa al percibir las feromonas amenazantes del azabache.

— Te hice una pregunta — se acercó. —¿Crees que es divertido esta mierda?

— P-perdón, sunbae, este omega...

— Espera — dijo Jaekyung tensando la mandíbula al ver la nariz rota del castaño quien sangraba en el suelo. —Hijos de puta, le pegaron.

Jaekyung tendo los puños y comenzó a golpear el rostro del alfa, mientras sus compañeros salieron corriendo al ver cómo el azabache no paraba de dar puñetazos.

— Hijo de perra, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño?

Siguió golpeándolo hasta que la sangre comenzó a cubrir su rostro.

— ¡Detente! — gritaba asustado el omega. — ¡Detente, lo vas a matar!

Jaekyung sin aliento alzó la vista y vio al castaño que tenía los ojos llenos de lágrimas, entonces se detuvo.

— ¿Estás bien? — dijo preocupado el omega al ver los nudillos del azabache heridos.

— Yo estoy bien, tú en cambio estás sangrando.

— No es nada — dijo limpiando la sangre. — Ya... ya estoy acostumbrado.

— No, tienes que ir a la enfermería.