1. El día después

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El día en que Alastor se fue tuvimos la cita más hermosa y más dolorosa que nadie se podría imaginar. Fue la primera vez que lo vi llorar... Quizás fueron mis propias lágrimas reflejadas en su rostro, no lo sé. Me cantó una hermosa canción, una que sigue sonando en mi cabeza sin pausa.

Pero antes, supongo que debería contarte como fue que llegamos a ese punto. No siempre nos amamos, de hecho empezó con una intensa discuta por Charlie, la cual Alastor me confesó que, de su parte, sólo le importaba molestarme. No lo culpo, después de todo yo empecé cuando critiqué las partes del hotel que él había mejorado. Charlie me describió como era el hotel antes de su llegada y wow, debo admitir que Alastor ayudó mucho.

Después de la lucha contra el cielo, todo quedó hecho polvo, pocas cosas se habían salvado. Le pregunté a Charlie si Alastor no los había ayudado, pues no lo vi por ningún lado. Ella me contó el plan de ataque que tenían y que Alastor era el encargado de detener a Adán mientras ellos se encargaban de los ángeles. Mi pobre princesita lloró mientras me decía que Alastor había muerto para ayudarlos. Aún cuando su confesión lo hacía ver cómo un mártir, a mí me produjo tremenda sensación de paz y satisfacción. Hoy en día una noticia así me mataría en segundos.

Luego empezamos a construir el hotel, deberías ir a visitarlo algún día, es hermoso. Para mi en ese entonces pesar,  Alastor apareció al final de la construcción. Todos estaban alegres de verlo otra vez, pero a mi me amargó. Estaba convencido de que tendría a Charlie para mí sola, pero con su presencia tendría que tener más cuidado. Mi hija insistió en hacerle una torre a Alastor para que él pudiera tener allí su estación de radio. No pude negarme, el hotel era de ella y el venadito era su gerente.

El día después amaneció en silencio, todos estaban tan cansados que durmieron hasta tarde. Yo realmente no me esforcé mucho, llegué tarde a la pelea y acabé con Adán en pocos minutos. Así que mientras todos dormían, yo preparaba unos deliciosos Hotcakes para desayunar. De verdad son exquisitos, algún día te prepararé unos. Bueno, el punto es que cuando me senté a comer, vi que una luz verde se escurría entre las paredes. Sabía bien de quién era, el único ser problemático que estaba en ese hotel. Me escurrí hasta su habitación y pude escuchar diferentes tipos de aterradores sonidos, desde estática tenebrosa hasta gritos de agobio.

"Está perra esta matando a alguien", fue lo primero que pensé y sin titubear patee la puerta para entrar.

—Mira hijo de tu putisima madre... —Al instante me callé.

Él estaba tirado en el suelo, apoyándose contra la cama. Todo su torso estaba desnudo, fue la primera vez que vi sus abdominales y su piel, Cristo, esa imagen definitivamente era una tentación. Sin embargo no pensé eso en ese entonces, al contrario, casi me burlo del lamentable estado en el que estaba.

—¿Qué pasó venadito? ¿No pudiste con tu cazador? —Bueno, si me burle.

Su respuesta fue un gruñido, trató de levantarse pero la herida en su abdomen era grave, estaba sangrando demasiado.

—Está bien, te ayudaré —me acerque lentamente, atento por si decidía atacarme de la nada, pero realmente estaba hecho mierda.

Lo primero que hice fue revisar la herida, sin duda era profunda pero no parecía haber rasgado algún órgano.

—Puedo suturar la herida desde adentro, pero va a doler —Su rostro se mantuvo neutral, osea con su maldita sonrisa de psicópata, pero neutral— Y además deberás alejarte de Charlie.

Solo eso bastó para que Alastor se echará a reír como lunático. Luego hizo un esfuerzo por levantarse, que, con muchos quejidos, tuvo efectos.

—Ay vamos, no seas orgulloso, ambos sabemos que mi hija no te importa.

Vals del Infierno || AppleRadioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora