El Legado del Charro Negro
En un rincón olvidado del Infierno, donde los demonios despreciables se congregaban y los pecadores eran condenados a sufrir por toda la eternidad, se encontraba Hazbin Hotel. Un peculiar lugar regentado por la enérgica y colorida demonio Alastor, conocida como "Radio Demon", que ofrecía una segunda oportunidad a los condenados. Sin embargo, lo que nadie sabía era que bajo la aparente paz reinante en el hotel se ocultaban secretos oscuros y poderes ancestrales que amenazaban con desestabilizar todo el equilibrio infernal.
La noche era especialmente oscura en el Infierno cuando un eco lejano rompió el silencio sepulcral que envolvía Hazbin Hotel. Una figura encapuchada emergió de las sombras y avanzó con paso firme hacia la puerta del establecimiento. Descubrió su rostro al llegar a la entrada, revelando unos ojos azules tan intensos como el fuego del abismo y un sombrero negro característico de los charros mexicanos. Era el Charro Negro, una leyenda olvidada por muchos pero temida por todos en el Infierno.
Alastor, en su forma más retorcida y misteriosa, notó la presencia del recién llegado con un interés singular. Se acercó al Charro Negro con una sonrisa burlona en los labios, como si supiera más de lo que sus palabras decían. "Bienvenido a Hazbin Hotel, forastero", dijo con cortesía pero con un deje de sutil malicia en su tono. "¿Qué trae a un legendario como tú a esta humilde morada de pecadores?"
El Charro Negro detuvo su mirada en Alastor, reconociendo en él a un igual en lo que a secretos y poderes se refería. "He llegado en busca de respuestas y de un propósito en este lugar oscuro y despiadado", respondió con voz profunda y resonante.
Alastor inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera evaluando al recién llegado. "Todos buscan algo en el Infierno, Charro Negro. Pero no todos encuentran lo que buscan". Una chispa brilló en sus ojos rojos, revelando una curiosidad casi insaciable. "¿Qué misterio te ha traído hasta aquí?"
El Charro Negro se ajustó el sombrero con gesto pausado antes de responder. "Mi legado me ha llevado al abismo, y sé que debo enfrentar lo que se encuentra en las sombras para encontrar la redención". Sus palabras resonaron en el aire cargadas de significado y pesar.
Alastor asintió con un brillo travieso en los ojos, como si hubiera descubierto un nuevo juguete con el que jugar en su eterna morada. "Parece que te espera un viaje interesante en Hazbin Hotel, Charro Negro. ¿Estás preparado para lo que te depara el destino?"
El silencio se apoderó del lugar por un instante, como si el mismísimo Infierno aguardara con expectación el desenlace de la llegada del legendario Charro Negro a Hazbin Hotel. Solo el viento sibilante y los murmullos de los condenados rompían la quietud de la noche en la que el destino de todos, desde pecadores hasta demonios, parecía estar en juego.
Y así, con la promesa de revelaciones oscuras y misterios por desentrañar, el Charro Negro comenzó su travesía en Hazbin Hotel, donde su presencia amenazaba con sacudir los cimientos de un mundo ya de por sí tembloroso y lleno de intrigas.
Continuará...
