Capitulo 12

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El estúpido sol golpea mi cara, al menos no tan fuerte como al medio día. Son alrededor de las cuatro de la tarde. El parque luce tranquilo, me topo con alguna que otra persona y mientras me hundo en el mismo con menos gente me topo. La tranquilidad de este lugar me sigue sorprendiendo. La brisa es refrescante, mi pelo suelto se ondula por el viento y mi vestido sigue la danza. Luego de lo que paso antier en la oficina de William todo mi mundo cambio. Es como si me hubiesen inyectado dopamina y serotonina a mi vida en general... bueno solo mientras estoy con él.

Quedamos de reunirnos en el parque y tener un picnic. Eso como distracción para ambos y ciertamente fue una linda idea, no me esperaba para nada su dulce propuesta. Luego de unos minutos caminando lo diviso a lo lejos. Una manta roja, platos y comida y lo más dulce de todo. William. Viste elegantemente como de costumbre. Al estar más cerca se levanta, se acerca a mí y estampa sus labios contra los míos en un dulce beso de bienvenida.

—Hola mi niña. Te ves muy bien.

—Igual tu. -Le sonrió y nos sentamos en la manta.

Las siguientes horas las pasamos de maravilla comiendo lo que él preparo. He de admitir que cocina de maravilla, fue bastante agradable al paladar su habilidad culinaria. Estar sentada compartiendo mi tiempo con él es bastante cómodo. No pare de sonreír como idiota mientras nos contábamos nuestras experiencias en diferentes etapas de nuestras vidas, o nuestras alegrías y triunfos. Obviamente dejé que me compartiera más de él ya que los pocos recuerdos felices son borrosos y distantes y como no quiero ponerme sentimental o melancólica cambio el tema para hablar de nuestros sueños, metas, creencias o lo que sea que se me ocurra primero.

—¿Qué platillo es tu favorito?

—Mmm... diría que macarrones con queso. ¿El tuyo?

—Diría que es ____. ¿Lo has probado?

—Quizás...

—Y dime William ¿Has estado con una chica... como pareja?

—¿Por qué quieres saber eso? Si tú eres la única mujer de mi vida.

Ok, eso no me lo esperaba. La mera verdad me está enamorando más.

—Por la forma en que besas... y me tocas.

—Hum ¿y yo creí que hice un buen trabajo?

—No es eso a lo que me refiero.

—Tranquila, eso no importa. Ahora dime ¿quién te enseño a besar así? Porque tus labios son una encantadora adicción... y ni hablar de la manera en que los usas.

—S-Solo fue un tipo en mi adolescencia... solo trato de seguirte el ritmo.

—Aprendes rápido... y se me ocurren otros usos.

—Pervertido.

—Oh, estoy seguro de que te encantaría.

—... ¿Y cuál es tu animal favorito?

—El conejo. ¿El tuyo?

—¿De verdad? Jaja... el mío es ____. Muy lindo.

Mis cachetes arden en el buen sentido y duelen un poco de tanto sonreír lo cual no me importa porque me la estoy pasando de maravilla con él.

—Entonces dime. ¿A qué le tienes miedo?

—Umm, pues un poco a la sangre... ¿por?

—Simple curiosidad querida.

—¿Tu? ¿A qué le temes?

Sonríe un poco antes de responderme.

—A pocas cosas realmente. -Parece meditar que cosas son las que le provocan miedo.

"Flor de la Muerte" (William Afton x T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora