Todo lo que veo || Chiara y Violeta

CAPÍTULO 12

Chiara

Desde hace tiempo no me siento tan afortunada cómo ahora. Tengo a Violeta rozando mi piel, la brisa está jugando con su cabello y sus ojos me miran con admiración, deseo, pureza; eso es lo que la define. La ciudad puede observarse desde las alturas de la azotea, alumbrada por las luces de las calles, es una imagen tan bonita que pienso en pellizcarme por miedo a despertarme del sueño.

- Ambas sabemos qué después te entra el miedo - responde tras mi muestra de interés.

En segundos su mirada es abarcada por una nueva emoción, la duda, lo que origina que aumente un poco de distancia entre las dos.

- Deberíamos regresar - repite carraspeando y rompiendo el contacto visual.

Inspiro aire con calma, sé lo que le ocurre, pero quiero que ella misma me lo pregunte.

- Violeta - alzo la mano girando su rostro hacia mi dirección y traga saliva - Dime lo que quieras saber porque te voy a responder.

Aprieta la mandíbula teniendo una batalla mental consigo misma. Mi comportamiento ha sido intermitente durante estas semanas y puede que mis acciones vistas desde una perspectiva externa dejen bastantes interrogantes sin resolver. 

- Oye - le cojo la mano con suavidad y se estremece con mi gesto - Quiero resolver tus dudas.

- Chiara, es que no te comprendo - bufa echándose hacia atrás con mueca de negación - Cuando estamos juntas siento que lo que me provocas es recíproco, tu mirada me lo dice - hace una pausa - pero es cómo si el resto del tiempo no existiese para ti. A cada rato que pasa me entero de algo nuevo que me hace confundirme aún más, y me estoy volviendo loca.

Chasqueo la lengua restregando las manos por mi cara, odio que se haya sentido así por mi maldita culpa, por no haber dejado las cosas claras aunque yo tampoco las tuviese. Tendría que haber actuado de otra forma.

- Lo que nos ocurre es mutuo porque yo también lo siento así, Violeta - vuelve a mirarme - Por esa misma razón he reaccionado de una manera que no te merecías, porque sentir lo que me provocas me ha dado miedo.

- ¿Lo dices por Raquel?

- Sí - asiento cabizbaja - No ha sido fácil aceptar que la persona con la que pensaba casarme en un futuro ya no me gustaba. Esto viene de mucho antes, me hacía falta un empujón para percatarme de ello y tú eres la que lo ha propiciado.

- No he querido meterme entre vosotras.

- Por favor, ni se te ocurra pensar eso - me acerco, pues necesito su calidez corporal - Ya no era feliz con ella. Raquel es maravillosa, la quiero y es indispensable en mi vida; pero cómo una amiga.

- ¿Se lo has dicho?

- La he dejado - aclaro y eleva las cejas sorprendida, mas intenta disimular una sonrisa frunciendo los labios - No puedo estar con ella porque yo también deseo hacerte mil cosas, Hódar - le digo recordando nuestra conversación de hace apenas minutos - Y si me he resistido tanto ha sido porque ella no se merecía algo así y tampoco quería que tuvieras esa imagen de mí.

La pelirroja me observa con atención, tiene la boca entreabierta y sin darnos cuenta hemos regresado a nuestra posición inicial.

- Di algo.

- Me has dejado sin palabras, Oliver.

- Suelen decírmelo.

- Idiota - suelta una risa seca dándome un manotazo.