Hombre muerto

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Mi madre me ha heredado unos ojos de gato, poder ver a través de la oscuridad las sombras que viven en ellas.

Había luna llena pero la habitación estaba completamente oscura, ni un rayo de luz entraba aún cuando las ventanas estaban abiertas, la brisa del verano entraba en esas cuatros paredes con historias que contar. Vi al hombre que deseaba llamarme por mi nombre, y lo hizo. Su voz era ronca, seria. Me llamó por el nombre que me han denominado en esta vida. Las manos de su pequeño gorrión cogían las mías entrelazadas , ambos desnudos, pues habíamos hecho el amor incontables veces en el atardecer. Su cabeza de cabellos largos rubios dormían plácidamente en la almohada. Volví a escuchar mi nombre en la boca del hombre que estaba esperando por mi. Cogí la camiseta negra que antes el gorrión tiró en el suelo antes de follarme en la cama de diferentes formas y posiciones. El hombre pacientemente esperó a que terminara de ponerme la camiseta, lentamente me deslicé por la cama sin querer despertar a su pequeño. Me condujo a un balcón pero yo nunca he estado en esa casa. Una vez habíamos llegado los dos al balcón me senté en la silla de madera que la luna llena dejaba enseñarme. El hombre mantuvo su distancia pero estaba lo suficiente cerca de mi para ver sus manos largas y delgadas. Era más alto que el gorrión que dormía en la cama. Era un hombre serio pero su corazón era de miel, veía la luz de su risa, grave pero acogedora. Empezó a hablarme lentamente para que yo pudiera entender sus palabras pues no hablamos el mismo idioma, pero el idioma de los muertos cambian. Me hablaba de su pequeño gorrión cuando estaba en la escuela. Contó una anécdota que me hizo reír, relacionado con un deporte que el gorrión hacía, alguna medalla ganó y el hombre se sentía orgulloso de su pequeño. Tristemente no podía ver su rostro,pero la sonrisa eran las mismas. Con el tiempo se van a parecer uno al otro, pensé. Un silencio se apoderó entre nosotros, no era incómodo, pero sentí que quería decirme algo y tomó una leve pausa. Vocalizó muy lentamente la frase en su lengua. Intenté repetirlo como él hizo pero evidentemente pronuncié mal, su risa me hizo enojarme como una niña chica, quería hacerlo correcto como él.

_ ¿Qué haces despierta amor ? _ Preguntó el gorrión despertando de su dulce sueño. Se paró en la ventana, a unos pasos de mi.

El hombre se mantenía intacto en su posición, cruzado de brazos mientras observaba a su pequeño crecer. Noté una sonrisa de media lado en sus labios.

_Hablaba con tu papá. El está aquí._ El gorrión me observó incrédulo y algo molesto. Lo entendía, solo yo podía ver a ese hombre que no sabía su nombre pero sabía perfectamente quién era. Nunca vi fotos de él y no hacía falta. No le culpaba, ver muertos no es agradable, ni siquiera para mi. Detesto hablar con los muertos o verlos cerca de mi, ellos lo saben pero algunos vienen a visitarme. Hacía tiempo que no hablaba con uno que no fuera un familiar mío. Y el era el fantasma de mi amor, no podía rechazarlo. No tenía malas intenciones así que acepté hablar con él. El gorrión preguntó de que estaba hablando con un tono vacilante, era un tema susceptible en la mesa. Intentaba pronunciar las palabras correctamente. Sus ojos brillaban debajo de la luna, el entendía que decía su padre.

_Significa En mi nombre. _ Susurró el gorrión y desperté. Ya no estaba en esa casa, solo fue una visión.

Su padre quería dejarme una promesa en mis manos, su gorrión herido a mi lado. Perdóname padre, pero no pude sostener la promesa. No porque me equivocara. Su gorrión tiene la maldición de no saber amar. Sus ojos están ciegos porque las desiciones que toma son erróneas. La última noche que pasé con el gorrión lo supe, mis lágrimas cayeron en frente de él, creyendo que yo estaba borracha por la botella de vino rojo que me había tomado, ojalá mi amor pero dentro de mi sabía que algo iba a pasar.

Las visitas de los muertos tocan el corazón del humano vivo. Mi maldición es ver las despedidas antes de que sucedan. Vivo con una maleta en mis manos y la otra con Dios. El gorrión me hirió de diferentes formas, pero imagina que es Dios personificándose en todas las personas que te hieren para que aprendas a amarle de diferentes formas y perdones como Él hace contigo. Ya no siento rabia, ni venganza. Él dice que deje la venganza en sus manos, ellos ya están sufriendo. Porque los elegidos de Dios superarán todas las pruebas a través de la fuerza de él.

Quizás un día leas esto gorrión, no te preocupes, estoy bien. Sé que luzco débil, no lo suficiente fuerte. Pero te equivocaste. Incluso en las lágrimas que podré derramar en el futuro, se esconden tsunamis inquebrantables. Luzco débil por ser pequeña y sensible pero en el momento que mi corazón quiere dejar de querer, el frío hielo toma mi calor y lo paraliza como Medusa paralizaba al abrir sus ojos. Las sirenas devoraban al hombre, no ellos a ellas.
Tu error es haberme creído débil por mostrarte mi lado dócil. Ya tengo guerras sufridas, guerras solitarias en las que me he levantado sin que nadie venga a cogerme la mano, solo Dios ha estado presente. A través de Él es como me construye con sus manos para hacerme perfecta a su semejanza. No estoy preocupada por la maldad que me hayas hecho, porque estas descubriendo lo que hay en tu corazón. Y sufres con ello. No es mi responsabilidad hacerme cargo de tu maleta oscura. Dijiste que podrías encontrar a alguien mejor que yo, rezaré a Dios que así sea para ti gorrión. Alguien a tu semejanza y con la oscuridad que hay en tu corazón. Porque ¿Quién dice que alguien mejor signifique tener una buena persona ? Encuentra a tu oscuridad a través de otros, y serás destruido. Porque Él es justo incluso con los infieles.

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⏰ Última actualización: May 07 ⏰

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Las mujeres que no amaban a los hombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora