Hattie intentaba quitar la mancha de la camisa del uniforme en la bacha de la cocina dado que por un empujón descuidado de Ayato, termino con manchas de jugos de arándanos. Frotaba con fuerza mientras los demás ya estaban esperando en la limusina por ella.
No sabía si tenía más uniformes en aquella casa, o simplemente debía ir como estaba. Tampoco quería preguntar, los hermanos no tenían demasiada paciencia. En realidad, no le molestaría ir con la mancha pero estaba segura que ellos la iban a reprender por tal atrevimiento.
— Hattie — Llamó Reiji con el tono más calmado que podía tener, y aún así, logró sobresaltar a la adolescente.
— Reiji, que susto — Llevó la mano hacía el pecho suspirando de alivió — Perdón la demora, ya podemos irnos — Hizo el intento de salir, pero él se interpuso.
El vampiro miró fijamente los ojos vulnerables de la menor. Podía sentir el terror en ellos, y aún si fuera un humano, lo podría percibir de lejos. Recorrió todo el cuerpo, noto que no tenía puesto el saco, ni la corbata respectiva del uniforme y tenia algunos botones desprendidos, fue donde vio la mancha morada.
Hattie se removió al saber que el adolescente tenía vista libre hacia el sostén que utilizaba. Y, no se atrevía a intentar ocultarse, por lo que garraspeo.
— Ayato terminó por aventar algunas gotas de jugo en mi camisa — Dijo intentando desviar la atención.
— Entiendo — Soltó — Ahora regresó.
Estaba segura que no habían transcurrido ni siquiera un minuto, y Reiji ya había bajado las escaleras con una camisa blanca en sus manos, y luego se la entregó.
— ¡Gracias! Iré a cambiarme — Nuevamente Reiji se interpuso cuando intento caminar, y nego con la cabeza.
— No hay tiempo, hazlo aquí — Ordenó, a lo que la adolescente tardo en reaccionar — Rápido.
Hattie comenzó a desabotonar la camisa sucia, tratando de que en algún momento el vampiro se diera vuelta. Pero este no lo hizo, fue aún más rápida para colocarse el uniforme limpio sin mirar hacia el rostro de Reiji, estaba segura que no podría evitar la humillación que sentía.
Una puerta se abrió por segunda vez, ahora Shu estaba caminando a ellos observando como Hattie se terminaba de acomodar el uniforme.
— ¿Por qué tardan? — Interrogó sin quitar la mirada de la adolescente. Sabía que Reiji había hecho algo, más cuando solo evitó hablar.
— Es mejor irnos ahora, así evitaremos llegar para la última clase — El sujeto salió sin más dejando al mayor y la muchacha en la cocina.
— ¿Que paso? ¿Te hizo algo? — Le preguntó agachado la cabeza a la altura de la adolescente, pero está solo nego — Esta bien, vamos.
Al subir a la limusina, Hattie tuvo que tomar asiento entre Shu, y Reiji. La adolescente creía que los demás no lo notarían pero se sentía tensa, quería permanecer lejos de Reiji así que intentaba pegarse aún más hacia el lado de Shu, este por supuesto que lo noto por lo que levantó a Hattie para sentarla en su regazo.
— Que desagradable — Recitó Reiji sin darle mayor importancia.
A l llegar a la escuela busco con la mirada a los Mukami, esperando verlos en la entrada aunque fue llevada por Subaru antes de que eso suceda. A diferencia de la última vez, estaba más tranquila con respecto a todo.
Sabía que en cualquier momento ellos volverán a beber de ella y debía prepararse para aquello. Tenía que encontrar el modo de que los hermanos se aburran de su sangre para no correr el riesgo de ser asesinada por ellos.
La confianza con Shu y Subaru había incrementado. No eran las personas en las que más confiaría su vida pero había un poco más de conexión, o eso creía.
A mitad de la clase, Hattie ya no aguantaba permanecer en el salón. Por ese motivo pidió permiso para salir al sanitario, Subaru lo noto así que le envio una mirada de advertencia.
Era evidente que los pasillos estarían vacíos, los alumnos se encontraban en clases. Hattie camino lento hacia los sanitarios, esperando que la hora que faltaba para volver a casa se pasará más rápido, pero era imposible. Al entrar en los baños, lavó sus manos, y su rostro.
— ¿Hattie? — La voz dulce de Yui Komori inundo sus oídos, inmediatamente dio media vuelta compartiendo una sonrisa con la rubia.
— Hola Yui, que bueno es verte — Comentó analizando a la muchacha, a comparación de cuando estaban con los Sakamaki, se veía mejor.
Ambas estaban en la misma situacion, o algo similar, podía jurar que tal vez para Yui era más difícil al compartir clases con los trillizos.
— También es bueno verte, ¿te sientes mejor, verdad? — Hattie inhalo profundamente al recordar aquella escena, y solo sonrío asintiendo — Yuma estaba furioso porque te llevaron.
— No lo creo — Confesó — Cualquiera de esos monstruos quisieran tenerte.
— ¿Monstruos? — Repitió la rubia como si hubiera descubierto una nueva palabra, no había pensando en calificarlos de esa manera.
— Si, es lo que son — Hattie cruzo los brazos para apoyarse contra una pared a mirar en su dirección.
— Tal vez estés exagerando.
— Los fundadores, los Sakamaki y hasta cierta parte los Mukami, no pretenden más nada que tu sangre.
Hattie sentía aquel momento como liberador, no había contado con la oportunidad de hablar del tema con alguien que realmente la entendiera, cada día los detestaba aún más. Claro, algunos vampiros más que otros.
— Debemos buscar la manera de escapar de aquí — Susurró como si alguien más que Yui la fuera a escuchar.
— Nos encontrarían Hattie — La adolescente la miro fijamente, tratando de encontrar una idea.
— Algo se me ocurrirá — Dijo segura de si misma — Pero saldré de aquí, y tu vendrás conmigo — Garantizó.
Komori asintió para nada convencida.
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Pɪɴɢ Pᴏɴɢ 𖦹 Shu Sakamaki
De Todo"Te hemos salvado, Hattie" Cᴏᴍᴏ ᴜɴᴀ ᴘᴇʟᴏᴛᴀ ᴅᴇ Pɪɴɢ Pᴏɴɢ, Hᴀᴛɪɪᴇ sᴏʟᴏ ᴇʀᴀ ᴇᴍᴘᴜᴊᴀᴅᴀ ʜᴀᴄɪᴀ ᴏᴛʀᴏ ʟᴀᴅᴏ.