Esquemas

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Lena

Me encontraba con mi pequeña hermana en la salar de estar de nuestra casa, ella veía alegremente sus caricaturas en la televisión, mientras yo dibujaba en mi IPad el diseño de un puente elevado que contaba como parte de mi tarea en la universidad.

Para ser sincera, me gusta más dibujar sobre papel con carboncillo y últimamente lo que más dibujaba o más bien, a quien más dibujaba era a aquella chica solitaria que ahora sabía se llama Yulia.

El encontrarme a la ojiazul en el hospital cuando fui a buscar a Katherina era algo que rondaba mucho por mi cabeza, toda la tarde me la pasé pensando en ello y estaba dispuesta a preguntarle a mi madre sobre el asunto... Muy probablemente no me diría nada, pero lo intentaría de todos modos.

—Ya estoy en casa —escuché la voz de mi madre al anunciar su llegada y como el sonido de sus zapatos fue sistituido por el de sus pantuflas en el recibidor—. ¿Ya cenaron? —preguntó cuando llegó hasta nosotras.

—Si mamá, Lena cocinó y te guardó un poco —respondió mi hermana luego de apagar el televisor y prácticamente volcarse sobre el regazo de mi madre para recibir caricias en su cabello.

—¿Cómo estuvo tu día, mamá? ¿Hubo alguna novedad? —pregunté luciendo indiferente, como algo casual. Pero en realidad quería ver si podía ir tanteando la conversación hasta llevarla disimuladamente a que me contara lo que yo quería saber.

—Las primeras horas fueron muy rutinarias, todo tranquilo... Solo hubo algunos contratiempos con mi última paciente del día —respondió más accesible que otras veces—. ¡Ah, pero muero de hambre! ¿Ya hicieron sus tareas?

—Yo si, Lena aún no ha terminado —respondió Katherina, mirándome con una mueca graciosa de su rostro.

—¡Chismosa! —acusé a Katherina— De hecho, ya terminé. Iré a calentar tu comida, mamá. ¡De paso puedes contarme qué sucedió con tu última paciente!

—Mhm... ¿Por qué de repente estás Interesada en saber sobre mi trabajo en el hospital? —preguntó mi madre, mirándome con sus ojos entrecerrados al tiempo en que ambas nos dirigimos a la cocina y mi hermana volvía a ver sus caricaturas.

—Solo es curiosidad... Nunca hablas mucho de lo que haces en el hospital —intenté no mostrar mucho interés.

—Hay algo a lo que se le llama: "confidencialidad entre doctor y paciente" Lena, así que no esperes que de mi boca salga nada sobre mis pacientes solo porque eres mi hija —y con eso supe que por más que lo intentase, no podría saber por medio de mi madre el porqué Yulia estuvo esta tarde en el hospital...


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Yulia

Pasé prácticamente toda la tarde en el hospital y no podía estar más fastidiada de todo.

Luego de responder a un sin número de preguntas que me hizo la neuróloga, me llevaron a una sala con una máquina enorme donde me escanearon la cabeza y al tratarse de una "situación urgente" los resultados los obtuvimos esa misma tarde.

«Los resultados no muestran ningún tipo de daño neurológico. No se escuentran manchas en las imágenes que nos puedan indicar la presencia de tumores, venas hinchadas o anomalías en el cerebro de Yulia»

«Podríamos realizar algunas otras pruebas más específicas para descartar otras posibilidades de daño en regiones exactas del cerebro, pero por lo pronto me atrevería a decir que más que neurológico, lo que Yulia está experimentando es un tema más bien psicológico»

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