Amor Sin Frenos

prologo

Todo comienza cuando una chica joven, de unos 20 años me adopta, si me adopta, mi madre murio a las dos horas de que naciera y mi padre me dejo en la agencia de adopción cuando a penas tenia un mes.

Lo único que se de mi madre biológica es que a parte de que muriera cuando nací se llamaba Carla y era rubia, como yo (esto lo se porque me lo han contado y porque mi madre adoptiva me dio una foto rota de mi madre).

De mi padre no se ni su nombre pero mi madre adoptiva tampoco me lo quiere decir, dice que no es de mi incumbencia.

Mi madre adoptiva se llama Angélica, no esta casada pero si tiene novio y como no podía tener hijos decidió adoptarme. Ella no es muy alta, es de pelo castaño, de ojos marrones y no esta ni gorda ni flaca. Según su novio es agradable, simpática, divertida..., es todo lo bueno que se puede ver en una persona, al principio, cuando ya empezaba a tener mas uso de razón a mi me pareció igual, aunque con sus pequeños desperfectos, pero un día cambio su forma de comportarse conmigo y sigo sin saber porque. Quizás sea porque soy algo pesada con lo de mi padre, mi madre... Y muchas más cosas.

El novio de Angélica se llama Miguel, trata de comportarse bien conmigo pero le suele costar porque soy bastante cerrada con él. Es alto, guapo y trabaja en la universidad como profesor de geografía.

Y por ultimo falto yo, me llamo Perla, tengo dieciséis años. Suelo ser amable con la gente excepto cuando me empiezan a molestar, soy divertida y resulta agradable estar y hablar conmigo. Me gusta leer y sobretodo jugar al voleibol. Por culpa del voleibol me suelo meter en peleas pero..., no pasa nada siempre me las apaño.

Vivimos en una casa algo grande junto con dos gatas: Kenia y Désirée.
Kenia es una garita negra muy tranquila y Désirée es tricolor y muy juguetona.

Mi habitación es la más grande. Al fin y al cabo era o la mas grande o en na mas pequeña y asquerosa. Angélica tiene la mediana. Mi habitación le parecía muy grande para ella sola y la pequeña es tan pequeña que ahora la usamos como el cuarto de la lavadora.

Mi habitación se sitúa en la planta de arriba. Es azul claro. La pinte yo misma ya que Angélica se empezó a comportar de forma extraña en la reforma de mi cuadro.

No sé por qué, que yo sepa no la he hecho nada.

La habitación tiene una puerta que da a la terraza que se sitúa justo enfrente de la puerta de entrada a la habitación. Al lado de esta puerta esta mi escritorio donde si no hace buen tiempo me pongo a estudiar o a leer. Normalmente me gusta leer en la terraza oyendo los sonidos de los animales ya que la terraza da al parque natural. En la pared derecha a al escritorio esta el vestidor. (Miguel es tan pelota que aprovecha cualquier oportunidad para comprarme algo de ropa). Y enfrente del vestidor esta mi cama. Quizá es algo grande para alguien como yo con mi estatura pero no la cambiaría por nada en el mundo. Es tan cómoda que en cuanto la ves y te sientas te entran ganas de dormir.