Una Última Vez

13 | Mi libro

13 | Mi libro

Janeth

Gabriel toma la fotografía y la mira sorprendido, casi se le cae la mandíbula. No dice nada, su cara tampoco es que muestre mucho.

—¿Y bien? —lo hago volver a la realidad—. ¿Tan rápido te has quedado sin palabras?

Sonríe.

—Solo no me lo esperaba —me mira—. No es que no me guste —aclara rápidamente—. Es más, me encanta.

Me muerdo el labio inferior y vacilo antes de volverme al cajón en el que saque la primera foto.

Saco la foto y él me mira expectante.

—Esta me la saqué unos meses antes de esa —se la entrego—. No me había teñido el pelo en ese momento.

La mira y eboza una sonrisa. Que me derrite el corazón.

«¿Cuando dejara de gustarme verlo sonreír?»

Probablemente nunca.

—¿En dónde fue? —pregunta sentándose en la casa aún con la sonrisa en el rostro.

—En el instituto —me siento a su lado—. Tenía unos... ¿catorce?

—Pareces mayor —comenta dejando las fotografías en la cama.

—Papá solía decir que deje de parecer mayor a los dieciocho —cuando estoy con él, sorprendente, no me molesta mencionarlo.

—Cuando te ví pensé que tenía veinte —comenta husmeando por la pequeña repisa de libros.

Son libros vainillas, mejor dicho, mis favoritos.

—Este es muy bonito —comenta sacando uno de ellos.

Palidezco cuando veo el libro en su mano.

«Sean y sus sentimientos por Lila»

—¿Lo has leído? —pregunto.

Asiente.

—He buscado más libros de la escritora pero no he encontrado ninguno —sigue mirando los libros—. Y tampoco es que se pueda investigar mucho de ella, ya que tiene un nombre falso.

—El poder de Wattpad —bromeo.

—Ni que lo digas, al parecer se ha retirado en cuanto saco el libro en físico e incluso cerro sus redes sociales.

—Eras muy fan al parecer —bromeo.

—Podria decirse que si, no tenía más de veinte cuando leí su libro —sonríe—. En una historia de Instagram dijo que quería vivir un gran amor, para escribir sobre él.

—Para basarse en su experiencia y no en su imaginación —completo por él.

—¿La seguías? —enarca una ceja.

—Algo así —en ese momento entra Mike.

Pienso que me he salvado, pero es completamente todo lo contrario. Trae un manuscrito en las manos.

—He encontrado esto en el sótano —se lo entrega a Gabriel y le rezo a los dioses, que me lleven con ellos.

—¿Qué es? —pregunta.

—Un manuscrito —digo sin mirarlo.

—Mejor que eso —dice Mike—. Su manuscrito —me señala.

—¿Tuyo? —enarca una ceja.

—Fue tan bueno que le ofrecieron sacarlo en físico —comenta Mike.