Stream del Lunes ʲᵘᵃⁿⁱ ˣ ᶠʳᵃⁿ

"Me corto el pelo y..."

—¡Fran, por favor ayudame!

Agita el celular entre las manos mientras llora y chilla, rogándole a Fran por audio que lo ayude a arreglar la cagada que se dejó en la cabeza.

Cortó el stream apenas se le comenzó a secar el pelo y vio lo terriblemente desastroso que había quedado.

Tuvo que haberle hecho caso a esos mensajes en el chat que decían que no tenía que mojarse el cabello.

Juani no puede dejar de verse en la cámara del teléfono, llora y se repite en voz alta que puede tener arreglo.

Seguramente Fran podía mejorarlo.

El rubio tenía esa extraña habilidad de hacer que las cosas más terribles fueran mejores, quizá era por su personalidad calmada o por sus vibras tan tranquilas.

O quizá era un ser mágico.

Por eso confiaba plenamente en que podía salvarlo.

Juani lo veía así en estos momentos de desesperación, como Jesús entregándole un pan.

Camina ansioso por todo el departamento. Fran no debería demorarse más de 15 minutos caminando hacia su hogar. ¿Y si había muerto en medio del camino? ¿Quién arreglaría su corte de Willy Wonka?

Su otra opción más cercana (bastante alejada del top 1, o sea Fran) era Ramusio, pero él le sacaría mil fotos antes de intentar ayudarlo. Y también las mandaría al grupo con los chicos, y quién sabe qué cosa del diablo tendría que hacer Juani para evitar que la suba a instagram.

Se muerde las uñas hasta que suena el timbre. Obvio que corre desesperado a abrir.

—¡Fran!—Lo abraza con fuerza aun sollozando—. Soy una mierda, por favor decime que podés arreglar esto.

Fran ríe alejándolo por los hombros para contemplar el problema.

Se le borra la sonrisa de inmediato.

—Oh, la concha de tu madre—Exclama rápidamente por la sorpresa.

Juani se pone ambas manos el rostro y suelta un gritito.

—No tiene remedio, ¿verdad? Me voy a matar, boludo.

Se adentra a su departamento mientras se sorbe los mocos. Fran le sigue con preocupación.

—Está bien, gordis. Lo puedo arreglar—Trata de convencerlo frotándole el hombro—. El pelo crece igual.

Los ojos azules brillan con esperanza.

—¿Podés arreglarlo?—Sus labios forman un puchero. Fran asiente con efusividad. Entonces Juani se le tira encima, abrazándolo por el cuello y rodeándole la cadera con las piernas—. Te re amo, Franchu.

El rubio se ríe ante los besos que Juani le da en el rostro; hace que suenen y es increíblemente tierno. Pero cuando sus labios rozan la comisura de los propios, Fran lo aleja con una sonrisa.

—Dale, gordis. Pasame unas tijeras.

Juani le da otro sonoro beso en la mandíbula y se le baja de encima para ir a buscar lo que pidió.

Fran aprovecha de colocar una silla en medio del living. No es que fuera a dejar un desastre de todas maneras, sólo iba a emparejarselo.

—¿No necesitás nada más?—Cuestiona el de ojos azules tendiéndole la tijera.

—Es mejor cortar los rulos así tal cual—Contesta, obviamente Juani no sabía eso—. Sentate.

Y hace caso. Sentándose con un puchero en los labios.